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Crítica: ‘En el corredor de la muerte’ es sobria, pero desgarradora

(Fuente: Movistar+)

Esta crítica se ha escrito tras ver los cuatro episodios de la serie. No contiene spoilers.

El 27 de junio de 1994, la policía de Miramar (Florida) encuentra los cuerpos sin vida de tres personas. Contra todo pronóstico, en la vivienda aparece una cámara que grabó a los asaltantes. Uno de ellos, además, a cara descubierta. Así comienzan la búsqueda de los culpables y el caso de Pablo Ibar, que ahora trae a la pantalla Bambú Producciones y emite Movistar+ bajo el nombre de En el corredor de la muerte.

Para los que somos aficionados al true crime, lo cierto es que es un caso muy sencillo. Un asalto, tres víctimas, un acusado sin relación con ellas ni pruebas dejadas a su paso. Ni huellas, ni ADN que relacionen al acusado pese a haber una camiseta sudada. El argumento de la fiscalía es un fotograma en el que se ve al asaltante moreno, con bigote y con una complexión parecida. Podría ser Pablo Ibar, u otro latino de los muchos que hay en el estado de Florida.

El caso

(Fuente: Movistar+)

Después llegaron los juicios, la sentencia de culpabilidad y la elección de la pena de muerte por encima de la cadena perpetua. En cualquier circunstancia sería un juicio más a un latino en el que una defensa lamentable y un poder adquisitivo bajo hacen que el acusado no tenga escapatoria, con independencia de su inocencia o culpabilidad. Pero esta vez la familia reclamó justicia como pudo. Porque Pablo Ibar esa noche tenía coartada, porque el abogado de oficio que le tocó no realizó su labor competentemente, porque fue declarado culpable tan sólo por una foto borrosa.

Coincide que Pablo es sobrino del boxeador Urtain. Quizás fuera de Euskadi no signifique nada, pero allí es todo un personaje, lo que le valió la entrada en platós y radios para dar a conocer el caso vía su padre. Allí comenzó la campaña para conseguir el millón de dólares necesario de la apelación y la alarma mediática por el caso.

Y llegó Nacho Carretero, se enfrascó en el caso y no pudo soltarlo. Hasta el punto de publicar un libro con él y de contactar con Ramón Campos, de Bambú. El resto lo podemos ver en los cuatro episodios y los cinco programas de podcast que Movistar+ ha lanzado esta misma mañana.

La serie

Miguel Ángel Silvestre en una imagen durante el rodaje (Fuente: Movistar+)

Protagonizada por Miguel Ángel Silvestre, los cuatro episodios narran el periplo judicial, pero sobre todo el impacto en el entorno. Por encima del caso concreto de Pablo Ibar, de lo que En el corredor de la muerte habla es de un sistema maquiavélico del que es casi imposible salir. Cualquier paso cuesta (mucho) dinero, los sesgos raciales abundan y al final todo depende de la capacidad de decidir de un jurado popular. En cualquier circunstancia, un sistema penal así incomodaría; cuando además hablamos de un estado con pena de muerte, el problema se convierte en mucho más grave.

Pero, además, la narración de la historia tiene un gran acierto, y es que es tratada como la condena de una familia. Pese a no obviarse la parte técnica, se ha optado por explicar la parte humana. Explicado el caso, que no tiene una gran complejidad, se ha decidido contar algo mucho más retorcido, como es el camino eterno de las apelaciones. Y se hace de una forma sobria. Sin gritos, sin histerias, pero desnuda.

El tono general agobia, deja al espectador una absoluta impotencia ante lo que está viendo. Sin necesidad siquiera de tener en cuenta que se trata de la adaptación de una historia real, ya angustia. Los meses se suceden y las cosas no se mueven, y mientras tanto, todo continúa igual. Cualquier paso es muy lento, muy costoso, muy imposible. Da igual quien gobierne, que pasen las presidencias, los años. Todo sigue parecido incluso cuando se avanza.

El paso del tiempo se convierte en algo que desespera. Es el propio mecanismo el que no funciona bien. Es una condena para Pablo y para su familia, pero también para las de las víctimas, quienes llevan más de dos décadas con el proceso abierto, no pudiendo dar carpetazo.

Los protagonistas

Tanya y Pablo en una imagen de la serie (Fuente: Movistar+)

Miguel Ángel Silvestre está enorme. Contenido y muy claro, consigue transmitir la desesperación e impotencia sin necesidad de recurrir a herramientas evidentes. A menudo, es conducido de un lado al otro como una oveja. Es en esas escenas donde más consigue transmitir: cabeza gacha, miradas impotentes a su entorno y tramas enteras que se queman prácticamente en silencio. No destriparé detalles, pero el uso de ese recurso recrudece algunas de las cosas que nos cuentan y hace que la angustia ante situaciones que, en otras circunstancias, ya serían dolorosas no se pueda aguantar sin moverte incómodamente en el sofá.

Pero él no es el único. El otro gran papel es el de Marisé Álvarez, que hace de Tanya, esposa de Pablo y novia de la juventud. Con ella es con quien estaba la noche del 26 de junio, y con ella ha seguido todos estos años. Casi sin poder verse ni tocarse, han pasado por todo un periplo en el que sólo la locura o la verdad puede hacer que esa relación se sostenga. En ella recae el mayor peso emocional de la historia. Casarse con alguien a quien no tocas desde hace una década. No podemos imaginar la desesperación que tiene que acarrear una situación así, aunque nos es algo más fácil gracias al papel de Marisé.

Apoyo transmedia

En el corredor de la muerte no llega sola. Lo hace junto con cuatro programas de podcast que ya están disponibles y que serán completados con un quinto episodio en breve. Gracias a ellos podemos conocer más cosas de todo el proceso, del propio caso y de la serie, y del estado en que se encuentra todo. Y es que no ha acabado.

El nuevo juicio se falló en paralelo a la grabación, la lectura de sentencia fue un momento de lo más emocionante que es narrado por sus protagonistas. Aún queda camino por delante en el caso de Pablo Ibar. Él no lo hizo. La familia está convencida de ello y el propio Ibar ha defendido su inocencia desde el principio. Y piensan tocar cuantas puertas hagan falta para lograr el fallo exculpatorio que devuelva a la calle a un hombre que que está preso por ser latino y llevar bigote.

‘En el corredor de la muerte’ está disponible en Movistar+.

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