(Fuente: Helen Sloan/HBO)
Desde la madrugada del lunes, cuando se emitió La Larga Noche, el episodio de Juego de tronos en el que el ejército de los muertos del Rey de la Noche asalta Invernalia, ha habido un comentario constante entre todos sus espectadores: que era demasiado oscuro y no se veía nada. Esto ha suscitado tanto protestas airadas de los fans como justificaciones de sus responsables y explicaciones más técnicas de por qué el capítulo tiene esa fotografía, pero también forma parte de una tendencia en estas ficciones que siempre levanta las mismas reacciones.
Conforme las series se han ido sofisticando más, tanto a nivel creativo como técnico, se ha ido tirando de un mayor riesgo a la hora de mostrar determinadas escenas. Juego de tronos supone un nuevo estándar en cuanto a escala en televisión, pero también ejemplifica bien esa tendencia a tener fotografías más contrastadas, más dramáticas, a que no todas las ficciones tengan la misma luz brillante.
Las quejas que ha recibido La Larga Noche se levantaron también hacia, por ejemplo, la primera temporada de La Peste, con su minuciosa reconstrucción de la Sevilla del siglo XVI, y hacia capítulos concretos como el primero de la sexta temporada de The Americans. En todos estos casos, las protestas están motivadas por tres razones principales que pueden clasificarse en creativas, técnicas y de hábitos.
Razones creativas: la oscuridad como herramienta
Una imagen de ‘La Peste’. (Fuente: Julio Vergne/Movistar+)
En Juego de tronos, la oscuridad con la que se retrata la batalla de Invernalia no sólo responde al hecho de que ocurre de noche. Los Caminantes Blancos traen el largo invierno y la muerte con ellos, y la oscuridad es una de sus principales armas para doblegar y arrasar todo lo que encuentran a su paso. Que muchos fans encontrar el capítulo imposible de ver no es una equivocación de la serie, sino una decisión creativa: “los showrunners decidieron que éste tenía que ser un episodio oscuro. Hemos visto tantas batallas a lo largo de los años… Para crear un impacto y para preocuparnos por los personajes, tienes que encontrar una manera especial de contar la historia”, explicaba el director de fotografía del capítulo, Fabian Wagner, a Wired.
El juego con la oscuridad y las escasas fuentes de iluminación buscaba crear tensión, momentos de terror y otros dramáticos, como el progresivo apagado de las espadas en llamas en el horizonte. En otras series, como La Peste, esa oscuridad y esa fotografía casi de cuadro de Caravaggio pretende meter al espectador de lleno en el mundo de sus personajes, un mundo en el que las velas pueden convertirse en artículos de lujo y donde la oscuridad no sólo es literal, sino metafórica también.
Y luego tenemos una escena en el cuarto episodio de la última temporada de The Americans que lleva estas decisiones creativas casi al límite. Elizabeth Jennings tiene que entrar en un almacén, de noche, a robar un aparato concreto. Ella va vestida por completo de negro e intenta forzar una puerta situada en un callejón sin iluminar. La única luz que lleva es una pequeña linterna. Muchos espectadores protestaron también entonces que era imposible ver qué estaba pasando.
Razones técnicas: la compresión del streaming
(Fuente: Cortesía de HBO España)
Al día siguiente de la emisión del episodio de Juego de tronos, el director de fotografía Pol Turrents apuntaba, en un hilo de Twitter que se hizo viral, razones tecnológicas por las que, a veces, esas decisiones creativas de jugar con la oscuridad acaban volviéndose en contra de la propia serie: la compresión de la calidad en las plataformas de streaming.
Turrents tuitaba que “las plataformas a día de hoy van MUY justas de calidad. Que algo esté en 4K no significa que la calidad sea mucho mejor si la compresión no es suficiente. A día de hoy, por ejemplo, se suele ver mejor un Blu-Ray en HD que muchas plataformas en 4K. Cuando una imagen es oscura, se necesita mucha información en detalles oscuros”. Esa compresión sacrifica esa información en el paso del gris al negro para que los episodios puedan reproducirse en streaming sin problemas.
En TechCrunch lo explicaban apuntando al ancho de banda como uno de los principales inconvenientes: “aumentar el ancho de banda del streaming es caro, puesto que esto se envía a decenas de millones de personas; un aumento lo suficientemente grande en el bitrate para cambiar la calidad también inflaría enormemente los costes de los datos. Cuando estás distribuyendo a tanta gente, eso introduce también el riesgo de los odiados errores de buffering en la reproducción, que obviamente son un gran “no”. Es incluso posible que HBO bajara el bitrate por sus limitaciones en la red; Juego de tronos está presionando mucho los límites de la distribución digital”.
Recordemos que los servidores de HBO Europa estuvieron caídos durante varias horas en la primera mañana en la que estuvo disponible el primer capítulo de la temporada final.
Razones de hábitos: ¡es que todo lo veis en el móvil!
La última razón detrás de lo extremadamente oscuro que se veía el capítulo en cuestión de Juego de tronos está en las propias costumbres de sus espectadores. Turrents lo dejaba caer en su hilo de Twitter al señalar que “cuando hacemos algo para televisión ,tenemos que tener en cuenta que mucha gente verá nuestras producciones en pantallas sin calibrar (…) y algunos, probablemente, a plena luz del día. Algunos incluso verán lo que hacemos en el móvil a pleno sol en la playa, con lo que cuando producimos para televisión, en general lo hacemos todo más “brillante” para que todo el mundo pueda disfrutarlo, aunque nuestro trabajo esté condicionado. Obviamente, ayer en Juego de tronos decidieron hacer algo arriesgado y visualmente al límite de la oscuridad, y con eso hay un primer grupo de gente (viendo en el móvil en la calle, ventanas abiertas, televisiones mal calibradas…) que lo van a ver mal sí o sí”.
De ahí vienen las recomendaciones que los responsables de estas series hacen muchas veces de que se vean los capítulos en habitaciones a oscuras y por la noche, por ejemplo, recomendaciones que también suscitan protestas porque se considera que deberían tener en cuenta las condiciones en las que sus ficciones van a verse. Las series se vuelven cada vez más cinematográficas en los aspectos técnicos, y esto acarrea determinados problemas que, por ahora, no resultan sencillos de resolver.
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