Gustaf Skarsgård, como Merlín en ‘Maldita’. (Fuente: Netflix)
Gustaf puede ser, quizá, el actor menos conocido de la saga Skarsgård, por el momento. Entre el padre, Stellan, y sus hermanos Alexander y Bill, esta familia de intérpretes suecos se ha convertido en una presencia muy habitual tanto en el cine como en las series de Hollywood, que es el terreno en el que se mueve más Gustaf últimamente. De hecho, el papel que le ha dado mayor reconocimiento hasta ahora ha sido Floki, uno de los personajes más particulares que pasó por Vikingos.
El gran amigo de Ragnar es el personaje que ha colocado a Skarsgård en el radar de otros proyectos de gran alcance como el que acaba de estrenar en Netflix, Maldita, una revisión de la leyenda artúrica centrada en la Dama del Lago en su juventud, antes de que le entregara a Arturo la espada mágica que lo legitimaría como rey. El actor se encarga de uno de los personajes más célebres de esa leyenda, el mago Merlín, que aquí se sale del arquetipo del hechicero sabio que aconseja a los protagonistas porque, en palabras de su actor, lo encontramos “en un estado muy decrépito: es alcohólico, ha perdido su magia, es muy cínico y parece que no le importa nada”.
Sin embargo, la gracia de este Merlín es que iremos conociendo poco a poco las razones por las que ha terminado así y, de paso, quién es él realmente, algo que ofrecía a Gustaf Skarsgård la oportunidad de hincarle el diente a una historia un poco menos típica. “No me atrae la típica serie de policías, no me estimula”, explica. Lo cierto es que, si vemos a Floki y a su versión del famoso mago, no son personajes corrientes y molientes, sino con un punto excéntrico que interesa al actor.
“Me dan energía, creo que es divertido (interpretarlos). Cuando leo un guion como este, con esta interpretación de Merlín, pienso ‘por supuesto, esto va a ser muy divertido’”, y añade que “no es que solo quiera interpretar a los personajes excéntricos, pero me gusta ir de proyecto en proyecto y puedo hacer una pequeña película independiente sueca entremedias, algo completamente diferente, o una obra de teatro. Estoy muy agradecido de que no me llegue solo un tipo de personaje”.
(Fuente: Robert Viglasky/Netflix)
La historia de Merlín transcurre en paralelo a la de Nimue, la protagonista principal, durante buena parte de la primera temporada. Los dos están sendos caminos de descubrimiento; el de él es más de redescubrir su poder y lo que le motiva a seguir en el mundo. “La manera en la que está construido es muy inteligente”, asegura Skarsgård. Su arco es el de recuperarse de la caída: “conforme la serie progresa entendemos más cosas de él, más capas suyas y su historia y su pasado, y las razones por las que es así y por qué ha perdido su magia”.
El actor, con el que hablamos a través de Zoom, está realmente contento de haber participado en un proyecto como Maldita porque le permite probar con otro personaje con una personalidad muy marcada y, además, el género ofrece otras posibilidades que convierten el trabajo en algo mucho más entretenido y divertido, una palabra que utiliza a menudo en nuestra conversación: “aquí puedo blandir una espada, montar a caballo e interpretar a este personaje increíble con ese lenguaje genial y con esa complejidad”.
La complejidad también es otro aspecto que Skarsgård quiere destacar apuntando que “los personajes no son simples, lo que no es fácil de lograr en una serie juvenil”, pero es la sensación de que pasó buenos ratos rodando sus escenas lo que más se transmite. Ocurre, por ejemplo, con el momento más espectacular de Merlín al principio de la serie, cuando recibe el impacto de un rayo que le deja una cicatriz en forma de espada en un costado.
(Fuente: Netflix)
“Era una prótesis enorme y tenían que aplicármela mientras estaba desnudo, por lo que hubo mucho de tapar ciertas partes y cubrirme. Eso fue muy divertido. Y toda esa secuencia fue muy divertida, creo que fue en mi primer día de rodaje, o en mi primera semana seguro (…). Era dentro de un estudio, así que había muchas máquinas de lluvia. Fue una gran manera de empezar”, cuenta el intérprete sobre la grabación de aquella secuencia, que ya marcó el tono de lo que iba a ser el resto de la serie.
Porque todos los implicados han contado que el rodaje fue complicado pues, en su mayor parte, se desarrolló en exteriores, y la naturaleza de muchas de las secuencias de combate requirió un esfuerzo un poco mayor. El resultado es una serie que a Skarsgård ha sorprendido por ser tan gráfica: “No esperaba que fuera tan explícita en lo sangriento y todo eso. Eso fue una gran sorpresa. Hay mucho derramamiento de sangre en este universo. Y era algo que también pensaba que era guay, porque así es el género y es también muy Frank Miller”.
‘Maldita’ está disponible en Netflix.
Crítica: ‘Maldita’ es fantasía juvenil que quiere ser algo más adulto
La serie de Netflix adapta un libro que cuenta el ciclo artúrico desde otro punto de vistafueradeseries.com