Una imagen de ‘Hierro’, rodada en esa isla canaria. (Fuente: Movistar+)
La semana pasada, durante la celebración de FITUR y de su apartado FITUR Screen, centrado en el turismo cinematográfico, Madrid Film Office presentó sus iniciativas para potenciar las visitas a la ciudad relacionadas con las series. En concreto, lanzó una ruta llamada Madrid, capital de las series que desvela varias localizaciones utilizadas en ficciones como La casa de papel (desde la sede central del CSIC a la plaza del Callao), Estoy vivo, Las chicas del cable o Gigantes. Es una ruta que responde no sólo a esa mayor demanda de turismo por lugares que han acogido rodajes televisivos, sino también a una mayor utilización de los exteriores de las ficciones españolas.
Sólo con las series actualmente en emisión, o cuyas temporadas se lanzaron hace poco, nos encontramos con Néboa (Galicia), Perdida (Colombia, mayoritariamente), El embarcadero (Valencia), SKAM España y La Valla (Madrid)… Todas ellas aprovechan sus lugares de rodaje y los integran en la historia. Los bosques, la costa y la niebla son importantes en Néboa, del mismo modo que lo es el contraste entre los edificios de Valencia y los arrozales de la Albufera en El embarcadero. Y cuando las series están rodadas en una ciudad grande, se ha perdido aquel pudor a enseñar las calles de Madrid o Barcelona y a intentar hacerlas pasar por otros lugares.
Lo cierto es que 2019 fue un año muy destacado en cuanto al número de rodajes de series que han acogido varias regiones españolas. Málaga, por ejemplo, ha batido su récord de inversiones de producciones audiovisuales desde 2001, cuando se fundó la Málaga Film Office, con 23 millones de euros, un 79% más que en 2018. El 91% de esas inversiones correspondieron a series de televisión, entre las que hubo producciones británicas, alemanas, italianas y francesas, además de la coproducción finlandesa The Paradise. Y vimos también tres títulos españoles rodados allí: Malaka (La 1), Toy Boy (Antena 3) y Brigada Costa del Sol.
Si el año pasado fue el de la Costa del Sol, da la sensación que este 2020 puede ser el de Baleares. La segunda temporada de La caza se rodará en Mallorca, parte de White Lies (la serie de Alex Pina para Netflix) se ha grabado en Ibiza y no olvidemos que El infiltrado y la británica Mad Dogs tuvieron igualmente sus escenarios, sobre todo, en Pollença y Sóller, también en Mallorca.
‘Presunto culpable’ estaba rodada en el País Vasco. (Fuente: Atresmedia)
Desde hace unos años se nota un esfuerzo por mostrar otros sitios en las series, por situar historias en lugares que no se vean tan a menudo en la ficción televisiva. Es el caso de Galicia, con Vivir sin permiso, Néboa y Fariña; el País Vasco, con las próximas La línea invisible y Patria, parte de Allí abajo y Presunto culpable, incluso Canarias ha empezado a “protagonizar” las series que se ruedan allí. Hasta ahora, si Doctor Who, por ejemplo, grababa en el Teide o en La Laguna, simulaba que era el planeta de los daleks o un país tropical (un papel que ha vuelto a cumplir en La templanza, la serie de Amazon en la que tanto Tenerife como la gaditana Jerez de la Frontera se hacen pasar por Cuba y México en el siglo XIX), pero Hierro le ha dado el protagonismo a esa isla en medio de su misterio.
La ayuda de los incentivos fiscales
El archipiélago canario se beneficia del régimen fiscal especial que le otorga ser una RUP (región ultraperiférica) de la Unión Europea y que le permite ofrecer unos incentivos fiscales muy competitivos, y más ventajosos que los de la península, con deducciones de entre el 40 y el 45% para producciones y coproducciones españolas, y del 40% para las internacionales, según La Palma Film Comission.
Ese aspecto, el de las deducciones fiscales, es uno de los grandes puntos de debate cuando se habla de la capacidad de España para atraer rodajes. La grabación de unas cuantas escenas importantes de las temporadas 5 y 6 de Juego de tronos se suelen poner de ejemplo de los beneficios que pueden obtenerse de esta actividad económica, pero los incentivos fiscales no sólo son para las series internacionales, sino también para las españolas.
La legislación marca un 25% de crédito fiscal para el primer millón de euros de inversión, que pasa a ser de un 20% si la cantidad de dinero es mayor, hasta un máximo de tres millones, y el 50% de los gastos ha de hacerse en territorio español.
El repunte de Madrid
La Gran Vía madrileña, en la tercera temporada de ‘SKAM España’. (Fuente: Movistar+)
Esas producciones y coproducciones nacionales pueden desplazarse a otros puntos de la península para ofrecer localizaciones distintas, pero Madrid y Barcelona continúan atrayendo bastantes rodajes, especialmente la primera. Mientras la Barcelona Film Comission detalla que, en 2018, el número de grabaciones de series en la ciudad se mantuvieron bastante estables con respecto a los años anteriores, con 15, los datos preliminares que maneja la Madrid Film Office sobre 2019 arrojan un significativo aumento de rodajes en la capital, con 66 (veinte más que en 2018).
Además, dichos rodajes sacan partido de sus calles, algo que no era tan habitual hasta hace poco. Producciones como SKAM España, Gigantes, Arde Madrid o El Ministerio del Tiempo no esconden que se graban en Madrid, aunque pueden “jugar” con la localización de algunos escenarios. El edificio donde viven Márquez y Yago en Estoy vivo, por ejemplo, no está en Vallecas, sino en el barrio de Chueca. Y todos los restaurantes de Barcelona que se visitan en Foodie Love son reales menos uno, el japonés del mercado.
La búsqueda de la autenticidad motiva que las series españolas pisen más calle, que muestren más el paisaje en el que se mueven sus personajes, que lo integren de una manera más clara en sus tramas.
Vacaciones por el mundo de serie en serie
Las localizaciones de rodajes se han convertido en un imán para el turismofueradeseries.com