Jason Momoa en ‘See’, una de las series de Apple TV+. (Fuente: Apple TV)
Un tono más familiar y poco ofensivo para sus series; una manera de mantener los beneficios y de crecer en un momento en el que las ventas de iPhones, sobre todo, están tirando a estancadas; creativos que se marchan de las series sin que éstas hayan empezado la producción o en cuanto termina el rodaje de la primera temporada; unos presupuestos que dejan en mantillas lo que HBO se gastaba con Juego de tronos, que alcanzó las dimensiones de las últimas películas de Los Vengadores con sus temporadas finales…
Esas son las narrativas que están acompañando la cuenta atrás para el 1 de noviembre, el día que Apple TV+ entrará en funcionamiento en todo el mundo con cuatro series: The Morning Show, Para toda la humanidad, See y Dickinson. Será el culmen de varios años de noticias en las que la prensa especializada estadounidense ha estado siguiendo de cerca todos los pasos que la compañía daba para crear su servicio de VOD, desde el fichaje de los anteriores jefes de Sony TV para supervisarlo todo, Zack Van Amburg y Jaime Erlicht, hasta los grandes nombres de showrunners elegidos para poner en pie sus ficciones.
Sin embargo, Apple TV+ tenía que nacer desde cero, por lo que era inevitable que surgieran también problemas, especialmente cuando se pone en marcha al mismo tiempo que otros servicios similares de videojuegos y de revistas y noticias, éste último recibido con críticas dubitativas sobre su funcionamiento. The Hollywood Reporter publicaba recientemente un reportaje en el que explicaba cómo había entrado la empresa de la manzana en la industria del entretenimiento: como un elefante en una cacharrería, gastando dinero a espuertas y atrayendo a los nombres más importantes que aún no habían fichado en exclusiva con Netflix y Amazon.
Reese Witherspoon, en ‘The Morning Show’. (Fuente: Apple TV)
La principal punta de lanza del estreno del servicio es The Morning Show, que Apple le arrebató a Netflix en una puja por los derechos y de la que se dice que ha costado quince millones de dólares por capítulo. Se han rodado directamente dos temporadas, por las que se comenta también que Reese Witherspoon y Jennifer Aniston, protagonistas y productoras ejecutivas, han cobrado dos millones por episodio. See, por su parte, podría haber costado 240 millones por dos temporadas de una distopía en la que la humanidad ha perdido la vista, con Jason Momoa al frente del reparto y Steven Knight (Peaky Blinders) como showrunner, aunque han surgido rumores de que Knight no continuará para la segunda entrega.
La relación con los guionistas es uno de los aspectos en los que más curva de aprendizaje tiene aún Apple TV+, aunque se haya fichado a muchos ejecutivos muy veteranos en el negocio. Además de las peticiones de no incluir historias que puedan poner a la empresa en problemas en China, esos ejecutivos participan activamente en la toma de decisiones en las producciones, lo que al parecer llevó a la salida tanto de Bryan Fuller como de Hart Hanson del remake de Cuentos asombrosos. También otro showrunner, Josh Friedman, ha dejado de actuar como tal en la adaptación de Fundación que David S. Goyer está desarrollando.
Según un productor con el que habla The Hollywood Reporter, muchos de los problemas que están teniendo en esta primera fase se debe a que Apple, como compañía, carece de la experiencia para moverse por Hollywood. “El mayor problema es la insistencia de Apple de que la industria se adapte a ellos, y no al revés”, explica este productor.
De cómo vaya aprendiendo a trabajar dentro de las normas (escritas y no) del negocio dependerá que Apple TV+ siga atrayendo grandes proyectos. Un analista del sector, Jeffrey Cole, del Centro para el Futuro Digital de la Universidad del Sur de California en Annenberg, explicaba que “Apple tiene una crisis de innovación. El entretenimiento es uno de sus intentos de hacer algo innovador, pero sólo están chapoteando”. El “chapoteo” representa una inversión de miles de millones de dólares que, por ahora, ha conseguido atraer a gente como Oprah Winfrey, Josh Schwartz y Stephenie Savage, Steven Spielberg o M. Night Shyamalan para desarrollar proyectos con ellos.
La estrategia de que todas las compras de nuevos iPhones, iPads, MacBooks y Apple TV incluyan una suscripción gratuita de un año al servicio ayudará a darlo a conocer, y la esperanza es que los millones de usuarios de aparatos de Apple den una oportunidad a Apple TV+. Eso puede concederle ventaja sobre sus competidores.
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