Iñigo Aranbarri y Elena Irureta en ‘Patria’. (Fuente: HBO España)
Esta crítica se ha escrito después de ver los dos primeros episodios de ‘Patria’. No contiene spoilers.
El triunfo de Patria, eso que le hizo convertirse en todo un best-seller, más allá de debates sobre su mayor o menor calidad literaria, residía en su capacidad para afrontar un tema tan espinoso como el conflicto vasco sin caer en maniqueísmos de buenos y malos, ni tampoco ser equidistante a la hora de retratar el dolor o la responsabilidad de un lado y otro. “Todos somos parte de esta historia”, reza el eslogan con el que se promociona la serie de HBO España, pero no significa que todos sus personajes sean iguales ante la historia (de ahí la polémica de su cartel).
Mantener ese equilibrio perfecto de exposición y juicio, de motivaciones, daños y culpas, era el gran reto que tenía por delante el guionista Aitor Gabilondo, conocedor en primera persona de los surcos que dejó ETA en muchas personas, incluido él mismo, pero también en toda la sociedad. Y para conseguirlo apuesta por una sobriedad que impregna toda la serie, desde un guion calmado y sin grandes golpes de efecto, hasta una puesta en escena exquisita y realista.
La muerte de Txato que abre la novela y también la serie es una muestra de ese ejercicio de sobriedad, pues el enfoque huye del excesivo sentimentalismo y de la lágrima fácil. No hay pornografía emocional en Patria a pesar de que hubiese sido fácil caer en esa trampa. Lo que hace la serie es tejer un mapa de personajes cuyas vidas se truncaron por su relación, desde un lado o desde el otro, con la banda terrorista. Esposas, madres, amigos, hermanos que no pueden olvidar ni mirar hacia delante por el peso emocional que acarrea. Y en eso está Bittori, decidida a buscar la raíz de su sufrimiento e intentar cerrar la herida antes de que el tiempo se le agote.
Apoyados en un delicado diseño de producción y arte (esas figuras de lladró del piso de Bittori, esos tonos verdes, esa vajilla del piso de estudiantes…) y en una sobresaliente caracterización (quizás Joxe Mari es el único que queda un poco Tu cara me suena con el paso de los años), los personajes de la novela de Fernando Aramburu cobran vida como sus lectores los imaginaron. El elenco, carente de estrellas de alfombra roja y desbordante de talento, está impecablemente escogido aunque, como no podía ser de otra forma, Elena Irureta y Ane Gabarain brillan por encima de todo, sea en una línea temporal o en otra.
La serie Patria, como la novela, no deja de ser accesible a todos y muy universal en sus temas, pero a la vez dura de seguir. No hacen falta virtuosismos técnicos ni piruetas de guion porque la historia es lo que debe estar en primer plano. Un viaje difícil y árido, al igual que necesario. Una serie que nadie va a querer perderse este otoño.
‘Patria’ se estrena el 27 de septiembre en HBO España.
