Crítica: ‘Watchmen’ 1×09— ‘See how they fly’

por Álvaro Onieva16 de diciembre de 2019

Regina King es Angela Abar en ‘Watchmen’. (Fuente: HBO)

Watchmen ha terminado. No sabemos si habrá segunda temporada algún día, pero lo que Damon Lindelof soñaba con contarnos ha concluido. Un punto final a un “volumen” de la historia, que diría él de forma repipi. Nueve episodios, una historia. Y antes de entrar en harina con lo que ha ocurrido en el episodio quiero contestar a dos preguntas fundamentales cuya respuesta, por supuesto, será totalmente subjetiva. ¿Ha merecido la pena el viaje? Sí. ¿Ha sido este episodio final el mejor y ha cumplido con las expectativas? No del todo.

La difícil tarea a la que se enfrentaba este episodio no era tanto la colocación de las piezas que faltaban -que entendíamos que estaban aguardando el momento perfecto- sino que no podía seguir la naturaleza de la serie y su propia inercia. Watchmen se ha centrado más en los flashbacks y las historias de contexto que ampliaban la magnitud del relato que en la línea de acción presente (esto es, no contaba tanto lo que pasaba sino de dónde venía todo), sin apenas progreso hasta el final. Y en este punto era imposible rehuir del avance. La acción debía pasar y el cometido consistía en que estuviese a la altura de las circunstancias.

Centrifugador cuántico, ven a mí

Lo que nos cuentan: Lady Trieu es hija de Ozymandias y la estatua que tiene en el jardín es, de hecho, un Ozymandias petrificado a lo Han Solo; él estaba en Europa intentando escapar y cuando escribe “Save Me D — -” la palabra seguía con “Daughter” (hija) y no con “Doctor” como podíamos creer; además, toda la trama de Ozymandias era en una línea anterior a la principal, situándose en 2008. Ah, y que el Reloj del Milenio es un centrifugador cuántico para transferir los poderes del Doctor Manhattan a Trieu.

Así, tenemos a la científica intentando hacer lo mismo que el senador Keene, con la diferencia de que ella es más lista (y una narcisista acérrima de pies pequeños, según su padre) y está usando a los racistas como señuelo para distraer la atención del doctor (¿o eso cree ella?). La trampa del guion, claro, está en que la omnisciencia del señor azul facilita mucho las cosas. A los guionistas, más que a nadie (el Doctor Manhattan es a Watchmen lo que las cualidades electromagnéticas de la Isla eran a Perdidos, solo que aquí está mejor traído).

Keene, menudo piltrafa. (Fuente: HBO)

¿Y si todo -incluída la Kavallería y el plan de Trieu- estaba siendo monitorizado por este Dios que quería llevarles hacia el punto de su destrucción? Si lo analizas bien, todas las fichas se mueven las unas a las otras para que confluyan en ese desenlace concreto, si hubiese faltado una, el efecto dominó no se produce. Vale, la pregunta entonces es: ¿por qué el Doctor Manhattan quería conducir todo hacia su destrucción aun a riesgo de que el plan saliera mal y sus colosales poderes terminasen en las manos equivocadas?

El final a lo ‘Origen’: ¿dos posibilidades?

Después de todo el pifostio del platillo volante que transfiere poderes y de los calamares congelados que sirven de metralleta aérea, cuando el Doctor Manhattan fallece (o se deja matar) resulta que sus poderes tal vez no desaparecen. No estarán al servicio del senador Keene ni tampoco de Lady Trieu, pero ¿y de Angela Abar? ¿ha transferido Jon sus capacidades al huevo de los gofres que quedó en el cartón tirado en el suelo de la cocina?

Después de comérselo, Angela está a punto de comprobar si puede caminar sobre el agua y, por tanto, si tiene poderes: ¿levitará o se hundirá hasta el fondo? La duda queda en el aire con un final que (podemos opinar que tarde y chuscamente) quiere marcarse un Origen.

Hipótesis A: Se hunde y, por tanto, no tiene poderes

Volviendo a la pregunta de por qué el Doctor Manhattan ha montado todo esto (o en su defecto se ha dejado llevar por ello), lo que me resulta más plausible es pensar que quería acabar con sus poderes: al acercarse a la naturaleza humana a través del amor que siente hacia Angela, llega a ser consciente de la magnitud de su fuerza como Dios y de cómo los hombres van a codiciarla. Ansía ser humano y podía esconder su poder por un tiempo (esos diez años de felicidad), pero no para siempre.

¿No sería lo más noble destruirlo y evitar que nadie, incluso él, pueda utilizarlo? Del mismo modo que Trieu tiende una trampa a Keene, Jon se lo hace a ella, para que la transferencia de poder sea para nadie. Y así, el mundo nunca tenga ese peligro. Ningún humano merece ser divino.

¿Qué pasa en la piscina? (Fuente: HBO)

Hipótesis B: No se hunde, así que es la nueva deidad

La otra opción es que Jon sí hubiese transferido sus poderes al huevo en el episodio anterior y, por tanto, su intención fuese dárselos a Angela. No en vano, ella ha sido la gran heroína -aunque en este episodio no haya pintado mucho-, la persona a la que él ha amado y quien es más digna de semejante poder. Esta opción, por lo visto, es la que mantiene el propio Damon Lindelof.

Pero entonces, ¿cuál era el sentido de orquestar semejante sainete de platillos volantes, calamares, clones, supremacistas y héroes enmascarados? ¿era simplemente un plan divino para hacer a Angela cruzar el camino del héroe? ¿necesitaba todo este aprendizaje -y todo ese drama- para construirse como una deidad superior a la que fue su amado Doctor? Y, entonces, ¿realmente se fijó él en ella como una amante a la que quería amar de igual a igual o simplemente era la mujer idónea a la que transferir sus poderes, es decir, en la que poner su huevo, para librarse de su carga? ¿o él no lo orquesta y solamente deja que suceda?

Son preguntas y respuestas libres a la interpretación (a pesar de las entrevistas clarificadoras), pues para eso se crearon los finales abiertos. Ya sabéis, “Nada termina nunca”.

Nota al margen: ¿Dónde está el Hombre Lubricante? ¿por qué no nos lo han vuelto a mostrar y por qué no se ha confirmado la teoría fan de que era Petey? Es más, ¿DÓNDE ESTÁ PETEY EN ESTE EPISODIO? Que le den a él la segunda temporada. Y al Lub Man, claro.