(Fuente: Tamara Arranz/Netflix)
Cuando Ava despierta al principio de La monja guerrera y se da cuenta de que, primero, puede caminar y, segundo, está en medio de algún tipo de lucha contra entidades malignas, su instinto la empuja a huir. Va deambulando por las calles de Málaga sin tener muy claro adónde ir, pero maravillada de estar viva y dándose cuenta también de que algo ha cambiado en ella, aunque no sepa muy bien qué.
La nueva serie de fantasía de Netflix arranca de esa manera, mostrándonos cómo Ava, que ha pasado toda su infancia y adolescencia en un orfanato, comienza a descubrir el mundo exterior. Una parte de ese descubrimiento implica meterse en un pub y bailar a los sones de una canción que se ha escuchado hasta la saciedad en todo tipo de series y películas: I follow rivers, de Lykke Li.
En realidad, es un remix de esa canción, lanzado en 2012, el que triunfa en las pantallas. Tal vez su utilización más conocida sea la de La vida de Adèle, pero el tema se ha escuchado, tanto en su versión original como en diferentes versiones, en Glee, SKAM España,CSI: NY, en desfiles de moda y en reality shows de lo más variado.
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La serie arrancaba con la célebre interpretación de la cantante mexicana de ‘La llorona’fueradeseries.com