Una antigua orden de monjas guerreras que luchan contra todo tipo de demonios, una adolescente resucitada para convertirse en la nueva paladín de la orden y una empresa tecnológica que asegura haber creado un portal hacia el cielo. Con estos mimbres se construye La monja guerrera, serie de fantasía que Netflix estrena el 2 de julio y que es otro paso más en su apuesta por este género, especialmente de cara al verano.
Está adaptada de unos cómics de Ben Dunn, Warrior Nun Areala, y el responsable de llevarlos a la pantalla es Simon Barry, creador de los viajes en el tiempo de Continuum. Su protagonista es Ava, joven de 19 años que se despierta de repente en lo que parece una morgue. Ha sido resucitada y, además, se le ha implantado un extraño artefacto en la espalda. Ese artefacto es el Halo, un aparato divino que la convierte en la nueva paladín de una ancestral orden de monjas guerreras que debe evitar que los demonios campen a sus anchas por el mundo.
Alba Baptista, Tristán Ulloa y Joaquim de Almeida son algunos de los protagonistas principales de la serie, que se ha rodado en diferentes localizaciones de Ronda, Antequera, Málaga, Sevilla y Madrid. El tráiler la sitúa, a priori, en la senda de otras series que Netflix tiene en su catálogo, como Van Helsing o Wynonna Earp, protagonizadas por mujeres llamadas a cumplir un destino en una lucha constante entre la luz y la oscuridad. Y, además, en él suena Rosalía.
Por qué ‘Ragnarok’, el hit noruego de Netflix, es mala y maravillosa a la vez
El mamarrachismo es el principal valor en esta serie que está triunfando a nivel globalfueradeseries.com