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Historias de ‘Juego de tronos’: la Larga Noche

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Los no muertos atacan a Jon y compañía en la temporada 7. (Fuente: HBO)

En el lema de la Casa Stark, “se acerca el invierno”, está implícito el gran temor que esa estación causa en Poniente. Con el invierno no sólo llegan el frío y la nieve; también lo hace la oscuridad y, con ella, criaturas malvadas que provienen de mas allá del Muro y que se dedican a acabar con todo lo que está vivo. Y no es un miedo infundado. Si Jon insiste tanto en buscar aliados para luchar contra el Rey de la Noche y sus Caminantes Blancos es porque ellos ya invadieron Poniente miles de años atrás, durante una época que se conoce como la Larga Noche y que apenas se recuerda en cuentos para asustar a los niños.

Lo que los personajes de Juego de tronos puedan averiguar sobre esa época será fundamental para determinar si sobrevivirán a la guerra con los no muertos, además de que va a ser el momento en el que se ambiente la precuela de la serie, que ya está en preproducción. ¿En qué consistió exactamente esa Larga Noche y qué lecciones pueden extraerse de ella para la última temporada? Cuando Melisandre decía que “la noche es oscura y está llena de terrores”, no mentía.

La Larga Noche de Poniente

Al principio de Juego de tronos, es habitual que bastantes personajes comenten que el verano que están viviendo es uno de los más largos que se recuerdan. Hay niños que no han conocido otra estación y, cada vez que alguien menciona la posibilidad del invierno o de los Caminantes Blancos, se le replica que son historias para no dormir, leyendas sin sustento real. El final de la serie va a probar que sí lo tienen.

Esa Larga Noche a la que se refieren la Vieja Tata de los Stark y otros personajes ocurrió miles de años antes de lo que vemos en Juego de tronos, en la denominada Edad de los Héroes. Los Targaryen no habían conquistado aún Poniente y se vivía en paz tras la guerra entre los Primeros Hombres y los Hijos del Bosque. Cayó sobre la tierra un invierno que duró una generación entera, y de cuya oscuridad surgieron los Caminantes Blancos y su ejército de no muertos, liderado por el Rey de la Noche.

Un Caminante Blanco atraviesa el fuego durante la batalla de Casa Austera. (Fuente: HBO)

Sus espadas heladas y su capacidad para convertir en espectros a su servicio a quienes mataban a su paso los convertían en prácticamente invencibles. Arrasaron a una humanidad que ya estaba sufriendo hambruna y penurias por el prolongado frío y las escasas cosechas, y fue necesario que hombres e Hijos del Bosque se unieran para derrotarlos. La clave fueron el vidriagón y el acero valyrio, los únicos materiales capaces de causar daño a los Otros, como los llaman en las novelas, y matarlos.

Se libró una Batalla por el Amanecer que ganaron los hombres, obligando a las huestes del Rey de la Noche a replegarse al norte. En ese momento fue cuando Bran el Constructor erigió el gran Muro de hielo que, atravesando el continente de costa a costa, debía proteger Poniente de un posible regreso de aquellas criaturas. Se creó la Guardia de la Noche para patrullarlo y vigilar el norte, con la esperanza de que fueran la primera línea de defensa contra una amenaza similar.

La derrota de la Larga Noche está relacionada también con dos de las leyendas más populares de Canción de Hielo y Fuego: la del último héroe, un guerrero que resultó instrumental en la lucha contra los Caminantes Blancos, y la de Azor Ahai, que consiguió hacer recular a la oscuridad en Essos.

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marina

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