Crítica: ‘El cuento de la criada’ 3×09 — ‘Heroica’

por Valentina Morillo18 de julio de 2019

(Fuente: Hulu)

Siento un extraño placer cuando una serie hace que me coma mis palabras y El cuento de la criada lo ha hecho esta semana. Sabía que June había perdido la esperanza y que eso la había convertido en una persona temeraria, pero no había pensado en cuáles son realmente las consecuencias de no tener una razón para vivir en un sitio como Gilead.

Como dijo Serena, nosotros también pensamos que June es una de las fuertes, como si fuera alguien con una fortaleza sobrenatural, alguien capaz de aguantar todo lo que ha sufrido sin romperse y, además, reventar Gilead, con un plan que se le ocurre mientras está en su cama por las noches mirando el techo. La June desafiante del episodio anterior no era alguien que se creía intocable por sus privilegios, era una persona que decía “lo que será, será”, porque le daba absolutamente igual lo que pasara con ella: se había rendido.

Nos queda como consuelo que ella misma tampoco era consciente de lo que estaba sintiendo o, más bien, dejando de sentir: que sus tendencias homicidas eran suicidas, que estaba siendo autodestructiva. El viaje que hizo falta hasta llegar a esta epifanía quizá sea cuestionable, y la resolución en un episodio ha sido rápida, pero una vez aquí dejo a un lado todas las dudas y vuelvo a confiar en lo que la serie quiere contarme y cómo quiere hacerlo.

(Fuente: Hulu)

Cuando acabó la segunda temporada, me adelanté al afirmar que June había decidido quedarse para salvar a Hannah, a las demás mujeres y a quemar a Gilead desde dentro, pero su motivación en ese momento era personal no colectiva. Para June el único objetivo era rescatar a su hija y huir. Por supuesto que eso era lo único quería, ya era una misión suficientemente complicada, y ella no se ve como la heroína que nosotros hemos visto siempre.

El confinamiento de June en este episodio embotellado (que ha sido un derroche de narrativa técnica) podía haberla dejado rota para la posteridad, pero a veces el rayo de luz está donde menos lo esperas y en este caso llegó de parte de un doctor del que, por la forma en la que despersonalizaba a Natalie, ya habíamos pensado lo peor. Esto no lo redime de sus obras al servicio del régimen, pero ya sabemos que cada uno sobrevive como puede, y ayudar a June también es un acto de disidencia, porque la conversación que tuvo con ella va un poco más allá del Juramento hipocrático.

“Cómo honras tú a tus hijas”, le preguntó a June. Para empezar, solo puede hacerlo viva, y para vivir necesita razones que mantengan viva su esperanza. Sacar de Gilead a Hannah, al hijo de Natalie y a todos los niños que pueda es un plan ambicioso, pero ahora que no depende de encontrar primero a su hija para poder actuar, June ha encontrado la motivación que necesitaba.

Janine le recordó sabiamente que Natalie era como ellas, aunque no fuera su amiga, aunque la hubiera traicionado. Nosotros lo sabíamos sentaditos en el sofá, pero sentaditos en el sofá no sabemos nada. Natalie era una de las Criadas y todas las niñas que van periódicamente a controles después de su primera menstruación son Hannah.

Verlas en procesión acompañadas por sus madres, como si fueran a un chequeo médico rutinario y no a que alguien decida si ya están listas para procrear, encendió la llama que le hacía falta a June para querer salvarlas a todas. Aunque ni siquiera sepan que necesitan ser salvadas, porque la niña con la que habló en el pasillo del hospital aspira a la vida que le ha prometido Gilead: ser Esposa y tener hijos; no conoce un mundo diferente. Ya lo vimos con Eden y cada vez que pienso en esa realidad se me ponen los pelos de punta.

“No sé cómo… todavía…, pero te juro que los voy a sacar de aquí. Porque Gilead tiene que saber cómo se siente. Que sufran ellos”.

(Fuente: Hulu)

Notas al margen:

Escribí esto la semana pasada y sigo pensando que sería saludable para la serie y para los espectadores que sepamos que ya tienen pensado cuál será la última temporada. Una, dos o las que sean, pero que no tengamos la sensación de que seguirán alargando hasta que las audiencias lo permitan. De todas formas, como decía al inicio de la crítica, este episodio ha hecho que me reconcilie un poco con la temporada.
La directora del episodio es Daina Reid, quien hace un trabajo fantástico metiéndonos en la cabeza de June y trasladando a la pantalla el paso del tiempo y su aislamiento. En este episodio no hay flashbacks, todas las escenas están narradas desde el punto de vista de June y el diseño de sonido también es muy destacable.
Reid está nominada en esta edición de los Emmy por el episodio Holly de la temporada pasada. Aquí explicamos cuál es la regla de los premios que permite que la serie pudiera inscribir algunas candidaturas y conseguir 11 nominaciones, a pesar de que en la edición de 2018 ya estuvo nominada por la misma temporada.

(Fuente: June)

La relación entre June y Serena es tóxica pero también muy íntima. Serena reconoce inmediatamente que June no está bien. Y no arma un revuelo por el ataque. Seguramente es porque le va bien que la atiendan para la imagen pública en sus intereses personales con Holly, pero a veces tengo fantasías en las que Serena está jugando un plan B disidente en contra de su señor marido. Y que usa el teléfono, su contacto con “Mr. Coconuts and Treason” y un avión para ayudar a sacar a los niños de Gilead. No me escondo.
Tía Lydia y sus momentos protectores con sus Criadas siempre me producen conflictos, pero obviamente prefiero que cuide a Janine y no que le dé palos: “Space Pirate!”. Sin importar cuál sea el final de la serie a Janine necesitamos verla fuera de allí. Y sonriendo mucho antes de que lleguen los créditos finales.
La canción Heaven Is a Place on Earth estuvo muy bien elegida y encaja en las dos lecturas, la irónica y la esperanzadora. También la usaron de forma muy acertada, y no diré más, en San Junipero de Black Mirror.