(Fuente: RTVE)
Esta crítica se ha escrito tras ver el primer capítulo de la tercera temporada de ‘Estoy vivo’ y contiene spoilers.
Márquez nunca puede empezar una temporada de Estoy vivo con tranquilidad. En el esquema de la serie, los villanos y los misterios a los que deben enfrentarse Márquez y Yago (alias, el Enlace) se solucionan al acabar cada tanda de capítulos, lo que implica que, para el inicio de la siguiente, hay que presentar un nuevo reto, un nuevo enigma y una nueva situación complicada que resolver. Para la tercera temporada, esa situación es bastante más compleja de lo habitual.
Porque la serie arranca su capítulo de regreso con un accidente de tráfico en el que mueren Laura, Bea y Susana, o lo que es lo mismo, la esposa y las dos hijas de Andrés Vargas, el hombre que antes era Márquez. Es un mazazo tremendo para él, que por fin había recuperado con ellas la relación que había tenido en su vida anterior, pero forma parte de ese nuevo misterio que se desenredará a lo largo de la temporada y que, por ahora, tiene su centro en esa joven asesina que se nos presenta como si fuera una supervillana de Batman.
Estoy vivo es, a estas alturas, una ficción que sabe muy bien qué le funciona y qué no. Que Sebas se integre en el equipo de Márquez y Yago ayuda a quitar de enmedio uno de los principales que suelen tener este tipo de series, como es que sus protagonistas tengan que montar elaboradas mentiras para mantener sus secretos, algo que termina agotándose mucho antes de que los guionistas lo resuelvan. Con los tres ya al mismo nivel, resultan más entretenidas tramas como esa profanación de la tumba de las tres mujeres para comprobar si sus cadáveres están allí. Esto forma parte, además, de la desconfianza que Márquez ha sentido siempre hacia la Pasarela y sus jefes. Para alguien como él, que prefiere gestionar por su cuenta sus asuntos, que le oculten información no es lo que más le agrada.
Jan Cornet (a la derecha) es una de las nuevas incorporaciones. (Fuente: RTVE)
El primer episodio funciona como lanzamiento de la nueva trama para toda la temporada. Presenta un reverso del arranque de la segunda: en aquella, eran Laura, Bea y Susana las que tenían que superar la ausencia repentina de Márquez y Yago. Aquí, son ellos los que lloran su pérdida, aunque sepan que han regresado a la Tierra de alguna manera. El episodio nos da algunas pistas de cómo (esa policía nueva que lleva la chupa de Susana), al mismo tiempo que presenta a los tres nuevos personajes, de los que hemos aprendido a desconfiar.
La nueva comisaría, interpretada por Aitana Sánchez-Gijón, apenas tiene gran cosa que hacer en el primer episodio (el tráiler desvelaba algo más de ella, y apunta maneras), mientras Jan Cornet vuelve a ser el policía nuevo con una agenda oculta. En cuanto a la asesina a la que da vida Laia Manzanares (otra actriz de la cantera de Merlí), va a aportar claramente el componente sobrenatural porque su objetivo está puesto por completo en arruinar la vida de Márquez, ya averiguaremos por qué. Lleva unas pintas un poco de Lisbeth Salander pasada por Élite, pero tiene una presentación muy eficaz.
Todo el episodio es muy eficaz. Transmite el sentimiento del duelo por haber perdido a las tres mujeres más importantes en la vida de su protagonista y empieza a construir bien esa nueva amenaza a la que sus personajes deberán hacer frente, y que les afecta de una manera mucho más directa que las otras. Será interesante cómo se entrelaza la búsqueda de los nuevos “trajes” de Laura, Susana y Bea con los propósitos de esa asesina, especialmente porque Estoy vivo controla perfectamente su fórmula y entrega un arranque de temporada muy entretenido y que sabe qué teclas tocar para intrigarnos de cara al resto de la temporada.
La tercera temporada de ‘Estoy vivo’ se emite los jueves, a las 22:40 h., en La 1.
