Poster de ‘Kennedys: After Camelot’ (Fuente: Cosmo)
En 2011, el pequeño canal Reelz dio la campanada al conseguir cuatro nominaciones a los Emmy, y un premio a Barry Pepper como mejor actor en una miniserie, gracias a Los Kennedy, ocho capítulos sobre esta familia de políticos que algunos consideran lo más cercano a una Familia Real que ha tenido Estados Unidos.
La miniserie, de ocho episodios, había sido encargada por History y, después, descartada porque consideraban que no era lo suficientemente rigurosa con la historia, así que Reelz la rescató. Ahora, seis años más tarde, todos sus responsables vuelven a la fuente inagotable de drama que son los Kennedy con Kennedys: After Camelot, otra miniserie, de cuatro episodios, que nos lleva a los años posteriores al asesinato de John F. Kennedy.
Cosmo la estrena esta noche, a las 22, y lo hará con la sombra de la película Jackie pendiendo inevitablemente sobre ella. Compararlas, no obstante, es contraproducente. El filme de Pablo Larraín busca meterse en la psique, en la personalidad de Jackie Kennedy en las horas y días posteriores al magnicidio y está contada por completo desde su punto de vista.
Kennedys: After Camelot es otra cosa, es un drama familiar bastante más convencional centrado no sólo en Jackie, sino también en Teddy Kennedy, la otra gran esperanza de la familia para regresar a la Casa Blanca.
La verdad es que, primero, hay que mencionar que las narices postizas que se utilizan para caracterizar a Matthew Perry como Teddy y a Alexander Siddig como Aristóteles Onassis distraen bastante más que la de Nicole Kidman en Las horas, y una vez dicho esto, podemos comentar que la miniserie arranca con el asesinato de Bobby Kennedy y lo que se ha dado en llamar “la maldición de los Kennedy”.
Ésta es toda la sarta de desgracias (algunas buscadas por ellos mismos, como el accidente del propio Teddy con su amante) que le ocurre a la familia prácticamente desde la muerte de JFK, y que va a verse en After Camelot. Aunque el primer capítulo sólo da las pinceladas iniciales de, por un lado, los esfuerzos de la familia y el partido demócrata por que Teddy suceda a Bobby (que es tiroteado en plena campaña para ser elegido el candidato demócrata a la presidencia) y, por otro, cómo Jackie reconstruye su vida con Aristóteles Onassis, magnate naviero griego.
Aquella relación fue una de las historias más sensacionales de finales de los 60: Onassis había dejado a su mujer por Maria Callas, y haría lo mismo con ella por Jackie, que aunque era la viuda de América, se había visto desplazada de cualquier rol de relevancia en la familia Kennedy.
Alexander Siddig y Katie Holmes, en ‘Kennedys: After Camelot’ (Fuente: Cosmo)
Las reticencias que Jackie despertaba en el clan la empujan más hacia Onassis, y se entrelazan con la ambición política de Teddy. En este primer episodio aún existe la posibilidad de que los planes salgan bien y de que el futuro de todos sea brillante, pero hay poca emoción y poca sensación de que el “después de Camelot” del título debería ser algo trágico, o dramático, o algo concreto, en realidad.
Kennedys: After Camelot transcurre como una saga familiar de las que estamos acostumbrados a ver a montones (o estábamos más acostumbrados hace algunos años). Cuando los tres capítulos restantes se adentren en las siguientes desgracias que cayeron sobre la familia, podremos comprobar si la miniserie desarrolla algo más de nervio. El primer episodio, de momento, es una presentación en la que, desde luego, es complicado abstraerse de la caracterización de Matthew Perry como Teddy Kennedy.