Crítica: ‘Home Before Dark’, una ‘Veronica Mars’ en formato pequeño

por Valentina Morillo3 de abril de 2020

Esta foto es la primera prueba de las similitudes con ‘Veronica Mars’. (Fuente: Apple TV+)

Esta crítica se ha escrito después de ver dos episodios de ‘Home Before Dark’. No contiene spoilers.

Cuando en la primera escena de Home Before Dark escuchamos la voz en off de Hilde Lisko, nos queda claro que a pesar de tener solo 9 años está atenta a su entorno y es capaz de entender la verdadera razón por la que su familia ha cambiado su residencia, aunque nadie se lo haya explicado. A Hilde, la protagonista de esta historia, la interpreta Brooklyn Prince, la actriz que nos conquistó en The Florida Project y, aunque los personajes infantiles en la pantalla suelen espantarnos, creedme cuando os digo que ella es la estrella absoluta estrella de esta serie. (La he visto en versión original, no sé si el efecto cambia con el doblaje).

Hilde creció admirando a su padre, un periodista de investigación de Nueva York, al que acompañó muchas veces en su trabajo de campo y del que aprendió todo lo que sabe sobre periodismo, su vocación; por algo su película favorita no es Harry Potter, sino Los hombres del presidente. Cuando empieza la serie, la familia se traslada al pueblo en el que creció su padre, lo que implica reajustes para todos. En su primera noche en la nueva casa aparece muerto uno de los vecinos y, aunque la policía cierra el caso como un accidente, Hilde tiene razones para pensar que ha sido un asesinato, y así lo publica en el periódico digital local que crea antes de irse a dormir.

Obviamente, esto le traerá problemas a los Lisko, pero lo peor estará por llegar, porque el caso está conectado con otro ocurrido décadas atrás, en el que estuvo involucrado el padre de Hilde, algo de lo que nadie quiere hablar, pero que tampoco están dispuestos a olvidar. Y que, por cierto, desconocían por completo su esposa y sus hijas.

(Fuente: Apple TV+)

Ahí tenemos plantado el caso de la temporada, el cual investigará Hilde con la ayuda de sus amigos y una policía de la comisaría que se convierte en su aliada. La protagonista de esta historia puede ser una niña, pero es inteligente, observadora y, realmente, tiene madera de detective. Es una Veronica Mars con siete años menos que se toma en serio lo que hace, que no se desanima porque otros subestimen sus capacidades, y siempre está dispuesta a reclamar lo que considera justo.

Como Veronica, Hilde también tiene siempre la respuesta precisa e ingeniosa en cada momento y una relación muy especial con su padre, que no siempre lleva bien las actividades extracurriculares de su pequeña, pero que tampoco le corta de cuajo las alas. El mejor ejemplo está en una escena del segundo episodio, en la que le recrimina algo que ha hecho diciéndole que ha roto una regla básica del periodismo, no que se ha metido en temas de adultos.

Aunque el punto de vista de la serie no es siempre el de Hilde, porque también seguimos los secretos y traumas de los adultos, desde la dirección se refuerza el protagonismo de la heroína con una cámara que en sus escenas siempre está a la altura de sus ojos; aunque algunos personajes no se la tomen en serio, Home Before Dark captura el mundo tal como ella lo ve.

(Fuente: Apple TV+)

Como solo he visto dos episodios, no sé qué tal se sostiene el misterio durante la temporada, ni cuánto protagonismo van tomando la trama de los adultos, pero esta serie de Apple TV+ parece una propuesta lo suficientemente entretenida para estos días que nos ha tocado vivir. Es al mismo tiempo un drama familiar, uno criminal y una aventura infantil spielbergiana con un punto de vista diferente, y también una dosis justa de temas adultos, pero sin la intensidad de un thriller con mayores pretensiones.

Si sois, como todos, unos nostálgicos de Veronica Mars, esta es a día de hoy su mejor sustituta. La protagonista tiene altos niveles de adorabilidad y, aunque no podemos decir lo mismo de sus compañeros de aventura, que se acercan mucho a los “típicos personajes infantiles”, el trabajo de Prince compensa esa falta con creces.