Esta crítica se ha escrito después de ver la temporada completa de ‘Years and Years’ y contiene spoilers.
Cuando estábamos convencidos de que mientras Juego de tronos estuviera en emisión habría sequía seriéfila, se nos juntaron Fosse/Verdon, Chernobyl, Gentleman Jack, Así nos ven, Good Omens y Years and Years. Esta ha sido una primavera excepcional en cuanto a ficción televisiva, y parece difícil de superar, pero si tenemos otros meses parecidos a estos estaremos de enhorabuena. Si esto es la burbuja de las series me quiero quedar a vivir en ella.
La miniserie de Russell T. Davies, a quien algunos conocerán por A very English scandal y otros por Queer as Folk o Doctor Who, sorprendió a la crítica británica con su primer episodio y desde que se estrenó no hemos dejado de hablar de ella. Hace apenas unos días ha comenzado su emisión en Estados Unidos, por lo que los ríos de tinta continuarán creciendo.
Una de las claves de su éxito la apuntaba Marina Such en su columna cuando dijo “Years and Years somos todos”, porque eso es lo que nos atrapa de la serie, que podemos vernos reflejados en ella, que no hace falta imaginar demasiado para sentir que el viaje de la familia Lyons puede ser el nuestro. Y nos da miedo.
(Fuente: IMDB)
Ese miedo es intenso porque, a diferencia de otros mundos distópicos de la ficción especulativa, como el de El cuento de la criada, en Years and Years la pesadilla no está instalada desde el principio. Lo que mejor hace Davies es, precisamente, mostrarnos la transición de nuestro hoy a un cataclismo que parece inevitable, y que lo que lo ponga todo en marcha sea la indiferencia o el voto activo de los protagonistas.
Nosotros ya estamos en el tren caótico del viaje de la familia Lyons, una familia de pensamiento liberal que abraza la diversidad en todas sus formas. Una familia que podría ser la nuestra o nos gustaría que lo fuera, y que nos demuestra que cuando somos pasivos o preferimos pensar que todo es pasajero, estamos cayendo en la trampa de los Vivian Rook, como bien demuestra Edith, la hermana anarquista y su voto nulo. Ya lo dijo Margaret Atwood: “Nada cambia instantáneamente. En una bañera que se va calentando gradualmente, puedes hervir hasta la muerte antes de que te des cuenta”.
Los cambios políticos, sociales, tecnológicos y económicos a gran escala impactan de forma directa a los miembros de esta familia y ese es el recurso que utiliza la serie para apelar directamente a nosotros. Porque si leer o escuchar en las noticias sobre crisis de refugiados resulta abstracto (en Estados Unidos hay un debate alrededor del término “campo de concentración”), aquí nos muestran las consecuencias del auge de la extrema derecha a través de Daniel y Viktor. El recurso funciona. Y eso no habla muy bien de nosotros.
“Nos podemos quedar aquí sentados todo el día culpando a los demás. Culpamos a la economía, a Europa, la oposición, el clima… como si fuéramos indefensos, pero la culpa seguirá siendo nuestra”.
(Fuente: IMDB)
Hay quienes dicen, a modo de queja, que la serie no es sutil. Lo cierto es que claramente no pretende serlo. Y me parece bien; si no, nos habríamos perdido el maravilloso monólogo de la abuela Lyons. Este es un cuento con moraleja en el que el espectador ve cómo las decisiones que tomamos hoy afectarán a nuestro mañana, pero no es un cuento pesimista, Years and Years nos recuerda que el ser humano es capaz de crear luz en los momentos más oscuros y que el cambio es posible, siempre y cuando tomemos conciencia y juguemos un papel activo.
Si Edith consiguió seguir viviendo en la nube y allí perseguirá a Vivien Rook, es algo que Davies deja abierto para que elijamos la opción que más nos guste. Mientras tanto, nos invita a permanecer atentos a “los graciosos, los bromistas y los payasos que nos llevarán riendo al infierno”. ¿Recordáis cuando pensábamos que las noticias eran aburridas?
‘Years and Years’ está disponible en HBO España.
‘Years and Years’ somos todos
La miniserie de BBC está reflejando la sociedad occidental actualfueradeseries.com
