El 8 de noviembre de 2016, una parte importante de la sociedad estadounidense se llevaba una de las mayores sorpresas de su vida: Donald Trump derrotaba en las elecciones a Hillary Clinton y se convertía en el 45º presidente del país. Muchos asistieron incrédulos a aquel resultado, y más después de los numerosos escándalos alrededor de Trump que habían surgido durante la campaña electoral.
Las declaraciones controvertidas del nuevo presidente y sus asesores en temas como la inmigración, los derechos civiles o la cobertura sanitaria, más sus posibles conexiones con la inteligencia rusa, han sido pasto de críticas y chistes en los late shows y en Saturday Night Live, pero es en las series donde está empezando a apreciarse un interesante “movimiento” de resistencia ante las políticas muy conservadoras de Trump.
De hecho, casi puede establecerse un mosaico de los temas que más preocupan en la sociedad estadounidense actual a través de las series que han dado un paso adelante más notable desde que el millonario, y ex presentador de Celebrity Apprentice, está en la Casa Blanca. De esto hablan esas series que parecen haberse posicionado como la resistencia a Trump.
¿Cómo ha podido pasar esto?
La primera respuesta ante la victoria de Trump fue de incredulidad y, después, de intentar averiguar cómo podía haber ocurrido. Una de las series que reaccionó con mayor rapidez fue South Park, cuyos responsables escriben y animan cada capítulo en la semana anterior a su emisión. Eso les permitió reescribir el que ya tenían listo para emitirse al día siguiente de las elecciones, en el que asumían que sería Hillary Clinton la ganadora.
Si South Park apostó por la sátira descarnada, Black-ish se fue a un debate bastante más explícito. La serie, protagonizada por una familia negra de clase media-alta, ya había tratado con anterioridad temas como el movimiento Black Lives Matter, y siempre lo ha hecho a través de una discusión entre varios personajes.
En este caso, la sorpresa por la victoria de Trump se mostró en una conversación entre Dre y sus compañeros de trabajo, mayoritariamente blancos, y como él apuntaba que estaba tan acostumbrado a que a su comunidad le pasaran cosas malas, que no podía tener la misma reacción que los demás.
La autocensura
Imagen promocional de ‘The Good Fight’.
Puede decirse que la primera serie de la era Trump es The Good Fight, porque ha sido el primer estreno que ha afrontado directamente el nuevo clima político y social instalado en Estados Unidos tras su victoria. Su primer capítulo se abre con Diane Lockhart asistiendo atónita a la toma de posesión de Trump, y tener en su centro a un bufete mayoritariamente afroamericano ya es toda una declaración de intenciones.
Uno de los temas que la serie ha tratado más directamente es la autocensura que muchos medios se aplicaron durante la campaña electoral, y que se toca en el capítulo emitido el pasado domingo, Requiem for an airdate, inspirado por el aplazamiento sine die de un capítulo de Ley y orden: Unidad de Víctimas Especiales que ficcionalizaba uno de los escándalos de Trump por acusaciones de abusos sexuales.
Además, el hecho de que las tres protagonistas principales de The Good Fight sean mujeres (una que ya pasa de los 60, otra negra y otra, lesbiana) ya es una toma de partido muy clara por parte de sus creadores.
El ascenso de la alt-right
La sexta temporada de Homeland fue otra de las que tuvieron que variar su enfoque una vez que se confirmó la derrota de Hillary Clinton. Cuánto, no lo sabemos, pero lo que sí está mostrando esa temporada, ambientada ahora en Nueva York, es el creciente poder de la alt-right, la denominación que engloba a los sectores de extrema derecha de la política y la sociedad estadounidenses.
Es complicado dar más detalles sobre cómo está afectando ese poder a la trama de la serie, que este año involucra a una nueva presidenta de Estados Unidos y una amenaza terrorista, sin entrar en el terreno de los spoilers, así que sólo diremos que las implicaciones de lo que Homeland está tratando son muy, muy inquietantes.
La postura ante los refugiados
Imagen del episodio ‘The darkest place’, de la segunda temporada de ‘Supergirl’.
Uno de los puntos más importantes del discurso de Trump es su postura anti-refugiados. La prohibición de entrada en Estados Unidos de ciudadanos de seis países de mayoría mususlmana es uno de los asuntos más polémicos del inicio de su mandato, y está siendo Supergirl la serie que más está criticando esa postura. Al fin y al cabo, Kara es una alienígena que buscó refugio en la Tierra.
Los villanos son el Proyecto Cadmus, una organización terrorista que quiere eliminar a todos los extraterrestres que viven en nuestro planeta. Su discurso no es tan diferente del de los políticos ultraconservadores que criminalizan la inmigración y, en el episodio de la semana pasada, hasta intentaron deportar forzosamente a varios alienígenas a los que habían secuestrado. La alegoría es muy directa.
Los derechos LGBT
Varios de los principales nombramientos de Trump en puestos importantes en la Casa Blanca han sido de políticos con conocidas posturas homófobas. Mike Pence, el vicepresidiente, es uno de los defensores de las leyes que obligan a los transexuales a ir a los baños del género con el que nacieron, pero con el que no se identifican.
En ese clima, es significativo el estreno de la miniserie When we rise, que cuenta la historia del activismo en favor de los derechos de la comunidad LGBT desde los disturbios de Stonewall hasta la actualidad. Evidentemente, su tratamiento de este tema es mucho más directo y casi se ve como una respuesta muy clara a esas posturas de la Administración Trump.
La xenofobia
El famoso muro en la frontera con México y las declaraciones contra los inmigrantes hechas por Trump durante la campaña electoral parece que van a tener su respuesta en la tercera temporada de American Crime, que llega esta semana a ABC y a Movistar Series y que va a girar alrededor de la inmigración ilegal.
El creador de la serie, John Ridley, ha reconocido al diario Los Angeles Times que el clima actual en el país alrededor de ese tema le preocupa, y que espera que la serie consiga generar un debate constructivo, sobre todo alrededor de la política de deportaciones seguida en los últimos tiempos.
Ha habido más series que, de un modo u otro, han tocado algunos de los asuntos más candentes bajo la Administración Trump, desde un episodio de Arrow sobre el control de armas, hasta la percepción que puede haber ahora hacia una serie protagonizada por multimillonarios que se salen con la suya (o que lo intentan) como Billions.
Las cadenas han reaccionado a esta nueva situación social preparando numerosos proyectos de series de temática militar y patriótica para la próxima temporada.