Crítica: ‘Star Trek: Discovery’ 2×08 — ‘Si la memoria no falla’

por Marina Such12 de marzo de 2019

Ethan Peck y Sonequa Martin-Green. (Fuente: Imdb)

Y, finalmente, llegó el clímax emocional entre Spock y Michael Burnham que Star Trek: Discovery lleva preparando toda la temporada. Lo hace en un capítulo que tira de la larguísima historia de la saga de Star Trek para recuperar el primer piloto de la serie original, aquel que presentaba al capitán Christopher Pike y a su oficial científico Spock y que se descartó. El previously on que precede a este capítulo, de hecho, recuerda aquel The Cage con la sintonía de los 60 de fondo, un recordatorio importante porque es, de algún modo, una continuación.

Los habitantes telépatas de Talos IV son los únicos que pueden ayudar a Spock a recuperar la cordura, pero también son un poco pervertidos y fetichistas de recuerdos que despiertan emociones traumáticas. Así es como averiguamos qué le dijo Michael para que se creara entre ambos una barrera insalvable (y para que llevara a Spock a casi despreciar su lado humano) y también se refuerza la sensación de que Vina está atrapada en una jaula de oro. Realmente, los talosianos son la herramienta de guión perfecta para que la serie explique los cabos sueltos del Ángel Rojo y para que la Discovery logre eludir, una vez más, a una Sección 31 que Georghiou va a liderar en menos de lo que se tarda en decir “dos para transporte”.

Esa conexión con los orígenes de Star Trek se traslada temáticamente también al episodio. Burnham tiene que revivir su culpa en haber hecho a Spock como es ahora y, en la nave, Hugh casi tiene que deletrearle a Stamets que reconstruir a un muerto a partir de su ADN no quiere decir que vayas a tener de vuelta a esa misma persona. Ese Hugh 2.0 no se reconoce a sí mismo, no comprende lo que siente pero quiere sentirlo, se pelea con Tyler porque está enfadado, no tiene claro si con Tyler, consigo mismo, con el universo en general… Su identidad es un misterio para él, del mismo modo que los dos hermanastros han tenido sus dificultades asumiendo lo que son. O averiguándolo, simplemente.

Puede haberse desvelado que lo que el Ángel Rojo intenta es evitar la destrucción de la vida inteligente en el cosmos, o que Pike está dispuesto a saltarse algunas reglas para proteger a su tripulación, pero es esa lucha constante de muchos de sus personajes con sus identidades lo que ha impulsado buena parte de la segunda temporada.

(Fuente: CBS All Access)

Saru está todavía descubriendo quién es tras haber pasado el rito iniciático de su pueblo, Tyler intenta asumir que Voq ha quedado atrás (lo que no es del todo cierto), Burnham sufre en su pelea permanente por reconciliar su humanidad con su educación vulcaniana y Spock ha cerrado una mitad de sí mismo porque es incapaz de afrontar el dolor que le provoca. Las advertencias del Ángel Rojo pueden ser el motor de la trama, pero la historia que Star Trek: Discovery está contando en realidad va por un lado más personal.

Es lo que eleva un poco más lo que todos van a jugarse en esa carrera por averiguar cómo puede impedirse ese apocalipsis futuro antes de que la Sección 31 los atrape. Discovery a la fuga puede aportar más tensión a estos capítulos que nos llevan hasta el final de temporada. Hasta ahora, hemos visto más recolocación de piezas y asentamiento de los cimientos de la historia y es de esperar que, a partir de este capítulo, la trama adquiera otra velocidad. Sobre todo porque la Airam hackeada ya está haciendo de las suyas.