(Fuente: HBO España)
Esta crítica se ha escrito tras ver el primer capítulo y contiene algunos spoilers.
Después del batiburrillo sudafricano de Queen Sono, que bien pudiera haberse titulado “Viaje con nosotros…”, repleto de tópicos y trufado de referencias baratas al maravilloso Blaxploitation setentero (dónde está mi Pam Grier), Cinemax y HBO España presentan otra producción sudafricana, de tintes sustancialmente diferentes y con una trama, a priori, que resulta además de atractiva, mucho más adulta y, dónde va a parar, mucho menos somnolienta.
Trackers, de Robert Thorogood (creador de la celebérrima Crimen en el paraíso), nos propone una historia sobre un complot terrorista en un evento de dimensiones capitales: un partido de fútbol amistoso entre la selección sudafricana y la de Estados Unidos.
Basada en un libro de Deon Meyer, la trama transita a través de tres elementos. Por un lado, el PBI (Oficina Presidencial de Inteligencia de Ciudad del Cabo) recibe un soplo de una reunión entre un grupo de extremistas islámicos locales y Suleiman Daoud (Emmanuel Castis), un alto dirigente de Al Qaeda, que ha volado desde Oriente Medio hasta Sudáfrica. El equipo de operaciones del PBI infiltra una cámara en el local del grupo extremista y diseña una operación para su desarticulación pero, en el último momento, la jefa del PBI, Janina Mentz (Sandi Schultz), desestima la intervención.
(Fuente: HBO España)
Paralelamente, Milla (Rolanda Marais), una ama de casa en trámites de separación y con problemas para la custodia de su hijo, decide viajar a Ciudad del Cabo para conseguir trabajo de periodista, a pesar de llevar muchos años sin ejercer como tal. Por un capricho del destino, Milla es captada por el PBI como analista e investigadora.
Por último, en Loxton, una zona del interior del país, Lemmer (James Gracie), ex militar de las fuerzas especiales, malvive haciendo trabajos de tres al cuarto; un antiguo compañero le ofrece escoltar un camión desde Zimbabue hasta Sudáfrica. Lemmer conoce bien a su compañero y, cuando le pregunta por el contenido, no obtiene respuesta. Las necesidades económicas de Lemmer le empujan finalmente a aceptar el encargo y viaja hasta Zimbabue.
La trama se complica cuando la Presidencia advierte a Janina que el gobierno estudia desmantelar el PBI, lo que plantea un interrogante con la investigación en curso sobre el atentado terrorista en un estadio que albergará a ochenta mil espectadores. Milla, por su parte, descubre, a través de varios listados de llamadas, una conexión entre uno de los cabecillas del grupo extremista y un nombre que despierta las alarmas en el PBI. Y, mientras tanto, a Lemmer se le unen en el camino Lourens (Gerald Steyn) y Flea (Trix Vivier); cuando llegan al punto de encuentro en la frontera con Zimbabue, un sospechoso grupo de paramilitares les recibe con una jaula enorme tapada con una lona. Flea decide saber qué es lo que transportarán hasta Sudáfrica y destapa la jaula: un enorme rinoceronte aguarda su viaje.
(Fuente: HBO España)
Trackers está rodada íntegramente en Sudáfrica y, para aportar una mayor veracidad a la serie, sus diálogos son mayoritariamente en afrikáner, aunque también, dependiendo de la escena, escuchamos inglés, árabe y sotho (la lengua de habla negra más extendida en Sudáfrica y Lesoto).
Dirigida íntegramente por el finés Jyri Kähönen (Bordertown), la serie consigue adoptar un toque más europeo, pero sin erradicar el poso autóctono, lo que convierte el resultado final en un producto ciertamente exótico y, al mismo tiempo, también cercano. Unas interpretaciones correctas, sin estridencias, pero sin alardes, y una fotografía que abunda en la hermosa Ciudad del Cabo, sumadas a una historia que en apariencia no apuesta por el maniqueísmo ni los “topicazos”, hacen de Trackers una serie que se prevé entretenida y ágil.
Y con rinocerontes.
‘Trackers’ está disponible todos los sábados en HBO España.
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