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‘Into the badlands’, las peleas más bonitas de la televisión

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Foto: AMC

Es curioso ver las dos series que los guionistas Alfred Gough y Miles Millar tienen en antena actualmente. Ambas están situadas en mundos postapocalípticos que han evolucionado de diferentes maneras. Una está orientada a un público juvenil y es una fantasía épica más clásica, Las crónicas de Shannara, con elfos, piedras mágicas, demonios y héroes llamados a cumplir un destino.

La otra es una historia de letales guerreros que quieren dejar de serlo, señores de la guerra, unas radicales divisiones entre los jefes y todos los demás y una clara inspiración en las películas asiáticas de acción y samurais. Into the badlands regresa a AMC con su segunda temporada, una que sus responsables prometen que va a ser más épica, y que va a mantener la cuidada estética de sus primeros capítulos.

Recapitulemos primero. El protagonista de Into the badlands es Sunny (Daniel Wu), un guerrero al servicio de uno de los barones que dominan una tierra en la que las armas de fuego se han prohibido. Con Sunny viaja M.K. (Aramis Knight), un joven que descubre en su interior un gran poder que tiene que aprender a controlar, y los dos se ven en medio de intrigas entre los barones por ampliar sus parcelas de poder.

La segunda temporada arranca con Sunny y M.K. separados y expulsados fuera de las badlands, de las tierras donde los barones tienen sus dominios. El primero está prisionero en unas minas muy estilo Mad Max, mientras el segundo está en un monasterio en el que le enseñarán a manejar su poder. Y, mientras tanto, entre los barones hay un vacío de poder que pretende llenar la Viuda (Emily Beecham), que además ofrece un santuario a todas las personas oprimidas por sus rivales.

Los intentos de Sunny por regresar a las badlands y reencontrarse con su familia serán el eje sobre el que girarán estos nuevos episodios, pero si por algo destaca Into the badlands es por sus escenas de acción, y el arranque de la segunda temporada no decepciona en ese aspecto.

El primer episodio tiene dos set pieces realmente espectaculares. En la primera, Daniel Wu, con los brazos inutilizados, pone en práctica todos los talentos que lo convirtieron en una estrella en las películas de peleas de Hong Kong, mientras la segunda muestra un asalto de la Viuda que no sólo es sangriento y deja ver hasta dónde está ella dispuesta a llegar en su afán revolucionario esta temporada, sino que despliega un cuidado por la estética muy notable.

El vestuario, los escenarios (la segunda temporada ha trasladado su rodaje de Louisiana a Irlanda), la iluminación… Into the badlands puede ser una de las series más bonitas de ver, y en las peleas se mantiene esa búsqueda de los planos más estéticos. En esa acción de la Viuda, la combinación del escenario industrial, los colores del vestuario (el azul eléctrico que luce Jade, el negro de la Viuda, el rojo de los hombres de Ryder) y, claro, los chorros de sangre que dejan a su paso las espadas componen un estilizado cuadro de violencia que no es tan habitual en televisión.

Los fans de la primera temporada van a recibir nuevas dosis de acción a raudales y una trama que se complica con las maniobras de los barones por arañar un poco más de poder, y con la presencia de ese Maestro que está entrenando a M.K. Además, en esta segunda entrega hay un personaje nuevo, Bajie, interpretado por Nick Frost y que apunta a ser un entretenido contrapunto para Sunny.

El mundo de la serie va a ampliarse un poco más, y es de suponer que Gough y Millar también elevarán el nivel de las peleas. Levantar comparaciones con Tigre y dragón en ese aspecto no es una mala característica.

La segunda temporada de Into the badlands se estrena el jueves, a las 22:10, en AMC.

marina

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