(Fuente: Atresmedia)
Esta crítica se ha escrito tras ver el primer episodio de ‘Veneno’ y no contiene spoilers.
La Veneno fue un personaje construido, en parte, por la televisión. Podía ser el que Cristina Ortiz utilizaba para trabajar en la calle, pero su verdadera dimensión llegó cuando se sentó por primera vez frente a Pepe Navarro en Esta noche cruzamos el Mississippi. A mediados de los 90, para una parte muy importante de los espectadores, ver a La Veneno ser ella misma (o una parte de ella misma) todas las noches en Telecinco abrió una ventana a un mundo que podía ser completamente extraterrestre. Le dio visibilidad a la existencia de personas trans, aunque no era la primera mujer trans que había salido en televisión (Bibiana Fernández, cuando todavía era Bibi Andersen, presentó programas de variedades y de entrevistas en TVE en los 80).
Ese aspecto de la visibilidad es uno de los que más se destaca al hablar ahora de Cristina Ortiz, fallecida en 2016, y es uno de los que toca con más claridad en su primer capítulo Veneno, la serie de Javier Calvo y Javier Ambrossi que emite precisamente ese episodio el próximo domingo en Atresplayer Premium. Solo veremos, por ahora, ese capítulo porque la crisis del coronavirus ha afectado también la última fase del rodaje y la postproducción de la serie, por lo que no sabemos cuándo estarán disponibles los demás.
Y únicamente con el principio ya podemos lamentar que no haya más. Porque Calvo y Ambrossi destilan todo lo que probaron en Paquita Salas sobre la intersección de drama y humor, sobre personas que lo fueron todo en su momento, sobre segundas oportunidades, sobre la familia elegida, y no pierden ese oído para conversaciones mundanas que enseguida tienen chispa y ayudan a que les tomemos cariño a sus personajes.
La serie no juzga a ninguno de ellos; deja que se muestren tal cual son. La entrada en escena de La Veneno, por supuesto, es la de una estrella, y se nota el esfuerzo por contar su historia desde todos los ángulos. No era el icono inalcanzable que salía por la tele, sino que era una persona de la que esa faceta era otra más de su vida. En el primer episodio vemos a Daniela Santiago e Isabel Torres interpretarla y en ambos casos están sublimes.
El punto de entrada en la historia, de todos modos, es el de Valeria Vargas, la autora de la biografía en la que se basa la serie. Valeria es todavía un universitario de Valencia que no se atreve a reconocer públicamente que es trans, pero la inspiración de Cristina Ortiz resulta muy importante para ella. Ahí es donde descansa una de las tesis de Veneno, que esa visibilidad por televisión es clave para que ayudar a que otras personas puedan ponerle un nombre a lo que sienten. Ortiz no lo hacía por eso y, tal vez, no era del todo consciente de ello, pero hay una escena de reconocimiento que lo prueba.
Esto solo es el principio de Veneno, y no puede ser más prometedor. Hay algunas grandes sorpresas entre el reparto (una que se puede contar es cómo Israel Elejalde se transforma en Pepe Navarro) y un equilibrio entre el drama, la comedia más costumbrista, la presión por triunfar y la melancolía, más que la tragedia, que funciona muy bien. Apunta a que va a ser una celebración de la vida que irá más allá de La Veneno.
Ya puedes ver FDS Directo con los Javis (‘Veneno’)
El primer episodio de ‘Veneno’ se emite el domingo 29 de marzo en Atresplayer Premium.
