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Crítica ‘Cobra Kai’: el karate de los 80 con más moralina.

Cobra Kai

Esta crítica se ha escrito tras ver la 4ª temporada y contiene spoilers.

Karate Kid fue un fenómeno de la gran pantalla con su estreno en 1984. Para los de mi generación, en nuestra maravillosa cabeza que no quiere ver la realidad, sólo han pasado 20 años pero los protagonistas y el espejo nos dan una patada de grulla y te dicen que más bien 40. Ralph Macchio (61) tiene 9 años más de los que tenía Pat Morita (52) cuando empezó a entrenarle. Doloroso, lo sé. Ha hecho un pacto con el diablo.

Hace unos años surge el proyecto de nuevo en el que reúnen a sus antiguos protagonistas: Cobra Kai. Desde su primera temporada ha sido un constante recuerdo de la película, un amor y respeto profundo al hombre que tanto le enseñó y una rivalidad mutua continua con el chaval con el que se peleó hace 38 años: Johnny Lawrence (tiene 57 por si ya os mata la curiosidad). Veamos: si el karate es una competición ¿no entienden que uno pierde y otro gana? Pues no.

Cobra Kai el primer dojo de karate de la zona, nació con Kreese bajo la premisa de ‘no hay que tener piedad con el enemigo’. Esto era una auténtica animalada que nos hizo estar a todos a favor de Larusso y contra Lawrence que era otro chaval al que le estaban comiendo la cabeza. Kreese sigue igual no evoluciona con los años y se ha quedado estancado en una época en la que fue un héroe de guerra, se creyó invencible y consideró al joven Lawrence como un hijo.

Kreese

Ahora la historia se repite. En esta cuarta temporada estamos viendo en Johnny como el cariño hacia su pupilo Miguel se ha incrementado con el tiempo ya que no puede alcanzar el amor de su verdadero hijo: Robby. ¿Qué ha conseguido esto? Odio y rencor por todas las esquinas del tatami.

Miguel y Robby

En esta temporada veremos además como el campeonato para el que todos entrenan hace que Larusso y Lawrence intenten unir esfuerzos para derrotar a Cobra Kai, al que por fin ambos ya consideran el enemigo, pero el verdadero empeño llega demasiado tarde. Son los alumnos los que tienen que hacerles ver que si aúnan esfuerzos podrían ganar.

Lawrence empezó en Cobra Kai por lo que entiende de ataque y Larusso aprendió defensa y nunca comenzar el ataque si no esperar a ver los errores del contrario, es decir, un lío para todos los que estudian bajo el mando de los dos unidos.

Por su parte Robby, el hijo de Johnny, ha estudiado con Sensei Larusso y ahora lo hace con Sensei Kreese y un viejo conocido de las películas Terry Silver. Este antiguo compañero de Vietnam de Kreese, llega para hacer la vida aún más imposible a todos los que se cruzan en su camino como ya hiciera en las películas con Daniel.

Robby sabe como jugar los dos bandos y va a intentar usarlo para derrotar al resto de los contrincantes empleando ambas técnicas pero no sale vencedor ya que Hawk gana la batalla a Robby (sinceramente porque el hijo de Lawrence juega limpio en el último segundo tras una charla con moralina de Larusso) y en la batalla final todo queda en manos de las dos protagonistas femeninas. ¿Quién gana? pues Cobra Kai y francamente, más que merecido. Habéis vuelto locos a los chavales que si te defiendes que si atacas,… al menos en Cobra Kai el lema lo tienen claro. Revienta cabezas que llegas tarde.

Tory y Samantha

No nos equivoquemos, disfruto con Cobra Kai pero Larusso tiene más moralina que Miyagi en sus mejores momentos puliendo y dando cera. El bien contra el mal entre Daniel y Johnny no tiene sentido alguno y hace que, en determinados momentos, resulte cansino. Dejaos de peleas y egos heridos de hace décadas ¡¡Que ya somos mayorcitos hombre!!

Si Miyagi levantase la cabeza…

La familia de Daniel además resulta algo agotadora. El niño es para ponerle delante de todos los de Cobra Kai y que se encarguen de él y la niña tiene cara de demasiado buena para que luego suelte un BITCH fuera de lugar que le queda grande. Mosquita muerta absoluta. Al menos la mala es mala con motivos y tiene ira acumulada porque lleva demasiado peso a sus espaldas, así que me alegra que sea vencedora pese a que no gana justamente (algo que ella desconocía hasta los últimos minutos de la season finale).

Lawrence parece que va a reconectar con su hijo que está viviendo casi lo mismo que vivió él en su adolescencia. Johnny es un personaje que cae bien. Absolutamente destructivo y estancado en los 80 en sus momentos de gloria, es el único que parece que quiere mejorar su vida y no ser un perdedor. Él ya lo dice: amo lo que hago, enseñar karate.

Las últimas escenas de la serie nos dejan con un toque de esperanza de que vamos a dejarnos de zarandajas y a empezar a dar a quién se lo merece y menos coger peces en el estanque.

Parece que estoy en contra de Cobra Kai, pero prometo que la estoy esperando. Las navidades las veo lejos.

La serie la puedes encontrar hasta su cuarta temporada en Netflix

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