Una imagen de la segunda temporada de ‘Las chicas del cable’. (Fuente: Manuel Fernández Valdés/Netflix)
La ficción televisiva en España está atravesando una evolución muy interesante. Parece haber quedado atrás la época de las grandes series familiares que buscaban atraer a todos los tramos de edad; los proyectos siguen naciendo con vocación masiva, pero ya no es tan primordial que todos tengan un niño y un abuelo entre sus personajes. Es probable que la salida internacional de las series y la entrada de nuevos actores en el negocio esté abriendo un camino que lleve a la ficción nacional por otros derroteros.
Para algunos, el estreno en 2015 de El Ministerio del Tiempo y Vis a vis fue un punto de inflexión en esa evolución. Las apuestas por el género fantástico-histórico y por el thriller sin concesiones convencieron a un público que las convirtió en fenómenos con un fandom muy entregado a su alrededor, y ambas series atrajeron también a espectadores, y críticos, que habitualmente no suelen prestar atención a la ficción española.
Las dos han protagonizado parte de la situación que las series nacionales han vivido en 2017, un año que puede marcar otro punto de inflexión. El estreno de la primera producción de Netflix en España y el acusado declive de las audiencias en directo han marcado doce meses en los que han destacado 6 claves.
El aterrizaje de Netflix
Netflix acaba de cumplir dos años de funcionamiento en España, y da la sensación de que es ahora cuando se puede empezar a sentir su presencia de una manera más evidente. A lo largo de 2017 ha duplicado sus abonados en nuestro país, hasta superar el millón de hogares, y también ha empezado a estrenar sus primeras producciones en España. Las chicas del cable abrió el fuego en primavera (su segunda temporada se estrena el día de Navidad) y no tardamos en conocer sus siguientes dos proyectos: el drama de misterio juvenil Elite y la repesca de Paquita Salas.
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Netflix entró también en la coproducción de la tercera temporada de El Ministerio del Tiempo, quedándose con la exclusiva de sus derechos de emisión internacional (entrará en el catálogo global a finales de enero como otro de sus Netflix Originals), y es probable que esté empezando a influir bastante en la manera en la que los espectadores españoles ven las series.
No son los únicos que suman títulos en emisión a su catálogo (Amazon Prime Video lo ha hecho también con Estoy vivo y HBO España fue añadiendo semanalmente los capítulos de series de Mediaset como Sé quién eres y Perdóname, Señor y estrenando en exclusiva Supermax), pero han conseguido ganar mucha visibilidad en estos dos años. Y están alcanzando una posición en la que sí pueden influir decisivamente en los hábitos de consumo de una parte notable de los espectadores españoles.
Movistar+ se estrena con sus series
‘Vergüenza’, comedia creada por Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero. (Fuente: Movistar+)
Movistar+ ha sido otro de los nuevos actores que se han sumado en 2017 a la producción de ficción (aunque ya tuvo un intento hace años, cuando aún existía Canal+, con Crematorio, ¿Qué fue de Jorge Sanz? y Falcón). Desde septiembre, la compañía ha estrenado sus tres primeras series originales: Velvet Colección, La zona y Vergüenza, y aunque la estrategia con ellas está probablemente más orientada a fidelizar clientes, su entrada en el panorama presenta nuevas posibilidades.
Es cierto que, hasta ahora, han buscado nombres procedentes del cine para crear esas series, y ya hay debate sobre si no están yendo demasiado a buscar nichos de público, o si justo eso es lo que tienen que hacer. El gran desembarco de Movistar+ no se verá hasta el año que viene, capitaneado por La peste, pero su estreno como productores de ficción propia despierta, como mínimo, curiosidad por ver si conseguirán cambiar en algo la industria. O contribuir a crearla de un modo más robusto.
2018 también será el momento en el que, probablemente, HBO España se estrene con sus propias series, con esa adaptación de Patria, y hasta entonces no se podrá valorar su aportación.
