Buscar
Buscar

Crítica: ‘Twin Peaks’ 3×10–11 — El secreto está en la tarta

Los hermanos Mitchum, decidiendo si dejan vivir a Dougie. (Fuente: Movistar+)

Este artículo va a contener spoilers de los capítulos 10 y 11 de la tercera temporada de ‘Twin Peaks’.

Es curioso que haya espectadores que tengan la sensación de que Twin Peaks: The Return se ha atascado en estos episodios tras la gran revelación atómica del octavo. Gordon y Albert están atando bastantes cabos de todo lo que le pasó al mayor Briggs, alrededor de Dougie comenzamos a ver que todo está conectado y en Twin Peaks tenemos una visión más de conjunto de las nuevas/viejas perversiones que están teniendo lugar. Al pueblo le ocurre como a Shelly con los hombres: siempre acarrean problemas.

En estos dos episodios, el 10 y el 11, lo más destacado es que Gordon y Albert saben que Diane está trabajando con Cooper/BOB, y que los tres son los únicos capaces de ver a esos vagabundos espectrales a sueldo de la Logia Negra. Hasta descubren el lugar en Dakota del Sur donde su dimensión y la de los espíritus de la logia se conectan. De momento, BOB logra eliminar a William Hastings de la misma manera que aquel ente gris mató a la pareja que vigilaba la caja del primer capítulo, pero lo que es realmente intrigante es a qué juega Diane. Y qué van a hacer Gordon y Albert con esa información.

Su frente ha avanzado bastante en el sentido de que están comenzando a entender lo que está pasando ahí; saben que BOB tiene ayudantes, saben por qué mataron a Briggs, pero desconocen aún que pretende el Cooper Oscuro.

Miguel Ferrer, David Lynch y Laura Dern. (Fuente: Movistar+)

Su trama deja una de las escenas perturbadoras de estos dos capítulos: el momento en el que Gordon encuentra el punto exacto que une su realidad con la dimensión de los vagabundos. No es tanto el agujero negro que se forma en el cielo, como la manera difuminada y saturada con la que Lynch nos muestra el modo en el que Albert está viendo a Gordon. Es desconcertante, pero da menos mal rollo que el tiroteo accidental justo delante del Doble RR, en Twin Peaks.

Esa escena nos deja ver lo enquistadas que están las sombras en el lugar. Además de mostrarnos una breve reunión familiar de padres (Shelly y Bobby) e hija (Becky), y de continuar con la tendencia de Norma Hace Cosas (revisa cuentas, seca tazas…), el tiroteo y el atasco consiguiente es un buen ejemplo del modo en el que Lynch y Mark Frost cuelan elementos inquietantes en momentos totalmente cotidianos.

Primero, la pose del niño que dispara, imitando a su padre, y después la señora que no hace más que presionar el claxon de su coche, insistiendo en que la dejen pasar porque llega tarde a cenar. La joven que aparece de repente en el asiento del copiloto es uno de los mayores sustos inesperados que ha dado la serie en estos últimos capítulos.

En el pueblo, como decimos, quedan más claras las posiciones de todos. Richard Horne, nieto de Ben Horne, es claramente el Joffrey Baratheon de Twin Peaks, y tiene a Chad, el policía inepto, como topo dentro del departamento del sheriff. Mientras tanto, el propio sheriff y Hawk se hacen una idea de lo que se pueden encontrar en las montañas, cuando suban a las coordenadas que el mayor Briggs escondió, y que Gordon y Albert también han encontrado, escritas en el brazo de Ruth Davenport.

Amanda Seyfried es Becky, la hija de Bobby y Shelly Briggs. (Fuente: Movistar+)

Si todos esos personajes acaban reunidos allí (más Cooper/BOB), podemos estar ante un clímax realmente importante en Twin Peaks, pero es mejor no adelantar acontecimientos. Porque mientras el FBI y el sheriff del pueblo avanzan en sus investigaciones, Dougie no hace más que escapar de todos los intentos por matarlo de los colaboradores de Cooper/BOB. Y hasta logra que su mujer vuelva a encontrarlo atractivo sexualmente.

Los dos hermanos Mitchum (Robert Knepper y Jim Belushi) son un poco los Hernández y Fernández de la serie. Al principio, parecen los gangsters arquetípicos de la historia, pero en estos dos últimos capítulos han adquirido unos ligeros toques humorísticos que casan perfectamente con el tono de todo lo que ocurre alrededor de Dougie. Hasta Candie es, en ocasiones, una versión en femenino del propio Dougie (sería divertido que también fuera un espíritu cuya huida de la Habitación Roja no salió bien).

A éste sigue asistiéndolo el Hombre Manco (esta vez, con una tarta de cereza que le salva la vida de un modo muy literal), y va ganándose amigos entre todos con los que se acaba cruzando. Dougie reproduce algunas de las expresiones y de los gustos del agente Cooper, pero éste sigue estando lejos de volver, si es que alguna vez va a hacerlo. La tarta de cereza le salvó la vida, pero no ha conseguido recuperarlo del limbo interdimensional.

Entramos en la recta final de la serie con sus últimos siete capítulos y, aunque las piezas están encajando (y nos dirigimos, parece, a esa reunión en la montaña Blue Pine), no hay modo de saber por dónde nos saldrán Lynch y Mark Frost. La Dama del Leño le dice a Hawk que Laura es la elegida, pero Laura lleva más de 25 años muerta. ¿O no es así?

Further reading

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando, está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies. Pulse el enlace para más información. ACEPTAR

Aviso de cookies