Claire y Jamie, en la tercera temporada de ‘Outlander’. (Fuente: Starz)
El tratamiento de las series de las agresiones sexuales contra mujeres es, desde hace tiempo, algo muy debatido, sobre todo entre la crítica estadounidense. Utilizar una violación como un giro de la trama sólo por el impacto que puede causar en el espectador, o por cómo puede utilizarse para hacer avanzar la trama del protagonista masculino, es una de las quejas más habituales, y también uno de los retos a los que se enfrentan producciones ambientadas en épocas históricas donde los derechos de las mujeres tenían muy poco valor, o prácticamente ninguno.
Las dos series que más vigiladas han estado en este aspecto en los últimos años son Juego de tronos y Outlander, especialmente porque, cuando se estrenó la segunda, la primera se veía en medio de una intensa controversia por su tratamiento de los personajes femeninos que culminó en la violación a Sansa Stark en su noche de bodas. La llegada a las pantallas de Claire Randall con su confianza sexual fue vista como un soplo de aire fresco y, al mismo tiempo, se empleó como crítica hacia la serie de HBO. Outlander representaba la mirada femenina que no se veía en Juego de tronos; era vista como su reverso feminista.
Sin embargo, la serie de Starz (que en España puede verse en Movistar+) ha acabado cayendo en las mismas críticas que se dirigían hacia Poniente. Un incidente callejero en la segunda temporada y la presencia de un personaje como Black Jack Randall, que utiliza la violencia sexual como un modo de demostrar su poder, empezaron a generar algunas discusiones sobre si la serie no estaba perdiendo el buen tino que había tenido hasta entonces, aunque los actos de Randall generaron también comentarios que, en general, hablaban sobre cómo su tratamiento había ido en contra de las expectativas del público. Pero conforme la serie avanza, se acerca más a un punto que puede ser muy problemático.
Claire y Brianna, la hija que tuvo con Jaime. (Fuente: Starz)
Los libros de Diana Gabaldón en los que se basa la serie han mostrado en varias ocasiones actos de agresión sexual que en televisión se ha optado por mostrar desde otro punto de vista, o que no ha incluido.
En la tercera temporada, por ejemplo, Jaime se acuesta con la hija de los señores en cuya casa trabaja en los establos, un acto que en la tercera novela es más violento que en la serie. Vanessa López, creadora del podcast literario Librorum y aficionada tanto a la saga de Forastera como a Outlander, apunta que “las agresiones sexuales, o intentos de agresiones sexuales, en el libros son diría que más numerosas que en la serie, aunque cueste trabajo creerlo. La autora responde siempre con “la Historia” en la mano, pero se hace un poco pesada con esto, lo reconozco. Creo que en la serie son menos explícitas y se recrean menos, además de que, cuantitativamente, creo que se incluyen menos”.
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La explicación de que la violencia sexual contra las mujeres era muy habitual en el siglo XVIII, por ejemplo, es la que suele darse cuando se advierte a Outlander de que está peligrosamente cerca de utilizar las violaciones nada más que como giros de guión impactantes. George R.R. Martin, autor de los libros en los que se basa Juego de tronos, también ha justificado en varias ocasiones que los personajes femeninos sufran estas agresiones tan a menudo con el escenario pseudomedieval de su historia: “la violación y la violencia sexual han sido una parte de todas las guerras que se han luchado, desde los antiguos sumerios hasta hoy. Omitirlo de una narrativa centrada en la guerra y el poder habría sido fundamentalmente falso y deshonesto y habría saboteado uno de los temas de los libros, que es que los verdaderos horrores de la historia no proceden de orcos y Señores Oscuros, sino de nosotros mismos”.
En las guerras actuales siguen utilizándose las violaciones de las mujeres del enemigo como otra arma más para desmoralizarlo y actuar contra la población civil, pero la ficción tiene el cometido de tratar esos actos de una manera que no sea gratuita. En el caso de Outlander, su prueba de fuego va a llegar con la cuarta temporada, ya que el libro de Gabaldón que va a adaptar, Tambores de otoño, incluye la violación de un personaje importante.
Jaime y Claire, en su reencuentro tras veinte años separados en la tercera temporada. (Fuente: Starz)
Ronald D. Moore, productor ejecutivo de la serie, explicaba a The Hollywood Reporter que “tenemos ya precedentes dentro de la serie, (la pregunta es) cuánto de ese material se ve en la serie, cuándo lo hacemos, cuándo decidimos no hacerlo y por qué estamos tomando esa decisión. Lo estudiamos caso por caso y éste es, obviamente, un punto importante de la historia, así que no había opción de no hacerlo. Es más una cuestión de cómo vamos a hacerlo y qué significa para la historia el modo en el que lo presentemos”.
Otra de las productoras de la serie, Maril Davis, añadía que “nunca intentamos que sea gratuito. Intentamos mostrar las cosas como ocurrían en aquella época. Con cada escena desde ese momento, intentamos que se entienda por qué el personaje está sufriendo tanto, pero sin hacerlo de modo gratuito”.
Esa violación tiene importantes consecuencias para la historia de la cuarta temporada, y será inevitable que surjan voces críticas con que sea empleada simplemente para hacer avanzar la trama y para crear conflicto. El reto de ser fieles con cómo era la época en la que se ambienta Outlander y, al mismo tiempo, tratar la agresión y sus consecuencias de una manera que no las exploten por el efecto dramático es la delgada línea por la que la serie se mueve habitualmente, y que tendrá que seguir en sus siguientes episodios.
‘Outlander’ está disponible completa en el servicio de VOD de Movistar+.