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Crítica: ‘The Handmaid’s Tale’ 1×08 — En el país de las pesadillas

A través del espejo.

Esta semana, The Handmaid’s Tale vuelve a cruzar una frontera para mostrarnos cómo es el mundo fuera de la rigidez de Gilead. Y no es el único límite que se ha traspasado en este episodio. Los flashbacks vuelven a usarse para mostrar el punto de vista de un personaje masculino, en esta ocasión el de Nick y, como en el de Luke, vuelve a resultar mucho menos interesante que las historias de las mujeres.

Eso sí, en una escena particular del pasado nos escupen a la cara un momento de esos de nos hacen querer salir a quemar cosas y romperlo todo. ¡Hemos vuelto a ver a Moira!, aunque claramente no está en su mejor momento… 
Perversión, fantasías sucias y alusiones a cuentos. Empecemos.

June en el país de las pesadillas

Socorro.

En este episodio la cámara ha sido colocada en los ángulos precisos para mostrar la perversión del comandante y la del sistema. Su existencia produce repulsión y una furia que me quema por dentro. Me gustaría poder usar esa furia como llama para quemarlo vivo.

Siempre prisionera.

El comandante abusa de su poder porque lo tiene y porque puede. Se remolonea como un pavo piojoso con cara de perdonavidas, como si de verdad le estuviera haciendo regalos a June, como si ella fuese a disfrutar de su compañía, como si fuera un honor ser un objeto de contrabando en sus sucias fantasías; sonríe demostrando lo que le dejan hacer, se siente orgulloso de sus privilegios.

Y al volver, se atreve a hacer referencias a cuentos de hadas; el comandante se cree príncipe y hada madrina a la vez, es un asqueroso violador.

Pasando el umbral, al otro lado del espejo. La canción de esta escena no podía ser más apropiada.

Las leyes creadas por los hombres

Todo es cuestión de perspectiva. ¿Creíamos que los varones poderosos también se iban a someter a unas normas estrictas y a sacrificarse, por poco que fuera, como todas las mujeres en su sociedad? ¡Por supuesto que no! Para ellos las normas no se aplican. Eso sí sería ciencia ficción, e inverosímil.

Prostitución o la condena a la muerte en las colonias. Si no encajan en los limitados papeles que los varones han diseñado para que mujeres, “que no se diga que Gilead no le da a sus mujeres una última opción de elegir”, habrán dicho durante un paseo en sus coches. En este sitio puedes gritar si quieres, June. Qué sensación de libertad…

“¿Quiénes son estas personas?”, le pregunta June a su comandante, y este, demostrando la forma en la que ve el mundo, comienza a describir a los varones del lugar. La expresión de desprecio y rabia de June nos representa a todos.

En nombre de los dioses se han cometido muchas atrocidades en la historia de la humanidad, y el episodio Jezebels se ha centrado en mostrarnos la hipocresía sobre la que levantan sus muros las leyes de Gilead. Leyes creadas por varones para oprimir a voluntad, disfrazadas de moralidad para poder controlar a placer, y para satisfacerlo. Leyes escritas para ellos en la arena, porque por y para sus penes no hay ley que valga.

“-Todas las mujeres fértiles que quedan hay que cogerlas y fecundarlas, por los de estatus superior, claro. 
-Quizá la esposa deba estar allí, durante “el acto”. Así no sería tanto una violación. Hay precedentes en las escrituras.
-Puede que “acto” no sea el mejor nombre, desde la perspectiva de markéting. ¿La Ceremonia?
-Lo veo bien, bonito y sagrado”.

Esta escena que no puede describirse con palabras sin que nos den ganas de vomitar, pertenece a los flashbacks de Nick, después de haber aceptado incorporarse a los Hijos de Jacob, el grupo terrorista que organizó los atentados que concluyeron con la formación de Gilead, y en los primeros tiempos de la instauración de la teocracia. Varones decidiendo sobre el destino de las mujeres (esto me suena demasiado), decidiendo cómo controlarlas, cómo crear las mentiras que justifiquen su maldad y su perversión. Es todo tan retorcido y desagradable.

El Ojo que no ve

En esa misma escena, como en todas en las que aparece en el resto del episodio, Nick es uno de esos hombres buenos, como Luke, cuando le dijo a June que él se encargaría de administrar su dinero, que no hacen nada para oponerse a la situación de opresión. No son los ejecutores, pero son cómplices, y como tales, igualmente responsables.

Pues muy bien que seas de Michigan, Guardián Blaine. Estupendo.

El episodio nos confirma que Nick es un Ojo, que en su caso, ve solo lo que quiere, pero que no se corta con su mirada acusadora. Juzga a June, qué osadía y qué descaro. Como Ojo, quizá podría tener el poder de perjudicar al comandante. Aunque nunca antes lo ha hecho y eso que ya ha visto las consecuencias de los actos de aquel, y las de su propia pasividad, en forma de criada ahorcada.

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Moira

“Él no es uno de nosotras. Y no está aquí”.

Cuanta razón, Moira. Ya lo comentábamos en el episodio pasado: los varones heterosexuales no están condenados como ellas.

Lo importante, Moira sigue viva. Finalmente, no consiguió escapar y ha elegido la condena en Jezebels, en lugar de la condena a muerte en las colonias. Ha sido bonito verlas reencontrarse por un momento, pero ha sido muy triste ver cómo Moira, quien siempre fue fuente de inspiración y fortaleza para June (o al menos así es como ella la recuerda), ahora está resignada a un destino del que es imposible escapar.

La llave y el espejo

“Si esta historia es un cuento, a alguien se lo estaré contando. Siempre hay alguien. Incluso cuando no hay nadie.

No pienso ser la chica de la caja”.

June no quiere resignarse como Moira, no quiere renunciar a sentir deseo, y a experimentarlo, sin excusas. No quiere dejar de ser. Ha decidido encontrar la fuerza en su propio interior, por ella, para dejar alguna huella. June no será la mujer que baila solo para complacer a otra persona.

Pero está dejando un mensaje para las que están por venir y esto, realmente, podemos interpretarlo de dos maneras: como su firme intención de sobrevivir o como su decisión de quitarse la vida. Al fin y al cabo, Serena le ha regalado una caja con un espejo, un objeto que, en Gilead, es una llave para escapar.

Notas al margen

  • Creo que Serena le regala a June la caja consciente de lo que está haciendo. Quizá es la primera vez que se ausenta de la casa y sabe lo que ha pasado. La caja tiene una llave que no tiene ninguna utilidad para June, porque no tiene nada que guardar, ni derecho a ningún tipo de privacidad. Pero Serena hace énfasis en la llave, ¿como salida? ¿Realmente le está dando la opción para que “escape”, si así lo quiere?

“¿Qué creías que iba a pasar”.

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