Crítica: ‘Transparent’ difumina las fronteras físicas y de género

por Valentina Morillo29 de septiembre de 2017

Fuente: Movistar.

Después de cuatro años Transparent continúa ofreciendo una experiencia televisiva única. Desde el principio, la serie creada por Jill Soloway ha subvertido todas nuestras expectativas y los tropos que dicen que identificarnos a un nivel personal e íntimo con los personajes es necesario para poder establecer un vínculo emocional con ellas.

La familia Pfefferman, como grupo social, y como la suma de sus individuos, es peculiar hasta el extremo. Transparent nos sumerge hasta el fondo en la experiencia cultural judía; nos reta con las neurosis y los traumas de Maura, Shelly, Ali, Josh y Sarah; y explora la fluidez de género como si nos sentáramos a leer a Judith Butler.

La identificación con sus personajes no se produce entonces porque encontremos similitudes con nuestra propia experiencia, el vínculo se establece a partir de la empatía con los dilemas existenciales que nacen al cuestionarse lo que creían (y creíamos) inmutable.

A partir de aquí hay spoilers de la cuarta temporada de ‘Transparent’.

En la cuarta temporada de Transparent, la familia Pfefferman se embarca en un viaje literal y metafórico hasta Israel para explorar lo espiritual y lo político del entorno, su pasado cultural judío, el pasado de la unidad familiar y sus experiencias e identidades como individuos.

En sus diez episodios, la serie reflexiona sobre las fronteras políticas y las personales, cuestiona el marco binario y, una vez más, explora la idea de que la propia identidad es un devenir constante. Y propone la tesis de que la felicidad (la tierra prometida) no significa lo mismo para cada uno de nosotros, que forma parte de un proceso de autodescubrimiento en el que tenemos que liberarnos del peso del equipaje emocional del pasado, abrirnos a los demás e iniciar una búsqueda personal en nuestros propios términos.

Lo que nos ha enseñado ‘Transparent’
Porque las series también construyen referentes y filtran nuestra forma de entender el mundofueradeseries.com

No sé hasta qué punto consigo ser objetiva cuando me enfrento a valorar esta serie. A veces me parece que es demasiado ambiciosa en su intención de establecer paralelismos históricos y luego descubro que, tal como planteaba en su segunda temporada, hay estudios que demuestran que el trauma de los supervivientes del holocausto puede ser heredado genéticamente por sus descendientes.

Lo mismo me ocurrió cuando me contaron la fascinante historia de Gittel en el Berlín de los años 20 y luego leí que el trabajo del Doctor Magnus Hirschfeld como primer activista y defensor de los derechos de los homosexuales y las personas trans fue real. Así que, sólo puedo reconocer que la serie no deja de sorprenderme y de ampliar mi visión del mundo, por lo que cualquier fallo queda minimizado por su capacidad de hacerme sentir y pensar. Cada nueva temporada de Transparent me ha gustado más que la anterior.

Fuente: Movistar.

Los mejores momentos

Ali bajo la manta de su abuela después de leer el artículo sobre su vagina (con referencias a tenedores) que había sido publicado por Leslie en The New Yorker.
“Una erección no es consentimiento”. Habría que imprimir camisetas y vallas con esta frase. Siempre será poco todo esfuerzo por despertar consciencias sobre la problemática del abuso sexual. En el caso del abuso sexual a varones por parte de mujeres mayores que ellos aún sigue vigente esa peligrosa confusión que parte de la postura de la masculinidad tóxica. Recordad el caso del flashback de Don Draper que pocos identificaron como abuso.

Fuente: Movistar.

Los flashbacks de Maura, en especial cuando veíamos en pantalla representada la dualidad de su yo público, Mort, y su yo real.
El flashback de Davinia. Es cierto que queda un poco perdido dentro de la experiencia israelí del resto de personajes, pero la serie le dedica su propia trama y elige no recrearse en el drama sino en la importancia de tener a tu alrededor personas con las que puedes contar.
Comprobar que Maura, con quien iniciamos el viaje, se siente cómoda en su piel y está disfrutando de una relación estable con Donald.
Shelley, inspirada por la experiencia de Maura, continúa buscando su propia voz. Es difícil, sobre todo en medio del gen Pfeferman. Empezó al final de la tercera temporada y en esta ha conseguido abrirse y hacerse escuchar.
Siguiendo con Shelly: Mario. Su personaje suele ser usado como alivio cómico y su Mario nos regaló varios momentos de la temporada, incluido aquel en el que convence al alemán de renunciar a los días que ya había contratado en Airbnb.
La teoría sobre paternidad de Sarah. Cuando la ponía en práctica y funcionaba no podía evitar reírme porque carece de toda lógica y parece brujería. Confieso que sus viajes personales y la naturaleza de su insatisfacción continúan siendo los que menos me implican a nivel personal. Eso sí, Alia Shawkat está fantástica y ya tenemos plantada la semilla del conflicto para la quinta temporada.
La conversación en el Mar Muerto sobre identidad de género y la elección de pronombres para quienes se identifican como sujetos fuera del marco binario. No sé cómo la tradujeron, porque aquí no tenemos equivalentes directos de they y them. Si la visteis con subtítulos en español, contádmelo, por favor, en los comentarios.
Que Maura y Bryna hayan descubierto lo que pasó con Gittel es lo mejor que nos dejó la aparición de The Cool Guy. Nosotros conocimos la historia a través de flashbacks en la segunda temporada y en ese momento me produjo infinita tristeza que Maura no hubiese tenido la oportunidad de escucharla de boca de su madre, sabiendo que la habría entendido mejor que nadie.

Fuente: Movistar.

Que la serie haya elegido no seguir el camino dramático en situaciones en las que podríamos esperarlo. Por ejemplo, después de la tensión inicial en el aeropuerto, o en el Muro de las Lamentaciones, cuando estaban divididos varones y mujeres. En este último caso, la escena nos sorprende cuando descubrimos que estaba diseñada con una intención diferente. Por cierto, La representación del viaje personal de Ali en el cuestionamiento de su identidad es otro de los aciertos de la temporada.
El casco para los viajes en avión de Josh. Necesito uno.

Notas al margen

La música de Jesucristo Superstar ha estado presente durante toda la temporada. Buen uso, sobre todo en el cierre, con Everything’s Alright. Los Pfefferman siempre serán personas complicadas, pero han emprendido un viaje de reconciliación con su pasado y autodescubrimiento de sus propias identidades.
Los actores no viajaron a Israel, el rodaje se realizó en Los Ángeles. Jill Soloway se desplazó antes del proceso de escritura de los guiones con un equipo reducido para rodar planos de apoyo y vivir la experiencia de primera mano.
Se ha anunciado en varios medios la noticia de que Jill Soloway no será la showrunner de la quinta temporada, cargo que ocupará Jill Gordon. A la duda de cómo afectará este cambio a la serie, Soloway le contó recientemente a The Hollywood Reporter, que no la afectará de ninguna manera. Seguirá tan involucrada como siempre, porque la showrunner desde la segunda temporada no era ella sino Bridget Bedard.

Las notas de Fuera de Series:

En Fuera de Series puntuamos nuestros análisis en una triple escala de 1 a 5, inspirada en la que usa Little White Lies, en función de lo deseosos que estábamos de ver la serie (“Antes”), lo que nos ha parecido viéndola (“Durante”) y las ganas de ver más y de comentarla con más gente tras hacerlo (“Después”).