(Fuente: HBO España)
Esta crítica se ha escrito después de ver los dos primeros episodios de ‘La amiga estupenda: Un mal nombre’, la segunda temporada de la serie. No contiene spoilers.
Con La amiga estupenda tengo una relación compleja. Hasta que no me reencuentro con la serie no soy consciente de lo buena que es y lo mucho que me gusta. Me pasa un poco como a Elena con Lila, la distancia hace que se enfríen sus sentimientos hacia ella pero solo necesita un solo momento juntas para que la conexión vuelva a ser tan intensa como siempre; en mi caso, solo me hace falta volver a ver un episodio para quedarme atrapada nuevamente en la historia.
Esta segunda temporada, que adapta Un mal nombre (la parte dos de la saga), retoma la historia justo después de la boda de Lila y Stefano, con Elena y sus amigos volviendo a casa mientras charlan sobre lo ocurrido en la celebración, y los recién casados en otro coche, rumbo a su luna de miel. Dos sendas separadas que marcan el inicio de los viajes individuales que seguirán ambas en los nuevos episodios.
Mientras avanzan en direcciones contrarias no pueden resistirse a mirar hacia atrás y, al hacerlo, anhelan el camino que recorre la otra, el cual cada vez les queda más lejano. Elena siente, una vez más, que se está quedando atrás con respecto a Lila, a quien ahora ve como una mujer (aunque tenga 16 años) porque está casada. Esa vida nunca ha sido su ambición, pero no puede evitar compararse permanentemente con ella. Y, mientras lo hace, no se da cuenta de que Lila daría su vida entera por tener la oportunidad de continuar su educación.
(Fuente: HBO España)
El sentimiento de competitividad las supera, siempre quieren lo que no tienen. Y no pueden hacer nada por evitarlo porque lo que más necesitan es recibir la validación de la otra. Cuando ven su reflejo en la mirada de su amiga estupenda la imagen que tienen de sí mismas se transforma; para bien y para mal, porque esa opinión es la única que importa, la familia y el resto del pueblo son insignificantes.
Por el contrario, cuando dejan de buscarse a sí mismas y reconocen a quien tienen a su lado como una persona y no un objeto de admiración, crecen. Un solo comentario de una basta para cambiar la visión del mundo de la otra, algo que le ocurre a Lenu en el inicio de esta temporada, en un momento epifánico que está narrado de forma muy potente. Es difícil escapar al lugar y la época en la que crecieron, algo que duele mucho más porque ellas se permiten soñar con una vida diferente.
Para el final del segundo episodio la vida de una de ellas amenaza con volver a cambiar, esta vez de una forma más radical. El viaje hacia la madurez de esta temporada es intenso desde el principio y promete serlo aún más. Esta es la historia de una compleja amistad, pero también dos historias de supervivencia en la que cada una hace lo que puede con lo que le ha tocado vivir. Mientras recorro junto a ellas sus caminos cada vez entiendo y comparto más la fascinación que Lila despierta en Elena.
Los primeros dos episodios de ‘La amiga estupenda: Un mal nombre’ estarán disponibles en HBO España esta noche, a las 21:20, en estreno simultáneo con RAI. A partir del próximo lunes habrá uno nuevo cada semana.
