‘The Cellar’ es el primer episodio de este ‘remake’. (Fuente: Apple TV+)
Esta crítica se ha escrito tras ver los dos primeros episodios de la primera temporada de ‘Amazing Stories’ y no contiene spoilers.
Inventar, sumergirse, explorar, descubrir… Todo eso sugiere la secuencia de apertura de Amazing Stories, la serie con la que Apple TV+ ha recuperado el legado de aquella otra mítica antología de historias de fantasía y misterio de los ochenta. Las sensaciones enumeradas, verdaderamente potentes, las anoté mientras veía el primero de los cinco episodios que compondrán esta temporada, durante mi primera exposición al material más allá del inopinado chismorreo de los tráilers.
Lo sensorial era algo de esperar con Spielberg de por medio: después de algún cambio de manos, el remake de Apple acabó a cargo del omnímodo realizador, que había firmado también la serie original, y las del de Ohio son obras de primeras impresiones, de sentimientos a flor de piel, de esas reacciones emocionales físicas que no pasan por el circuito del cerebro sino por el del corazón, y que gustan tan poco a los analistas más sesudos.
La nueva Amazing Stories tiene claro que esa misma es la veta que quiere explotar. No la de los años ochenta sublimados en marcas comerciales desaparecidas y sintetizadores que se hacinan en bandas sonoras muy vulnerables al tictac de los relojes, sino la que recoge lo mejor de las narraciones pop de aquella época, su espíritu lozano y su universalidad, para barnizarlo y venderlo en una forma coherente con el hoy.
Es la mejor estrategia que la serie podía adoptar ante el peligro de comerse a sí misma incluso antes de emitirse (de momento solo hay dos episodios disponibles). Con todo, las dimensiones míticas de la antecesora deforman, como un agujero negro, la poca luz que esta versión pudiera arrojar; incluso para los que no estuvimos siquiera cerca de ver la original en su momento. Los violines de John Williams que abren cada episodio, por lo profundo de sus significados como elemento imbricado en un circuito cultural insondable, son ya un texto en sí mismos, en detrimento de la historia de cincuenta minutos a la que dan paso.
Al ver el primer episodio, The Cellar, no se puede negar que la serie es pretenciosa en el mejor sentido de la palabra. Intenta cosas. En el último de una serie de juegos de espejos que atraviesan este cuento ci-fi se rompe el trato de la ficción y, por un segundo, la pupila de la protagonista se clava en la nuestra y todo parece mucho más grande. Se recuerda al tiempo, sin embargo, que estamos viendo una producción de Spielberg, y el agravio comparativo convierte a la de Apple en una Amazing Stories sosa, predecible y carente del talento rabioso que compareció en su antecesora, para la que dirigieron Zemeckis, Eastwood y Scorsese.
La serie no se olvida del carácter fantasioso y familiar que engrandecía a su homóloga, y revisita vacía de nostalgia argumentos cliché que hemos visto mil veces. En este reinado del siempre acechante pastiche historicista, despachar argumentos manidos con el descaro de Amazing Stories es un valor en sí mismo. Pero en su desparpajo hay un arma de doble filo: si lo que pretende es recuperar los ochenta, no lo hace con tanto garbo como otras conmemoraciones patológicas que hay en el mercado; si quiere ser lo nuevo de Spielberg, aún le queda camino. Lo peligroso es decidir nosotros qué quiere ser antes que la propia serie. Cuando yo la veo, me invade la ufanía de pensar que estoy descubriendo la próxima Tiburón, pero eso no va a ocurrir jamás. Y no es culpa de esta serie, sino mía. Nuestra.
‘Amazing Stories’ está disponible en Apple TV+ con un nuevo episodio cada viernes.
‘Amazing Stories’, la antología de los 80 tras la nueva serie de Apple TV+
Steven Spielberg, creador de la obra original, produce también esta colección de cinco historias de fantasía y misteriofueradeseries.com