Las series resucitadas
Maggie Civantos, en el rodaje de la tercera temporada de ‘Vis a vis’. (Fuente: FOX)
Esos nuevos actores en el negocio de la producción de ficción han querido tirar en ocasiones de títulos muy conocidos para ayudar a que el público general los sitúe con mayor rapidez. Movistar+, por ejemplo, decidió que su primer estreno fuera un spin-off de Velvet, serie de Antena 3 que había finalizado hacía casi un año antes, con gran éxito.
Cuando FOX se animó a entrar también en la producción propia, se fue por otro título de Atresmedia al que, además, se había echado el cierre sin darle un final. La resurrección de Vis a vis (que ha tenido una notable expansión internacional) era un movimiento bastante lógico para atraer a un canal de pago a espectadores que, quizás, no lo habrían hecho de otra manera.
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El misterio ha devorado a la comedia
‘Sé quién eres’ y ‘Ella es tu padre’, dos de los estrenos de Telecinco en 2017.
En las votaciones para elegir a los nominados televisivos de los Premios Feroz, las series de drama superaban por mucho a las comedias que se presentaban como candidatas. Al final, de hecho, la categoría de mejor comedia se ha quedado en tres nominadas, en lugar de las cinco habituales. Esto responde al abrumador dominio de los estrenos de misterio en las cadenas españolas.
Sé quién eres, La zona, El accidente… Las resoluciones de interrogantes son motores importantes para lanzar cualquier trama, y también parecen ser ganchos casi infalibles entre los espectadores. Y cuando no se ha optado por el thriller (La casa de papel), se ha ido a por el drama romántico o hasta el culebrón familiar (caso de dos estrenos de la productora Bambú, Tiempos de guerra y Traición). Incluso las series de Movistar+ para el año que viene están marcadas por el componente de misterio, ya sean La peste o Félix.
La comedia solía ser el género infalible para tener un éxito de audiencia, pero sólo La que se avecina aguanta imperturbable. Cosas como iFamily o Ella es tu padre han acabado pasando sin pena ni gloria, y las cadenas generalistas no parecen estar interesadas en apostar, por ahora, por las comedias.
El toque sobrenatural
‘Estoy vivo’ aúna misterio sobrenatural, humor y trama familiar. (Fuente: TVE)
Lo que sí ha sido una tendencia curiosa en las ficciones españolas en 2017 ha sido cómo unas cuantas han integrado toques sobrenaturales. Estoy vivo puede ser el caso más claro al mezclar en su trama un asesino en serie que, en realidad, es un demonio, un policía que regresa de la muerte en otro cuerpo y una adolescente con una radio que puede comunicarse con el más allá, pero no ha sido el único.
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Ha habido otros instantes en los que las series españolas apostaban por el género y esa apuesta no tenía continuidad, así que veremos en qué queda todo esto.
El imparable declive de las audiencias
‘Operación Triunfo’ se ha convertido en un fenómeno de redes sociales, que no de audiencias en directo. (Fuente: TVE)
Las cadenas en abierto en España se han enfrentado también este año a una realidad que ya no puede seguir ignorándose, y es el imparable declive de las audiencias en directo. Atrás quedaron los tiempos de los programas que ganaban la noche con un 20% de share; si se consigue un 15 o un 17%, casi puede considerarse ya un éxito.
Evidentemente, aquí entra el particular modo de medir audiencias en nuestro país por cuota de pantalla, no por espectadores totales, que favorece que el prime time arranque casi en el late night y que ha ido maquillando una fragmentación de públicos que ha quedado muy clara en estos doce meses. La oferta ya no está solamente en canales en abierto, de pago o hasta en la TDT (refugio de cadenas especializadas en realities de todo pelaje), sino que las plataformas de streaming tienen también mucho que aportar.
Los éxitos no pueden medirse sólo por cuántos millones de espectadores se sientan a verlos a la hora de su emisión. El regreso de Operación Triunfo, por ejemplo, es un fenómeno que se ha fraguado en su canal en directo en YouTube más que en La 1 (aunque ahí esté experimentando varias semanas de crecimiento constante de espectadores), y el fandom de El Ministerio del Tiempo siempre estuvo más en internet.
La televisión española parece estar, en este aspecto, en una encrucijada que puede determinar su entrada en el mundo contemporáneo actual o que se quede anclada a principios de los 90. Que es algo que las series ya han superado.