Serinda Swan es la protagonista de ‘La forense’. (Fuente: Calle 13)
“A veces, en las series tenemos esta línea muy recta hasta el final, y se para, y Jenny es un humano espasmódico, lo que me encanta. Siempre digo que está fracturada, pero no rota”. En esa frase está encapsulada la razón porque la que la actriz Serinda Swan quiso ser Jenny Cooper, la protagonista de La forense. Swan venía de ser una de las protagonistas de Inhumanos, uno de los pocos grandes fracasos de Marvel, en esta ocasión en televisión, y donde la actriz canadiense era Medusa.
Curiosamente, ni la intensidad de aquel papel ni el drama que persigue a Jenny en su día a día se trasladan a su intérprete, un soplo de buen ánimo y disposición a hablar largo y tendido sobre la doctora Cooper en el día que pasó en Madrid, hace semanas, presentando la segunda temporada de La forense. Esta se estrena mañana, 27 de marzo, en Calle 13, y una de sus señas de identidad va a ser la deconstrucción de su personaje principal. Swan la describe como “un bonito desastre humano” y explica que le gusta que Jenny pueda ser muy buena en su trabajo, y buena madre, y que también meta la pata y falle a las personas a su alrededor.
Eso no solo le ocurre porque es un personaje construido tridimensionalmente, sino porque arrastra desde el principio de la serie un secreto y un trauma de los que intenta huir. Esta vez, ambos la atrapan y las consecuencias se van a sentir con fuerza. “Afecta tanto a su trabajo como a su vida privada, por supuesto. Se ha dado cuenta de que hay una verdad que ha estado oculta para ella durante toda su vida”, afirma Serinda Swan: “Intentando averiguar la verdad para otros la lleva a buscar la verdad sobre ella misma (…). Creo que, para cualquiera, descubrir eso tiene que ser increíblemente traumático, y tienes que averiguar, a partir de ahí, qué haces con eso. Y si es suficiente con descubrir la verdad”.
Qué quiere decir averiguar la verdad es un concepto que atraviesa todo el desarrollo de la protagonista de La forense. Su trabajo consiste en descubrir cómo ha muerto esta persona y ayudar a encontrar a su asesino y, mientras se dedique a ello, no tiene por qué volver esas dotes de investigación hacia sí misma, como señala la propia actriz: “esa búsqueda de la verdad para otro, en la primera temporada lo utiliza como excusa para no tener que buscar la verdad para ella misma. Es algo que todavía hace: si puedo encontrar la verdad para ti, todavía soy una cazadora de la verdad, estoy desenterrando la verdad. Y si alguien le pregunta ‘¿y cómo llevas tu trauma?’ Ella dirá ‘no hablamos de eso. Ahora voy a buscar tu verdad’”.
Pero los eventos del final de la primera temporada, en los que se desvela finalmente la gran tragedia familiar de Jenny, van a continuar ahí. “Es muy complicado intentar averiguar qué hacer con esto y, definitivamente, hay PTSD y mucha represión”, cuenta Swan, que añade que “en su trabajo y en su vida no puede concentrarse solo en curarse, así que, en lugar de tomarse el tiempo necesario para esa curación, empieza a utilizar incorrectamente su medicación y la utiliza para suprimir sus emociones, en lugar de procesarlas y dejarlas salir”.
Es algo que se ha visto a menudo en policías varones, pero es un poco más extraño que sea una forense mujer la que atraviese esa situación de automedicación y represión de su trauma para escapar de él todo el tiempo que le sea posible, lo que no es una opción: “Tenemos un nuevo personaje que es, de algún modo, su subconsciente en la segunda temporada y, cada vez, que intenta suprimirlo, llama a la puerta y dice ‘perdón, aquí hay un trauma que tienes que afrontar y esto puede sacarlo a la superficie’. Me encanta de ella que no puede salirse con la suya durante demasiado tiempo”.
Además, que Jenny tenga un contacto muy cercano con la muerte (y diferente del que tenía en su vida anterior como enfermera de urgencias) añade otra capa más a su retrato que también atrapa a su intérprete: “es muy interesante lo que hace con la muerte, y el trauma, y el síndrome post traumático. Utiliza la verdad y la muerte y su relación con ellas para ocultar su propia verdad”.
(Fuente: Calle 13)
Al mismo tiempo, no obstante, ese contacto cercano con la muerte que le proporciona su trabajo puede ayudarla a encontrar su camino en medio de todos sus problemas. “Tiene una relación muy interesante con la muerte, en parte porque ha estado muy alejada de ella anteriormente. Era enfermera de urgencias, sí, pero la relación con la muerte allí era muy diferente. Se casó con un médico, se hizo médico, tuvo un hijo cuando tenía 18 años…” Y Swan apostilla que “todo está muy reprimido, y cuando empieza a descubrir cosas, se va soltando. Mientras lo hace, se da cuenta de que le gusta estar en la naturaleza y le gusta ser forense. Bueno, tiene que ser forense porque no puede trabajar con pacientes vivos si tiene alucinaciones con un perro”.
¿Qué va a deparar la segunda temporada de La forense a su protagonista? Se avecina, por supuesto, un clímax, un momento en el que le resulte imposible seguir reprimiendo todos sus sentimientos y tenga que afrontarlos, en palabras de Serinda Swan: “la verdad que creía que estaba averiguando no tenía nada que ver con ella y, de repente, es solo sobre ella y su padre tapándolo todo y ocultándole la verdad. Creo que es un interesante punto de la historia para la segunda temporada que la demencia de su padre vaya a más y que esté apartado de esta especie de caos en el que la dejó. Él no puede hablar con ella y ella consigue la verdad que buscaba, pero no sabe qué hacer con ella”.
La segunda temporada de ‘La forense’ se estrena el 27 de marzo, a las 22:00 h., en Calle 13.
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