The Vampire Diaries llega a su fin esta noche en The CW. Uno de los pilares de la programación de la cadena durante sus ocho temporadas echa el cierre tras haber dado a luz un spin-off, The Originals, y haber sigo testigo de excepción del cambio en percepción que ha vivido la cadena en sus diez años de vida.
Porque aunque The Vampire Diaries ha ido siempre dirigida al target de audiencia principal de The CW (mujeres entre 18 y 34 años), su éxito ha ido parejo con la ampliación de dicho target hacia los hombres jóvenes y con un mayor respeto por parte de la prensa hacia el canal, que sobrevivió a los chistes iniciales de que debería pasarse al cable básico.
La moda de los vampiros
Lo cierto es que The Vampire Diaries, basada en una saga de novelas de L.J. Smith, llegó en el momento justo a The CW. Crepúsculo se había estrenado un año antes en cines, desatando un fenómeno alrededor de los vampiros que ya estaba aprovechando HBO con True Blood, que acababa de emitir su primera temporada.
‘True Blood’, estrenada por HBO en el verano de 2008.
La cadena estaba empezando una transición entre los rescoldos de la fusión entre UPN y The WB (Smallville estaba emitiendo sus últimas temporadas, por ejemplo) y la búsqueda de éxitos propios que pudieran aguantar durante años en antena. Gossip Girl iba por la tercera entrega al inicio de la temporada 2009/10, y la idea de tener un drama de vampiros con una historia de amor en el centro era demasiado irresistible.
Los encargados de poner en pie la serie fueron Kevin Williamson y Julie Plec, viejos conocidos de The CW. Williamson lo hizo un poco a regañadientes, sólo después de darse cuenta de que Mystic Falls, el pueblo donde se ambienta la historia, era casi más importante que la relación a tres bandas entre la humana Elena y los vampiros Stefan y Damon:
“La premisa es la misma, chica conoce vampiro, pero una vez que la superamos, se separa (de las comparaciones con Crepúsculo). Enseguida pasamos a contar historias sobre el pueblo y a explorar quién es este vampiro que llega y lo revoluciona todo”.
Creativamente, The Vampire Diaries reforzaba la apuesta por el público femenino joven de The CW, pero también optó por una manera diferente de contar su historia, una manera que fue trasladándose a otras series de la cadena. Williamson y Plec mataban personajes importantes en el momento más inesperado (aunque nadie está realmente muerto en Mystic Falls) y quemaban trama como si fueran a cancelarlos al cabo de tres episodios. Y las audiencias respondieron, sobre todo en sus primeras cuatro entregas.
En el estreno de su tercera temporada, en 2011, la serie tuvo un 1,4 en los demográficos entre 18 y 49 años, muy cerca del 1,7 que consiguió, por ejemplo, Community en NBC, y era habitual que fuera de las más vistas del público femenino entre 18 y 34 años. Sus audiencias totales eran un poco mejores que la media de The CW, así que el canal había encontrado un éxito.
‘The Vampire Diaries’ y la evolución de The CW
Entre 2009 y 2017, la solidez en audiencias de The Vampire Diaries permitió que The CW fuera variando poco a poco el tipo de series que solía hacer y ampliando su público. El estreno de Nikita en 2010, con su acción sin descanso, ya fue un pequeño paso en la dirección que la cadena está siguiendo ahora, pero los habitantes de Mystic Falls ya poseían el ADN de la renovación que Mark Pedowitz, presidente de The CW desde 2011, iba a lanzar.
En The Vampire Diaries hay toques fantásticos, romances y giros de guión, y sobre todo hay un concepto y un género que sirven de paraguas para contar historias más emocionales sobre sus personajes. The Flash, por ejemplo, es en el fondo un drama familiar y Supergirl, una comedia romántica. La mezcla de historia serializada, elementos de género (del terror en este caso) y relaciones personales de The Vampire Diaries se convertiría en la base de lo que Pedowitz quería hacer para renovar sus series. En una entrevista a Variety por el décimo aniversario de la cadena afirmaba que:
“Nos dimos cuenta que aquella serie (Emily Owens M.D.) no conectó porque nadie nos buscaba por un procedimental. Así que echamos un buen vistazo a nuestra programación. Lo que estaba funcionando de verdad eran The Vampire Diaries y Sobrenatural. Eso es lo que quería nuestra audiencia”.
Los estrenos de Arrow, en 2012, y de Jane the Virgin en 2014 significaron el cambio definitivo a la percepción que la crítica más elitista y el público más masivo tenía de The CW. Los superhéroes permitieron a la cadena ampliar su target de audiencia, y tanto Jane Gloriana Villanueva como, después, Crazy ex-girlfriend la situaron en el radar de la prensa televisiva más respetada. Y le dieron sendos Globos de Oro en la categoría de actriz de comedia.
Cuando The Vampire Diaries termine esta noche, lo hará como la segunda serie más longeva de la cadena (la primera es, cómo no, Sobrenatural, el único vestigio de los tiempos de The WB) y la que ayudó a que ésta fuera variando la imagen que se tenía de ella. Aunque todavía haya que insistir mucho para que cierto tipo de espectadores dé una oportunidad a una serie de The CW.