Los protagonistas de ‘Toy Boy’ en una escena de baile. (Fuente: Plano a Plano)
“De fracaso en abierto a éxito en Netflix” o “La serie española ignorada que se convirtió en el nuevo hit al estilo de La casa de papel” son titulares jugosos que algunos medios están dando en relación a Toy Boy. La serie que Antena 3 emitió entre septiembre y diciembre del año pasado con más pena que gloria (llegó a marcar mínimo con 854.000 espectadores y un 6,3% de share) se ha lanzado ahora a nivel internacional en Netflix y se ha colado en los Top 10 diarios que desde hace poco se muestran en la plataforma. Pero, ¿es esto un indicador de éxito fiable? ¿podemos ya lanzar las campanas al vuelo con la serie de estríperes?
Aunque parezca todo un logro ser “la serie más vista de Netflix en España en el día”, lo cierto es que esos rankings ofrecidos por la propia plataforma son bastante opacos y hay que cogerlos con pinzas. Sin dar números específicos de espectadores, estos indicadores son más humo que otra cosa y están diseñados para dirigir a los espectadores hacia “lo más popular”, lo cual puede no ser necesariamente lo verdaderamente más popular.
Lo comentábamos hace unos meses a cuenta de los rankings anuales que Netflix publicó en sus redes sociales: para ellos, solo dos minutos de visionado son suficientes para considerar al usuario como un espectador del producto. Y ya lo decíamos entonces, si una serie te llama la atención por su foto o descripción y pinchas en ella para ver qué tal, da igual si sigues viéndola hasta el final o si sales espantado porque cuentas como uno de los “starters” (digamos, espectadores principiantes) para ellos.
Toy Boy tiene, desde luego, potencial para llamar la atención y Netflix no se anda con sutilezas: está bombardeando a los usuarios con imágenes de los protagonistas en paños menores para hacerles pensar que están ante la siguiente serie maratoneable de procedencia española, una suerte de Magic Mike mezclado con thriller ciminal. Pinchar no es difícil (y por tanto hacerla subir en el ranking), otra cuestión -que no resuelven- es si la gente se engancha o no.
Entonces, ¿cómo podemos hacernos una idea de si realmente estamos entre el último gran éxito inesperado en la plataforma roja? Uno de los indicadores que nos pueden orientar son las búsquedas del término “Toy Boy” en Google Trends en España. Aunque es cierto que hay un repunte de la actividad, el volumen de búsquedas en Google de este término ahora no supera a los picos semanales de su emisión en lineal hace unos meses y es minúsculo en comparación con el día de su estreno en abierto.
Otra manera de comprobar la repercusión es entrar en redes sociales y observar el volumen de comentarios que se hacen con el nombre de la serie, teniendo en cuenta que un estreno promocionado siempre tendrá un mínimo asegurado. Lo de Toy Boy no parece, de momento, un gran boom salvo quizás por los comentarios llegados desde Brasil.
Y, por último, también es interesante fijarnos si la serie comienza a generar referencias en medios extranjeros y qué se dice sobre ella en estos. De Toy Boy todavía han salido muy pocas críticas desde fuera de España, siendo una de ellas la de Decider, que recomienda verla “si estás de humor para algo de camp español y acción telenovelera de estriptis, pero no te da pudor darle al botón de fast-forward. 79 minutos, ¿estás de broma?”.
En definitiva, Netflix juega mucho con la percepción de éxito, pero nunca respalda esto con datos sólidos cuantitativos. En última instancia, habrá una forma clara de ver si la serie ha sido realmente un hit para ellos: si de repente empapelan edificios y estaciones de metro con las caras de los protagonistas de Toy Boy -como hicieron con La casa de papel cuando comenzó a funcionarles bien- y, sobre todo, si nos sorprenden con la renovación de la serie para una segunda temporada.
Crítica: ‘Toy Boy’ necesita más acción y menos conversación
La serie de Antena 3 se resiente mucho de que sus capítulos duren 70 minutosfueradeseries.com