Sí, la cuenta atrás hasta la penúltima temporada de Juego de tronos ya ha empezado, y en Fuera de Series vamos a celebrarlo con un post diario en el que repasaremos diferentes aspectos de la serie. Así, la espera hasta el 17 de julio, cuando veremos los nuevos episodios en HBO España y Movistar+, será más llevadera.
“Cometimos errores muy básicos y fundamentales en el piloto”. Así recordaba David Benioff en un amplio reportaje en Vanity Fair, en abril de 2014, los difíciles inicios de Juego de tronos, la serie que ha devuelto a HBO el lustre en los Emmy (lleva dos seguidos a mejor drama) y que se ha convertido en el mayor éxito de audiencia de su historia.
Benioff y su amigo D.B. Weiss, dos guionistas sin experiencia en televisión, habían conseguido convencer a George R.R. Martin, autor de los libros en los que se basa la serie, y a HBO para poner en pie lo que era una apuesta bastante arriesgada para la cadena, que nunca se había atrevido con el género fantástico antes. Y con el piloto ya rodado, parecía que su proyecto no iba a pasar de ahí.
Los dos recordaban en Vanity Fair que invitaron a varios amigos guionistas a ver el capítulo, y que la experiencia fue instructiva, al menos. “Recuerdo observarlos mientras lo veían, y es un sentimiento horrible porque, en ese punto, ya llevábamos varios años con este proyecto. Y verlos y saber que no les estaba gustando en absoluto fue un sentimiento horrible”, explicaba Benioff.
Cuando acabó el episodio, sus amigos no sabían que Jaime y Cersei, a los que Bran Stark descubre cometiendo incesto al final, eran hermanos, y uno de ellos les dijo que tenían un problema enorme. Weiss contaba que “tenía una libreta amarilla y recuerdo escribir PROBLEMA ENORME, todo en mayúsculas, y subrayarlo tres veces”.
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El piloto perdido de ‘Juego de tronos’
Hasta donde nosotros sabemos, no hay forma de ver ese piloto original de la serie. En su momento, sólo lo vieron los jefazos de HBO y esos amigos de Benioff y Weiss que fueron su pequeña audiencia de prueba, y para hacernos una idea de cómo era, tenemos que fiarnos de lo que sus responsables han contado. Y de la posible filtración en internet de su guión, en 2013.
Aquel primer capítulo tuvo como director a Tom McCarthy, reputado realizador indie que, además de ser el director de Spotlight, se ha encargado de vaerios episodios de la reciente Por trece razones. y se rodó en 2009. Las diferencias más notables con lo que se vio después en HBO están en dos miembros de su reparto. Catelyn Stark y Daenerys Targaryen estaban interpretadas originalmente por Jennifer Ehle y Tamzin Merchant, sustituidas después por Michelle Fairley y Emilia Clarke.
Por lo que parece, las relaciones entre los personajes estaban pobremente trazadas en aquel episodio. Los propios Benioff y Weiss han reconocido que estaban tan inmersos en el libro, que no se dieron cuenta de que no estaban explicando las cosas más básicas de la historia porque, para ellos, eran precisamente demasiado básicas.
No quedaba claro que Jaime y Cersei eran hermanos (algo solucionado después incluyendo una conversación entre ambos en la capilla ardiente de Jon Arryn) y la familia Stark no estaba tan presente ni tan bien dibujada desde el principio como lo está en el piloto definitivo. Y, por supuesto, está el cameo que George R.R. Martin tuvo durante la boda de Daenerys y Khal Drogo, perdido después cuando el episodio se volvió a rodar.
Para ese segundo intento se confió en un director muy veterano de las series de HBO, Tim Van Patten, y se añadieron varias escenas que profundizaban más en algunos personajes y establecían mejor las dinámicas entre ellos. También se cambió el inicio del episodio, incluyendo esa secuencia en la que vemos a los exploradores de la Guardia de la Noche salir del Muro. En general, por lo que se ha ido comentando, aquel primer piloto estaba mucho más próximo a lo que se contaba en el libro.
Una primera temporada para aprender
La remodelación total del piloto no fue el único obstáculo que Benioff y Weiss tuvieron que salvar en la primera temporada de Juego de tronos. Ambos han explicado que toda aquella entrega representó un acelerado aprendizaje sobre el funcionamiento de una serie de televisión.
En el programa The Writers’ Room, de SundanceTV, contaron que los primeros montajes de bastantes capítulos de la primera temporada eran demasiado cortos. Para alcanzar la duración requerida por HBO, empezaron a añadir escenas que no estaban en los libros de Martin y que, al final, fueron las que empezaron a construir Juego de tronos como lo que es hoy. Por ejemplo, escribieron una conversación entre Robert Baratheon y Cersei Lannister que trazaba mejor su relación, y también añadieron otra entre la propia Cersei y Catelyn sobre los hijos que habían perdido.
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De ahí a la ejecución de Ned y el “bautismo de fuego” de Daenerys con los que termina la temporada, Juego de tronos ya había encontrado su propio camino.