Vicky Luengo protagoniza ‘Antidisturbios’. (Fuente: Movistar+)
Antidisturbios comienza con una escena que se antoja algo atípica para una ficción de su género. No se trata de una secuencia de acción, eso vendrá después, sino un momento cotidiano aunque verdaderamente incómodo, que sirve para definir los rasgos de una protagonista que, por la estructura del episodio, apenas veremos más hasta el final de este capítulo que sirve de presentación.
La ficción de Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña no pretende ser complaciente ni comedida -ni siquiera jugando al Trivial- y pone al espectador al filo de su asiento en más de una ocasión a lo largo de los seis episodios que durará el viaje. Su tema es controvertido y el guion se encarga de dar una visión poliédrica para que no lo acusen de ponerse a favor ni en contra de un cuerpo policial que despierta pasiones y odios (y, sin embargo, ya han saltado las primeras quejas), mientras que la dirección trata de transmitir peligro y elevar la tensión.
Más allá del debate de “la mejor serie del año” que se ha levantado estos días tras el estreno de Antidisturbios y las loas en San Sebastián, es interesante apreciar cómo tres de las series que están disputándose ese título son, por una razón u otra, difíciles de ver. Series que consiguen poner las emociones a flor de piel, nada cómodas y, sí, muy buenas las tres. Patria y Veneno son las otras de la terna, una más sobria y dolorosa y otra zigzagueando entre la carcajada y la pena más profunda, sin el despliegue de acción que tiene la de Movistar+.
Y lo bueno de todo es que aquí nadie sale perdiendo: ni sus cadenas, ni sus guionistas, ni su elenco. No es una competición, pero nosotros como espectadores sí ganamos porque tampoco tenemos que decidir si queremos ver una u otra. Son días de buen contenido en los que la noche del domingo se la dedicamos al audiovisual español de calidad que, aunque algunos se muestren sorprendidos, no ha brotado de la nada.
Por seguir con el ejemplo de Antidisturbios, este es un paso más en la línea de series de calidad que Movistar+ viene trazando desde hace años, pero Veneno es también un avance en la carrera de los Javis y Patria no sería posible sin un largo periodo de gestación primero en Mediaset y luego en HBO España. Y son series que llegan el mismo año que La unidad, Mira lo que has hecho, Vamos Juan o la cuarta temporada de El ministerio del tiempo, no olvidemos.
Quizás a lo que no está tan acostumbrado el público de series españolas no es tanto a la calidad, que insistimos que la lleva habiendo mucho tiempo, sino a que sean series que te desboquen el corazón en el pecho o te pongan el nudo en la garganta. Que cuando acabe el episodio necesitemos unos minutos en silencio antes de ponernos a otra cosa. Y, ojo, no hay nada de malo en que otras sean divertidas, entretenidas y escapistas, porque también las necesitamos. Todo lo bueno es siempre bienvenido. ¡Digo!
