Aaron Paul está de vuelta como Jesse Pinkman. (Fuente: Netflix)
Cada vez cuesta más encontrar clásicos modernos, y Breaking Bad ha sido una de esas últimas obras aclamadas a la vez por crítica y público y capaces de mantener una conversación continuada en el tiempo a su alrededor. Por eso, cuando se anunció El Camino, no extrañó demasiado el anuncio de otro producto derivado de su universo (siguiendo la estela de Better Call Saul), sino su formato: una película para Netflix.
La tv movie, escrita y dirigida por el creador de la serie, Vince Gilligan, seguirá a Jesse Pinkman tras los sucesos de la serie y estará enteramente enfocada a los fans, que ya saben todo lo que ha pasado hasta ese cierre abierto con el episodio Felina. Siguiendo el apretón de manos que Netflix y AMC se dieron durante la emisión de la serie, la película llegará a la cadena (en EEUU, al menos) después de estrenarse en la plataforma el próximo 11 de octubre. Hasta entonces, no queda más que preguntarse qué es lo que queremos ver en El Camino.
¿Qué fue de Jesse Pinkman?
El interrogante más obvio que El Camino tiene que resolver es el porvenir del personaje de Aaron Paul, huido después de que la ametralladora de Walter liquidara a los neonazis que lo habían tenido secuestrado. Después de todo el revuelo que Heisenberg armó a su alrededor, estaba claro que alguien buscaría a Pinkman. Aunque también podría ser la organización de la que huyó; el teaser de agosto en el que veíamos a Skinny Pete en un interrogatorio nos recuerda que la policía también le sigue la pista al joven atormentado.
La última vez que lo vimos fue al final de Felina, al volante de un coche en el que quería escapar de sus captores, de su pasado y de todo el sufrimiento que la empresa de Walter White le había causado. Ya hemos visto en el trailer que sus antiguos amigos serán los primeros en darle cobijo. Por lo demás, acudir a viejos compadres como Saul para que le solucionen la papeleta no parece una opción muy factible. Se dirija a donde se dirija, queremos acompañar a Jesse en ese viaje. Y, sobre todo, queremos saber quién llama a Joe.
El recuerdo de Walter White
A su pesar, el ególatra profesor de química reconvertido en capo de la droga ha sido sin duda la persona más importante en la vida de Jesse Pinkman. Para mal, sobre todo. Ese padrastro/maltratador psicológico que le dejó a merced de los nazis y que lo rescató después, que salvó su vida casi las mismas veces que la puso en peligro, no puede faltar en El Camino. No en cuerpo, por razones obvias, pero sí en espíritu.
El personaje tiene muchas cuentas que ajustar con su pasado. (Fuente: Netflix)
A lo largo de Breaking Bad vimos cómo la ponzoña del señor White contaminaba más y más al joven, y es probable que esa marca no se borre nunca. Por él mató a Gale, por ejemplo, y la culpa lo aplastó durante una temporada completa. La serie de Gilligan se caracterizó por dar mucha más importancia a los estragos que causaban sus clímax que a los momentos en sí, y lo mejor que podría hacer esta continuación es explorar en profundidad las cicatrices que el periplo de la metanfetamina dejó en el alma de Jesse. En un mundo utópico, El Camino no tendría ni un tiro: solo cigarrillos, lamentos y asfalto.
Alguien tendrá que cuidar de Brock
El del ricino fue, sin demasiada competencia, uno de los más intensos hilos argumentales de la enmarañada historia de Breaking Bad. Seguro que aquel infame cigarrillo con la sustancia venenosa escondido en su interior todavía se le aparece en pesadillas al bueno de Jesse. Brock, hijo de Andrea, su novia en aquel momento, fue envenenado por Walt con el único propósito de convencer al joven de matar a Gustavo Frink, algo que al final ni siquiera pudo hacer. Todo para nada.
Cuando se plantea si a Jesse le queda alguien en su vida al que pueda acudir en la película, la apuesta más fuerte es el niño, que además perdió a su madre a manos de los captores de Pinkman. Hay quien también piensa en su hermano, Jake Pinkman, con quien el personaje de Aaron Paul tenía una cómplice relación, pero lo más probable es que el elemento de Breaking Bad con más peso en El Camino sea Brock (el trailer ya lo muestra de pasada). Ya vimos en la serie la peculiar relación que tiene Jesse con los niños, ya fuese aquel pequeño pelirrojo de Peekaboo o el mismo Brock, así como el uso metáforico que Gilligan hacía de estas figuras para hablar de esa inocencia perdida en Jesse. Más niños, por favor.
La película pasará también por AMC, de momento solo en EEUU. (Fuente: Netflix)
¿Un nuevo Heisenberg?
Lo que de verdad queremos, suplicamos, imploramos… es que no haya un nuevo Heisenberg. Jesse las ha pasado suficientemente canutas a lo largo de las cinco temporadas de Breaking Bad como para aprender bien que ese mundo no guarda más que dolor para él. Es cierto que, muerto Walter, el joven queda como uno de los mejores cocineros de droga en el panorama, y que cuando lo vimos más cerca de algo parecido a la estabilidad en la serie fue cuando llevaba el negocio por sí mismo, a su manera; pero el pasado es pasado. Jesse tiene que dejar atrás todo eso, por su bien y por el nuestro.
No será tan fácil, sin embargo. En el terreno de las relaciones afectivas, por ejemplo, Pinkman tiene mucho camino de vuelta que recorrer. Después de que sus últimos amores terminaran de formas grotescamente trágicas, el proceso de reconstrucción de Jesse hasta ser capaz de volver a dejar entrar a alguien en su corazón será costoso. Pero eso es lo que queremos ver; y, por el ilustrativo título de la película (ese Camino es mitad huida y mitad introspección), parece que eso es lo que quieren enseñarnos. No hay mucho que elucubrar, el estreno se nos echa encima y no queda más que confiar. Tenemos razones para hacerlo.
‘El Camino: Una película de Breaking Bad’ se estrena el 11 de octubre en Netflix.
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