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‘Juego de tronos’: ¿es de verdad Jon Nieve el próximo rey de Poniente?

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Jon se lleva todos los parabienes de los norteños tras la batalla de Invernalia. (Fuente: HBO España)

En estos dos días desde que se emitió El último de los Stark, el capítulo de Juego de tronos inmediatamente posterior a la batalla de Invernalia contra el Rey de la Noche, los medios y las redes sociales no han dejado de comentar una evolución del triángulo de aspirantes al Trono de Hierro que no está sentando nada bien: mientras a Cersei y Daenerys se las empieza a tachar de locas peligrosas, de Jon se habla como un candidato honorable y más que apto para reinar justo porque no lo quiere y porque al ser hombre, le será más fácil ganarse a unos nobles y a un pueblo acostumbrados a que sus gobernantes sean reyes, y no reinas.

Varys y Tyrion tienen una conversación similar a la que han tenido en otros momentos de la serie, cuando Joffrey se sentaba en el Trono de Hierro; discuten sobre quién sería el mejor monarca, el más justo, el que de verdad se preocuparía por su pueblo. Cersei, desde luego, ha demostrado ser cruel y despiadada y no le importa volar por los aires media Desembarco del Rey si eso le permite lograr sus objetivos; Daenerys, por su parte, tiene ese gen de su padre (al que apodaban Aerys el Loco) y de su hermano Viserys contra el que ha luchado en toda su campaña liberando esclavos en Essos e intenta ser justa y controlar sus instintos de venganza; Jon se ha ganado la lealtad de sus hombres a través de sus actos, y por eso lo eligieron, primero, comandante de la Guardia de la Noche y, después, Rey en el Norte.

¿Es Juego de tronos machista por exponer estas razones o está mostrando cómo funciona un mundo machista? Es cierto que, en cuestiones de género, es una serie que ha tenido sus problemas, incluso aunque sus personajes femeninos hayan sido los que más protagonismo han ganado en el tramo final (y los que resultan determinantes en la victoria contra el Rey de la Noche). Es igualmente cierto que las comparaciones que se establecen entre Cersei y Daenerys no dejan a ninguna de las dos en buen lugar, y parecen estar forzadas para elevar la estatura de Jon. Pero no está claro que la serie lo pretenda.

¿Están Benioff y Weiss bordeando una pobre evolución de personajes de las dos reinas? Lo visto en este 8×04 invita a que, por lo menos, dudemos de que les reserven finales a su altura a ambas. ¿Se está inflando la candidatura al trono de Jon? Tampoco está tan claro. Por mucho que Tyrion y Varys crean que, ya que es el heredero legítimo de Rhaegar Targaryen (heredero legítimo, a su vez, de Aerys II), es quien debería sentarse en el Trono de Hierro, aunque no quiera, la luz con la que se está pintando a Jon no es precisamente benévola en estos capítulos.

Daenerys está llegando al límite de su paciencia. (Fuente: HBO España)

Se empeña en desoír consejos y advertencias sobre, por ejemplo, guardar el secreto de su linaje (“eso ya no es un secreto, es información” es, probablemente, la mejor frase del capítulo); sigue sin creerse a quienes le dicen que Sansa dejó, hace mucho tiempo, de ser la niña que él conoció; afirma que no quiere ser Rey en el Norte, pero permite que le lisonjeen y lo admiren como el héroe que no fue de la batalla de Invernalia (ahí el detalle del brindis de Daenerys para Arya, la verdadera heroína)… Jon no será hijo biológico de Ned Stark, pero su tozudez y su fe ciega en que el honor basta lo convierten en un Ned 2.0 muy evidente.

Y todos sabemos cómo terminó el patriarca Stark. Jon está completamente perdido a la hora de jugar el juego de tronos. Hasta su hermana Sansa es mucho más lista que él en ese aspecto. Incluso Daenerys entiende la diferencia entre conquistar y gobernar porque la aprendió por las duras en Meereen. Jon no ha aprendido realmente nada desde que se marchó con su tío Benjen al Muro.

Es muy posible que, en sus últimos dos episodios, Juego de tronos abrace el camino más convencional de la fantasía épica y deje colocado a Jon como rey. También es posible que la serie honre sus propia historia y se acuerde de dos de las lecciones que ha dado desde sus primeros compases: los héroes honorables son demasiado ingenuos para gobernar y quienes se creen muy seguros de sí mismos acaban siempre derrocados. Y, en ambos casos, muertos.

Hasta que no veamos los últimos títulos de crédito no sabremos a qué está jugando la serie. La velocidad a la que va quemando trama para llegar al final está resintiendo el desarrollo de personajes (y a algunos, como a Missandei, les ha hecho flaco favor), y la necesidad de posicionar ese triángulo Cersei-Dany-Jon como la pelea definitiva por el trono está forzando la caracterización de los tres.

Sin embargo, que Jon sea la mejor opción para gobernar los Siete Reinos no parece creerlo ni la propia serie, por mucho que Tyrion y Varys lo debatan. ¿Se acordará Daenerys de su promesa de romper la rueda?

Podcast: Recap — ‘Juego de tronos’ 8×04 — ‘El último de los Starks’
Francis Arrabal, Álvaro Onieva y Maritxu Olazabal comentan este episodio repleto de secretos y traicionesfueradeseries.com

marina

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