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Lo que las series pueden hacer por la visibilidad LGTBI

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‘Sense8’ ha sido una de las series con mayor visibilidad para personajes LGTB. (Cortesía de Netflix)

A principios de este año, la cadena de televisión Logo y su compañía madre, Viacom, realizaron un estudio sobre la capacidad de cambiar la percepción hacia la comunidad LGTBI que tenía la representación de dicha comunidad en las series de televisión. Dicho estudio entrevistaba a unas 100.000 personas en 60 países, y concluía que esa mayor representación que había llegado a partir de los años 90 y los 2000 había ayudado a que los espectadores fueran más tolerantes con el colectivo LGTBI.

El año 2015 fue, por ejemplo, el del paso adelante, en cuanto a visibilidad, de la comunidad transexual en Estados Unidos. La presentación oficial, en la portada de Vanity Fair, de Caitlyn Jenner, más la popularidad que había ganado la actriz Laverne Cox por su trabajo en Orange is the new black, estrenada dos años antes y el estreno de Transparent ayudaron a mostrar una realidad que para una parte del país era totalmente desconocida.

Esa visibilidad puede contribuir a eliminar el estigma social que se asigna en ciertos ámbitos a la identidad LGTBI, a que los chicos y las chicas que se sienten atraídos hacia personas de su mismo sexo, o que no se identifican con el género que les fue asignado al nacer, no crean que están solos e incomprendidos, a que la discriminación por razón de orientación sexual vaya siendo algo del pasado.

Laverne Cox fue la primera actriz transexual en ser nominada a un Emmy, por ‘Orange id the new black’. (Fuente: Movistar+)

Queer as folk (la americana) aunque estuviera llena de tópicos (que no lo son tanto, ya que existen en la vida real, sobre todo por la edad de los protagonistas) ayudó a visibilizar una realidad que en la mayoría de series hasta entonces no se atrevieron a enseñar. Parte de mi entorno adoptó la serie como propia. Y el baile de graduación del episodio final de la primera temporada es épico”. Así explica nos explica Antonio, a través de Twitter, lo importante que puede ser verse reflejado en una serie de televisión.

Incluso aunque esos primeros personajes LGTBI fueran muy arquetípicos, como reconoce Luis: “Creo que es complicado ver un reflejo en un personaje de serie ya que, hasta hace relativamente poco, se han tirado de muchos estereotipos para definir personajes gais, así como hacerles muy exagerados. Mi decisión de los dos personajes la baso en el momento vital en el que éstos “aparecieron” en mi vida. Uno de ellos es Michael, de Queer as folk, pero el Michael del inicio de la serie, el que se nos presentaba como el chico normalito friki, al que le gustaban los cómics (la evolución del personaje no me gustó ni me veo reflejado en él). El otro personaje es Willow de Buffy, cazavampiros, de su descubrimiento sexual, sus dudas y su forma de afrontarlo que, por aquél entonces, coincidía mucho con cómo me sentía”.

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Esos arquetipos de los personajes homosexuales solían constreñirlos al papel de mejor amigo sarcástico que siempre daba consejos sobre moda, mientras la representación de personajes transexuales solía estar más asociada al mundo criminal y la prostitución. Era más habitual que se hicieran chistes a su costa que que tuvieran alguna relevancia en el relato.

La segunda mitad de los 90 representó un gran avance en lo que respecta a la visibilidad LGTBI (como con el episodio de Ellen en el que su protagonista salió del armario, del que se han cumplido veinte años hace unos meses), porque pese a esos clichés, iban apareciendo otras representaciones que ampliaban el mundo de los jóvenes que las veían. Por ejemplo, la historia de Carol, Ross y Susan en Friends.

“Soy de un pueblo de Vizcaya y en los 90 ni se escuchaba hablar de homosexualidad. Vamos, yo ni CONCEBÍA que un hombre pudiera estar con otro hombre y una mujer pudiera estar con otra mujer, simplemente porque nunca lo había visto. Cuando Arévalo hacía un chiste de mariquitas, yo pensaba que esa gente no existía”, explica Randy. Para él, descubrir que Carol y Susan eran pareja, y que por eso la primera había dejado a Ross, fue toda una novedad:

“La primera relación LGTB que vi en mi vida fue en ‘Friends’, y creo que ponerla en un ambiente tan de risas, tan agradable, en el que, en el fondo, a nadie le importaba demasiado ni nadie daba demasiada importancia al tema, hizo que lo aceptara mejor y más rápido. Con el tiempo, la representación LGTB+ en las series ha crecido, y me alegro. Ojalá un chaval de un pueblo en el que se reprime la homosexualidad vea ‘Sense8’ y se lo tome como algo completamente normal. Es lo suyo”.

