Las protagonistas de la original ‘SKAM’. (Fuente: NRK)
Por Javier Lozano, Profesor de Narrativa Audiovisual y Tecnología de la Comunicación en la Universidad Loyola Andalucía
El remake de la popular serie noruega SKAM (producida por el canal NRK y creada por Julie Andem) ya ha llegado a Movistar +. Los últimos días hemos podido visitar la web-log creada para la publicación de los clips y los perfiles sociales de los personajes. Los domingos Movistar + emitirá en #0 el episodio semanal completo. Aunque son muchas las bondades y los aciertos de SKAM, me gustaría señalar seis aspectos claves y una reflexión final que invitan al análisis y estudio de esta serie y su importancia en el contexto de ficción audiovisual actual:
1. Una nueva forma de contar historias
El primer clip de ‘SKAM España’. (Fuente: Movistar+)
En primer lugar, y lo más importante, SKAM plantea una nueva forma de contar historias utilizando internet. Esto puede parecer algo poco relevante, pero no lo es. SKAM entiende y conoce las nuevas narrativas y lo hace francamente bien. Así, los episodios como tal no existen o, al menos, no de una forma tradicional. SKAM está conformada por una serie de clips muy breves que se publican a modo de blog en una web. Estos clips (que no episodios) van apareciendo aleatoriamente en tiempo real. Es decir, si los personajes están de fiesta a la una de la mañana, la web publicará a esa hora el clip correspondiente con sus personajes en la fiesta.
De forma intercalada a estos clips, irán apareciendo publicaciones en las redes sociales de los personajes, así como capturas de pantalla de sus conversaciones en plataformas de mensajería instantánea como iMessage de Apple o Facebook Messenger. Esta estrategia transmedia convierte los clips semanales en el epicentro de toda una serie de historias dispersas a través de redes sociales. Por tanto, ver SKAM es consumir una narrativa fragmentada en diferentes plataformas, con un ritmo de publicación no programático sino adaptado al tiempo real.
2. Reseteo de protagonistas para ampliar la identificación
Eva es la protagonista del arranque de ‘SKAM España’. (Fuente: Movistar+)
Cada una de las cuatro temporadas que conforman la serie original se centra en un personaje: Eva, Noora, Isak y Sana. Este tipo de focalización en función del personaje permite al espectador profundizar en unas problemáticas e inquietudes diferentes en cada temporada. De este modo, la serie se “reinicia” con cada temporada, cambiando de rumbo y explorando nuevos personajes. En el caso de la tercera temporada, el cambio de rumbo es más radical, dejando a un lado los personajes antes protagonistas para centrarte en otros que, hasta ese momento, eran secundarios.
El objetivo de la serie es comprender las inquietudes y preocupaciones de los adolescentes y hablar de los temas que les interesan. O, dicho de otra forma: crear una serie realista con la que los espectadores de esa edad se sientan representados. La focalización en diferentes personajes permite ofrecer un abanico más amplio de identificaciones y representaciones.
3. La amistad entre mujeres y su representación en pantalla
Las protagonistas de la original ‘SKAM’. (Fuente: NRK)
El gran tema central de SKAM es la amistad entre mujeres y su representación en pantalla. La pandilla de chicas protagonistas (Girl Squad) es un golpe de aire fresco: personajes femeninos libres (que no dependen de relaciones románticas con hombres), independientes, fuertes y carismáticos que son capaces de resolver cualquier conflicto sin caer en el (fácil) cliché de la rivalidad entre mujeres, tan explotado en la ficción televisiva o cinematográfica.
Las chicas de SKAM no se pelean, resuelven juntas porque la sororidad es lo principal. La serie tampoco recurre a la sexualización y objetivización de la chica adolescente ni a la saturación de cuerpos femeninos normativos. Los personajes femeninos de SKAM son muy reales y auténticos y se liberan de este tipo de representaciones. La serie introduce además a un personaje con ideas feministas (que critica duramente el slut shaming entre chicas) que empodera el discurso y a las espectadoras que lo están viendo.
4. Los temas de ‘SKAM’
(Fuente: NRK)
SKAM trata y discute temas como la religión, el cyberbullying, los trastornos mentales, las relaciones tóxicas, los discursos de odio, la identidad sexual etc. La serie trata estos temas desde un acercamiento muy natural y con un objetivo integrador y transformador: concienciar al espectador juvenil (o no) sobre estas cuestiones; construir una serie que sirva para ayudar a superar y avanzar en estas problemáticas.
Para ello, SKAM construye a sus personajes en base a virtudes y fortalezas como la amistad, la tolerancia, el amor, la generosidad, la gratitud, la integridad o la espiritualidad… Lejos de ser una serie moralizante, el propósito de SKAM es construir una serie que cuida sus historias y personajes, trasladando valores positivos, de respeto y humanidad a los espectadores. En el sitio web #thankyouskam, se recogen multitud de mensajes anónimos de agradecimiento a la serie.
5. La estética
Una imagen de la ‘SKAM’ original. (Fuente: NRK)
Para todo esto, SKAM se sirve de una estética muy intimista, rodada con mucho cuidado, con una iluminación real, primeros planos, cámara al hombro y un estilo, en definitiva, que recuerda mucho al documental. La espontaneidad y naturalidad de los actores (sin experiencia previa) contribuye a esta sensación de realidad y veracidad.
Este estilo también se “marida” a la perfección con otras opciones de dirección creativas, innovadoras y poco vistas en las series de este género. Así, por ejemplo, el uso del silencio es constante en la serie como elemento narrativo para ilustrar la espera de los personajes, sus reflexiones o, simplemente, el tiempo que pasan hablando (sin hablar) a través de sus pantallas. Igualmente, la utilización del corte a negro de forma casi compulsiva en algunos episodios es brillante para simbolizar la ira, el caos, el desorden o la ebriedad.
6. Las nuevas tecnologías como parte del relato
La exposición y utilización de tecnologías digitales es constante y muy real. Los móviles forman parte de la historia en SKAM. Por ello, la integración de las interfaces textuales de plataformas como Facebook o Apple son bastante frecuentes. Los personajes hablan sin hablar entre ellos, interrumpen conversaciones con sus teléfonos y siguen al mismo tiempo varias conversaciones en diferentes dispositivos (y el espectador también). Lo interesante de esto es que la pantalla nos muestra en todo momento la conversación social de sus personajes. En algunas ocasiones, además, la narración permite comprender lo intrusivas que son estas tecnologías en la vida cotidiana de sus personajes. Otras, sirven para describir el estado de ánimo del personaje.
La reflexión final
Teniendo todo esto en cuenta, el remake de Movistar + tiene varios desafíos y retos por delante. Así, puede tratar temas actuales y relevantes en nuestro país que afectan a los adolescentes. De hecho, tiene la oportunidad de hacerlo de una forma natural, alejada de los clichés y con un compromiso transformador, igual que su hermana noruega. Si bien el original tuvo algunas “sombras” y debates, especialmente en lo relacionado con la relación Noora-William, el remake español tiene la oportunidad de revisar estas cuestiones.
Además, SKAM España puede (y debe) crecer a lo largo de sus temporadas integrando las tecnologías de la comunicación que se estén usando realmente en nuestro país y la forma en la que se estén usando. En los primeros clips ya hemos visto cómo WhatsApp e Instagram sustituyen a Facebook e iMessage del original noruego. Y, por último, la serie puede ser una oportunidad única para experimentar con un formato innovador con el que contar historias a un público joven que ya no está en la televisión.
‘SKAM España’ está ya disponible a través de la web http://skamespana.movistarplus.es/