Los enmascarados de ‘Watchmen’ están muy lejos de ser Superman. (Fuente: HBO España)
Es innegable que la Watchmen de HBO ha querido guardar las distancias con el cómic que adapta, y para ello ha colocado en el centro del escenario el tema del supremacismo blanco, en lugar del análisis de la política occidental finisecular que hacía el tebeo. Sin embargo, hay una cosa que las dos obras comparten: una completa aversión por los superhéroes.
No es necesariamente odio, y mucho menos hacia las posibilidades de un género lleno de creadoras y creadores imaginativos; pero sí hay cierta tirria por el canon que fijó, durante muchas décadas, los estándares estéticos y éticos de esta industria. Y el instrumento que la serie está utilizando (mucho más que el cómic, incluso) para pervertir desde dentro los códigos de las historias de superhéroes no es otro que Superman.
El personaje, creado por Jerry Siegel y Joe Shuster en 1933, es el paradigma de los campeones en mallas. Al menos de los más clásicos, esos que Alan Moore revolucionó con su cómic en los 80; de los del patriotismo heroico y la mojigatería religiosa. Damon Lindelof tampoco ha querido quedarse atrás en la perversión de las historietas de enmascarados, y está llenando su serie de referencias al superhéroe de DC Comics.
Tenemos nuestro propio Superman. (Fuente: HBO España)
Superman siempre ha estado presente en el universo de Moore y Gibbons, incluso en la historia original. En ella, el personaje de Hollis Mason (el Búho Nocturno retirado) ya hacía un análisis de las historias del kryptoniano en sus memorias, tituladas Bajo la capucha, que se incluían dentro del tebeo. Según el vigilante, esas aventuras eran para niños. En general, Superman no debe de tener mucho tirón en el mundo de Watchmen, porque en el sexto episodio vimos a Will Reeves hojear el legendario primer número de Action Comics, de 1938, para después seguir su camino sin haberle prestado mucha atención.
El kryptoniano de Oklahoma
En la transformación de Will en Justicia Encapuchada, ciertamente, parece haber influido mucho más aquella película del sheriff afroamericano, Trust in the Law!, que las historias del personaje. En Watchmen, la existencia de los vigilantes emana de la violencia racista que se enrosca como una serpiente en las instituciones de los Estados Unidos, y no de la fantasía de ser como Superman.
Sin embargo, los orígenes de los dos personajes guardan varias similitudes. A Will, al igual que a Superman, sus padres también lo envían tan lejos como pueden del desastre que asola su pueblo natal, aunque el recipiente en el que lo esconden es una caja de madera y no una cápsula espacial. Esto es especialmente potente en una historia como la de Watchmen, pues sugiere que un vengador de la raza negra como es Justicia Encapuchada es prácticamente un alienígena entre los blancos. Tan profunda es la herida en la memoria de Will que incluso bien entrado en años continúa ahorcando racistas.
El estereotipo de superhéroe clásico que Superman encarna tiene su eco en la serie en el Capitán Metrópolis, un enmascarado con un traje algo parecido al del personaje de DC. Además de ser blanco (algo radicalmente importante en la historia de Will Reeves), el personaje es presentado como una rata traicionera y vendida a los bancos, jugada con la que la serie se posiciona, de nuevo, frente a los héroes tradicionales. La ciudad que acoge a Superman cuando deja la granja de sus padres adoptivos en Kansas, por cierto, se llama Metrópolis.
Ya sabemos dónde estaba el Dr. Manhattan. (Fuente: HBO España)
Pero hay otro reflejo de la gran figura de los cómics en la adaptación de Lindelof, y es de color azul y brilla. El de “superman”, como “superhombre”, es un calificativo que el Dr. Manhattan se gana tan pronto como deja ver su poder. En el séptimo episodio, de hecho, un reportaje televisivo habla de él como “the world’s first superman”. En cuanto al origen, el abuelo de Angela Abar está más alineado con el personaje de DC (incluso algunas de sus escenas de pelea están rodadas como las de El hombre de acero, de Zack Snyder); pero no hay ninguno que se le parezca más, como concepto, que el Dr. Manhattan.
Ahora que sabemos la identidad real de este personaje, podemos imaginarnos que en Cal, el hombre por quien se hacía pasar, hay una referencia a Kal-El, el nombre kryptoniano de Superman. Además, en el episodio cuarto hay un matrimonio de granjeros a los que Lady Trieu ofrece quedarse con un bebé. En esa misma secuencia, un objeto volador aterriza en la Tierra, como hiciera Clark Kent en sus historias. Esa pareja, cómo no, se apellida Clark. Todavía tenemos que descubrir qué ha sido de ese bebé y qué era el meteoro, pero yo tengo mi apuesta. Y también tiene que ver con algo que es azul y brilla.
‘Watchmen’ está disponible cada lunes en HBO España.
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