(Fuente: TNT)
Este artículo se ha escrito tras ver el primer episodio de la segunda temporada de ‘Prodigal Son’ y contiene spoilers.
El final de la primera temporada de Prodigal Son fue feliz de una forma muy retorcida: salvar a Jessica (Bellamy Young) y Ansley (Halston Sage) siempre es una buena noticia y nuestro corazoncito descansó un poco al ver el sangriento final de Nicholas Endicott (Dermot Mulroney), quien se merecía sobradamente todo lo que le pasara. Pero ha comportado cambios: Malcolm (Tom Payne) y su hermana están más unidos que nunca y juntos guardan un secreto de esos que solo tendrías con alguien a quien amas muchísimo. Ella está agradecida, él preocupado y Martin Whitly no podría estar más emocionado.
Y es que él también es parte del misterio de la desaparición de Nicholas, cuyos restos han sido vistos en un lago estonio, y no duda en usar esa experiencia en su favor. Si la primera temporada jugaba con la exploración de los recuerdos infantiles de Malcolm, esta segunda parece plantear preguntas recurrentes cuando se habla de asesinos en serie, ¿se puede heredar algo así?, ¿existe algún componente genético? Y, por tanto, ¿le va a Malcom la marcha después de la influencia de su padre, o simplemente hizo lo que hizo por su vínculo con Ainsley? Aunque estas cuestiones planteen algo distinto a lo visto, lo cierto es que no deja de ser otra forma de desmontar la cabeza del hijo del Cirujano y de observar la relación de padre e hijo.
El descubrimiento de la nueva trama se hace mientras se atan los cabos dejados sueltos en el final de la primera temporada. Si alguien pensaba que íbamos a verles en lugares distintos, estaba equivocado; de todos esos cambios solamente vemos cómo vuelven a ordenarse. De esta manera la recuperación de Gil llena solo un par de escenas para mostrar que JT está perfectamente capacitado para hacer las labores de jefe, pero también para recordar el Black Live Matters que, además de ser referenciado en dos momentos distintos, recibe una clara alusión cuando JT es apuntado por varios agentes de policía sin motivo, o con un motivo, que no es otro que su raza.
Pero no es la única referencia a los últimos meses, la pandemia también es mencionada y utilizada, además, como excusa para devolver a Martin Whitly a su hogar carcelario, esa sala enorme donde antes había libros y alfombras y ahora está ocupada por un particular compañero. Un Martin, por cierto, que está más desbocado, divertido y redondo que nunca, y que tiene pinta de estar siendo un gusto de papel para Michael Sheen.
Sabemos que todavía no lo hemos visto todo, la promesa de la presencia de Catherine Zeta-Jones para esta nueva temporada mantiene las alertas encendidas a la espera de nuevas tramas con las que disfrutemos. Otro gran nombre para una serie que fue uno de los estrenos más frescos del pasado año, y que no parece estar dispuesta a perder su privilegiada posición.
Todo ha vuelto a su lugar, los viejos arcos se han actualizado y han avanzado unos pocos pasos, pero no lo suficiente para que esta sea una nueva serie. Prodigal Son sigue siendo esa apuesta segura sin mesura en la que desconectar semanalmente. No sé por cuánto tiempo más lograrán estirar el chicle, pero por el momento no pienso bajarme del tren.
‘Prodigal Son’ se emite los lunes en TNT.
