Hunter Schafer y Zendaya, en una imagen de ‘Euphoria’. (Fuente: HBO)
Este artículo se ha escrito tras ver los dos primeros capítulos de ‘Euphoria’. No contiene spoilers.
Una de las películas más sorprendentes de 2018 en Estados Unidos fue Assassination Nation, o Nación salvaje, como se tituló en España. Es la historia de cuatro chicas adolescentes que se acaban encontrando en el punto de mira de todo su aparentemente idílico pueblo cuando la información más privada que sus habitantes guardan en sus móviles se hace pública. La película destacaba por mostrar el modo en el que esas jóvenes son percibidas y juzgadas por sus compañeros del instituto, por sus vecinos y hasta por sus familias; todo lo que hagan se vuelve en su contra y se tergiversa casi por sistema.
La presión del grupo por comportarse de determinada manera, las inseguridades personales sobre quiénes son, la obsesión por ser aceptados, la sombra perenne de las expectativas de sus padres… Los adolescentes de la película respondían de diferentes modos a todo eso y, cuando la historia giraba hacia algo mucho más violento y perturbador, exponía los peores instintos que habían estado latiendo siempre bajo la apariencia de esos valores americanos idealizados por los que se movía el pueblo. Venía a decir que esa violencia e intolerancia extremas formaban parte de esos valores.
Sam Levinson, director y guionista de Nación salvaje, quiere seguir explorando esos temas en Euphoria, su serie para HBO, que se estrena el próximo 17 de junio. Es un remake de un original israelí, pero da la sensación que la adaptación es bastante libre. Su centro es Rue (Zendaya), una adolescente con constantes problemas con las drogas que comenta, a través de la voz en off, todo lo que vemos. Esos comentarios a veces son sarcásticos, a veces exponen lo que piensa realmente mientras la vemos hacer todo lo contrario y dan una unión a las diferentes historias que se manejan.
Porque Rue puede ser la gran protagonista, pero son varios los personajes de Euphoria que protagonizan subtramas sobre el uso del sexo como validación personal o de la violencia extrema como canalización de una idea de identidad (y de masculinidad) totalmente perturbada y retorcida. La serie es bastante explícita en esos temas porque sus personajes lo son, y también se atreve a explorar el origen de las adicciones de Rue, y sus consecuencias, hasta puntos muy bajos.
Ahí está también el potencial de que la serie genere opiniones muy enfrentadas. Ya hay quien la considera grosera y desagradable, casi una vuelta de tuerca pornográfica a Por trece razones, y quien cree que está siendo bastante realista, una versión actualizada de Kids, de Larry Clark.
Lo mejor que tiene Euphoria es su estética y, sobre todo, la manera en la que la cámara nos mete en la cabeza de Rue, en lo que ella siente cuando está colocada de potentes analgésicos opioides o cuando está sobria y ha de afrontar las consecuencias. Zendaya sostiene con autoridad una parte muy importante de la serie sobre sus hombros, transmitiendo todas las contradicciones de su personaje. La mirada de Levinson hacia esos jóvenes no es complaciente y, a veces, es realmente dura, pero merece la pena.
‘Euphoria’ se estrena el 17 de junio en HBO España.
Así es ‘Euphoria’, la serie con la que HBO se atreve con el género juvenil
Es un remake de un original israelí que supervisa Sam Levinson, director de ‘Nación salvaje’fueradeseries.com