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Crítica: ‘Locke & Key’, una mezcla entre el terror y la fantasía infantil

(Fuente: Netflix)

Esta crítica se ha escrito después de ver los tres primeros episodios de ‘Locke & Key’. No contiene spoilers.

La de Locke & Key es una historia que trae cola. Escrita por Joe Hill (autor de NOS4A2) e ilustrada por Gabriel Rodríguez, fue comprada para llevar a la pequeña pantalla allá por 2011 por FOX. Pero no sería ni ella ni entonces quien nos la traería, sino que tendría que venir Netflix, casi una década después, para que la pudiéramos ver.

Los Locke acaban de mudarse a Ohio. Vienen a la búsqueda de un nuevo comienzo después de la muerte violenta del padre de la familia, y lo hacen regresando a su hogar de la infancia, una casa enorme, preciosa y propia de un cuento antiguo. La semejanza evidente con La maldición de Hill House no termina aquí. Pese a que la narración va por unos derroteros distintos, sí comparte que la casa sea el primer protagonista. Los personajes que la habitan deberán aprender a vivir en un lugar que encierra su propia magia. Y es que en ella van apareciendo llaves, cada una de ellas con un poder y uso específico, que abren puertas a otras realidades de lo más variadas que pueden ser un soplo de aire fresco, o la perdición del que las use.

La pieza arquitectónica contra el mundo es un tropo habitual en las historias de terror clásicas, ese elemento fantástico que tiene personalidad propia y que hace de sus huéspedes una mezcla entre cautivos y guardianes. Es un gran monstruo de apariencia tranquila que conquista con su aspecto hermoso y te encierra entre sus garras.

Locke & Key combina, pues, una historia de terror con la propia fantasía juvenil de otros mundos posibles que se ve representada por Bode, el pequeño de los tres hijos, quien tendrá la extraña capacidad de oír susurrar a las llaves para, así, descubrir el lugar donde se ocultan.

(Fuente: Netflix)

El arranque de la serie es muy ágil y aprovecha que se trata de un imaginario que conocemos todos. Tras una presentación de lo más rápida, nos vemos sumergidos en una historia que encuentra en la fantasía su mejor baza. El mayor de sus peros es, posiblemente, la ausencia de personajes estimulantes más allá de los propios fantasmas. Sobre ellos recae toda la responsabilidad de enamorarnos de una producción protagonizada por tres adolescentes bastante intercambiables.

Su estética y montaje son impecables. La primera temporada ocurre en pleno invierno, lo que aumenta el halo de misterio; la gran casa y sus perfectos torreones se ven rodeados de un blanco de lo más puro que aumenta el carácter de ensoñación y la imagen de desconexión respecto al entorno. Mientras, sus habitantes pelearán por pasar página, integrarse en su nueva vida y superar el asesinato de su padre entre lugares surrealistas. Todos tienen algo de lo que arrepentirse y un camino propio de aceptación.

Como ya pasa con otras historias como esta, una vez estás dentro cuesta administrarse para hacerla durar. Toda ella es un gran relato del que no consigues salir fácilmente. La serie perfecta para un fin de semana de encierro. Una vez estás dentro, no hay quien logre salir.

‘Locke & Key’ está disponible en Netflix.

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