(Fuente: Netflix)
Esta crítica se ha escrito después de ‘Los Favoritos de Midas’ completa y no contiene spoilers.
Con personajes adinerados propios de HBO y las casas de ensueño que Élite nos demostró que también podíamos encontrar en territorio nacional, Netflix estrena este viernes Los favoritos de Midas, una miniserie inspirada en el relato homónimo de Jack London escrita por Miguel Barros y Mateo Gil y dirigida por este último. Se trata de una historia que se adentra en el mundo de los medios de comunicación y el poder, en la que un desconocido grupo pone en marcha una truculenta extorsión.
El destinatario de este chantaje es Víctor Genovés (Luis Tosar), director del grupo mediático Malvar, que trata de adaptarse a su nuevo cargo tras convertirse en el inesperado heredero del hombre que durante décadas luchó por hacer de su empresa una referencia en el mundo de la comunicación. Y aunque nadie duda de sus capacidades, Genovés es un hombre incómodo para el consejo de administración, por la “ideología sociata de la que presumes” y porque está mucho más preocupado por cumplir con lo que se espera de los medios que por hacerlos rentables.
Con un matrimonio fracasado y un hijo con el que apenas se comunica, Genovés vive en un precioso ático en el centro de Madrid, ciudad que se ha convertido en la punta de lanza de las protestas sociales que vive una España cansada de los deficientes servicios públicos y harta de la presión de las fuerzas de seguridad. Y aunque su existencia aparenta ser placentera, todo se complica cuando recibe una misteriosa carta.
(Fuente: Netflix)
En ella, el grupo que da nombre a la producción le solicita el pago de 50 millones de euros si no quiere que, cada semana, muera una persona al azar. Los extorsionadores se muestran comprensivos e incluso le proponen que los pagos se dividan en diez plazos. Pero tras deshacerse de la misiva y dejar pasar los días Genovés tiene la oportunidad de comprobar que no se trata de una broma y, tarde o temprano, tendrá que tomar una decisión. Pagar o seguir adelante con su vida y cargar con el peso de las muertes de personas que no conoce.
Compuesta por seis episodios de una hora de duración, Los favoritos de Midas arranca siendo una carrera contrarreloj que pone a prueba la ética y la moralidad de su protagonista. La ley, de la mano de la policía y un veterano inspector encarnado por Willy Toledo, y el amor, de la mano de un inesperado romance, serán los puntos de apoyo de un hombre todopoderoso que, sin embargo, tiene problemas para afrontar el enorme desafío que se plantea en cada carta.
De partida, el planteamiento es muy interesante y su ejecución, notable. Entre el fabuloso ático de Genovés y la primera de las Cuatro Torres de la Castellana en la que se sitúa su empresa, el protagonista se sumerge en la oscuridad que le proporciona su debate interno. ¿La vida de personas ajenas, que tienen familia y sueños, o el dinero que ayuda a sostener su heredado imperio mediático?
(Fuente: Netflix)
Sin embargo, a la hora del desenlace, la producción profundiza poco en el momento clave de la narración y las decisiones de Genovés no son tan nítidas como sería deseable. El espectador puede quedarse con la sensación de que le han contado una historia que ha quedado desequilibrada, porque ha planteado muchas preguntas a las que, más que ofrecer respuestas contundentes, las sugiere.
Un sufrido Luis Tosar, un momento social tan distópico como oportuno y los siempre interesantes entresijos de los conglomerados mediáticos son algunos de los grandes atractivos de esta miniserie que se presenta como el menú perfecto para un fin de semana de manta y sofá o, visto el calendario, para amenizar la espera de la llegada de The Crown. Pero con todo lo que pone sobre la mesa, y los debates morales que plantea, es una pena que haya que quedarse solo con eso.
‘Los favoritos de Midas’ está disponible en Netflix.
