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Crítica: ‘Inhumanos’, planos y aburridos

Hace justo un mes se preestrenó en más de 1000 salas IMAX de varios países una versión de los dos primeros episodios de Inhumans que emitió el viernes pasado ABC en Estados Unidos. Desde entonces, la crítica (la de los fans y la especializada) ha sido despiadada. Incluso, se llegó a rumorear que la serie sería cancelada antes de su estreno, con este panorama, las cifras de audiencia obtenidas por la cadena son mejores de lo que podría esperarse en un inicio (0.9 de rating en la demo 18–49 años y 3.8 millones de espectadores).

La estrategia de ABC de estrenar ‘Marvel’s Inhumans’ en los cines IMAX
Confirmación de la fecha de estreno y póster de la serie de superhéroes de ABCfueradeseries.com

Particularmente, me da mucha pereza escribir críticas sobre producciones fallidas. En parte, porque implica un gasto de energía del que ni yo ni vosotros sacaremos nada positivo pero, sobre todo, porque sé que carezco de la chispa necesaria para hacer los juegos de palabras ingeniosos que ese tipo de críticas requiere. Una tarea que es además harto difícil sin repetirse, cuando seguramente ya se han hecho todas las bromas posibles sobre la peluca de Medusa.

Dejando a un lado el apartado de los efectos especiales o el vestuario, la valoración de si la producción en su totalidad parece barata (en comparación con los presupuestos que se suponen que se han gastado), o de si era necesario rodar en IMAX sólo para mostrar algunos planos de la isla, es innegable que el principal problema de Inhumans es narrativo.

En dos episodios la serie falla al definir su universo. Se supone, porque los espectadores somos listos, no porque la serie haya hecho mucho esfuerzo en establecerlo, que esta colonia de Inhumanos vive en un estado desigual en el que son discriminados genéticamente: los que desarrollan poderes son considerados superiores y los que no, son condenados a trabajar en las minas. Y que, además, hay sobrepoblación, pero su monarquía prefiere rescatar a los de su raza de la tierra y traerlos a la colonia de la luna, en lugar de volver al planeta donde las tornas cambiarían y ellos serían los diferentes.

Es un punto de partida rico en posibilidades que habría permitido hacer una lectura política y social interesante sin necesidad de ponerse muy profundos. Pero no nos han permitido conocer realmente cómo es la vida de los simples humanos en ese mundo en el que hay humanos considerados superiores. Nos lo han (mal) contado por la boca de un personaje.

Solemos quejarnos de los flashbacks, pero en ocasiones son una solución fácil a la hora de aportar contexto y establecer relaciones entre los personajes. Quizá, era tan fácil como empezar la historia desde el punto de vista de una familia que haya sufrido las consecuencias de la separación de sus miembros a causa de los designios del Consejo genético. O mostrar la situación en la que viven los (esclavos) trabajadores de las minas para que se sembrara la semilla de la insatisfacción que los lleva a un golpe de estado.

Y no es que la serie haya decidido no insertar flashbacks, pero cuando lo hace desperdicia cualquier oportunidad de contar algo interesante o emotivo. Por ejemplo, cuando Maximus le recuerda a Black Bolt que mató a sus padres, la serie malgasta 5 segundos para mostrarnos que, efectivamente lo hizo, pero sin aportar nada más. Simplemente dijo “¿por qué?” y el poder de su voz los estampó contra la pared. Así, sin contexto, sin intención dramática o una mínima preocupación por construir personajes.

Podríamos entrar a valorar lo mal definidos y confusos que son los poderes de los que se suponen que son los protagonistas: como el de Karnak, los de Crystal y su vínculo con el perrete Lockjaw o, sí, el pelo de Medusa. El nulo desarrollo de la relación entre Maximus y Auran (o su propio personaje, no sabemos nada de ella) y el resto de la Guardia Real para que decidan apoyarlo en lo que en la serie parece que es de la noche a la mañana.

También podríamos hablar del cero impacto emocional que tiene la escena en la que rapan a Medusa, cuando teóricamente serviría de símbolo para tantas vejaciones en la vida real. O el del momento brutalidad policial, que pierde todo su efecto cuando la víctima es un Rey que ha entrado a una tienda y se ha llevado un traje sin pagar y se defiende a golpes.

Podríamos continuar hablando de todo esto, pero yo lo sé, vosotros lo sabéis y todos sabemos que lo sabemos. Inhumans no vale la pena ni para hablar de ella.

Si no fuera por Lowjack…

Notas al margen

(Aquí puedes leer todas nuestras críticas de los pilotos de la temporada de otoño de 2017).

Los nuevos episodios de ‘Inhumans’ pueden verse los sábados en Movistar Series Xtra.

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