Series con personajes LGTB relevantes entre 1990 y 2015. (Fuente: Viacom)

En el estudio realizado por Logo (canal que emite RuPaul’s Drag Race) y Viacom, se señalaba que, entre mediados de los 90 y la década de los 2000, se apreció un notable aumento de la presencia de personajes LGTBI con cierto peso en las tramas, y que se salían un poco de los estereotipos. En España también se reprodujo esa situación, pero las series de nuestro país han ido, en ese aspecto, más a trompicones.

Rubén López, vocal de delitos de odio de Arcópoli, asociación LGTBI de las universidades Complutense y Politécnica de Madrid, apunta que “hubo un boom hace unos años, con Mauri en Aquí no hay quien viva o Macarena y Esther en Hospital Central, o Fer en Física o química, y ahora parece haber un retroceso”. Hay menos personajes homosexuales en las series españolas y, si aparece alguno, su retrato deja bastante que desear, con la excepción de Irene Larra en El Ministerio del Tiempo o el inspector Giralt de Sé quién eres. “En Mar de plástico, por ejemplo, únicamente aparece un gay y está esterotipado y es mala persona”, indica López.

La importancia de ese retroceso es, para él, muy destacable, por los pasos adelante tan notables que se dieron una década atrás: “Supongo que salimos menos en las series porque ya no es novedad, pero (la visibilidad de los 90) ayudó mucho a la comunidad LGTB. Para mí, Al salir de clase fue un antes y un después”.

Incluso personajes que podrían considerarse unos arquetipos exagerados, como Fidel en Aída, ayudan a conseguir esa visibilidad. Para López, “Fidel ayudó mucho a normalizar, a ver que alguien así podía estar ahí”.

Una mayor representación, y más variada, del colectivo LGTBI puede ayudar a crear empatía, a que esas personas dejen de verse como si fueran marcianos, como indicaba Randy al contarnos su experiencia por Twitter. En Estados Unidos, la televisión ha ido ampliando sus miras no sólo al contar las vidas de grupos de gais o lesbianas (como ocurría en Queer as folk o The L Word), o al incluir protagonistas homosexuales en los que su orientación sexual no es lo que los define (tipo el capitán Holt en Brooklyn Nine-Nine o Maia Rindell en The good fight), sino al incluir a otro tipo de personajes LGTBI.

Faking it hizo historia al tener un personaje intersexual, y Billions ha introducido, en su segunda temporada, a Taylor, personaje no binario interpretado por un actor que también se identifica como no binario, Asia Kate Dillon.

Asia Kate Dillon ha hecho historia en ‘Billions’. (Fuente: Movistar+)

Todos esos pasos contribuyen a mostrar que la sociedad es mucho menos monolítica de lo que parece. Diego, por ejemplo, nos cuenta que, para él, Queer as folk también fue una serie muy importante porque le ayudó a conocer toda una subcultura con la que estaba empezando a identificarse, pero además, porque le enseñó que “la identidad sexual no tiene que ver con la vinculación” con lo que se ve en pantalla”.

Explica que “la veía con una amiga y fue muy guay ver que ella se identificaba con las relaciones amorosas de gais. Fue como el mundo al revés, y sí que dio una idea de que, igual que yo toda la vida me he identificado con relaciones heterosexuales, a ella le pasaba lo mismo”.

Ese concepto de la identificación es uno en el que también hace hincapié Rubén López: “el hetero no está acostumbrado a verse representado con parejas homosexuales, pero nosotros sí (con parejas heterosexuales)”, y apunta que, aunque se haya progresado, no hay realmente series homosexuales. “Todas las series son heterosexuales y empiezan a aparecer en ellas personajes gais”, apostilla.

En los últimos años, las series estadounidenses han abierto mucho las miras a la hora de la representación de la comunidad LGTBI, desde personajes transexuales como Maura Pfefferman y sus amigas en Transparent a protagonistas abiertamente bisexuales en Los 100 o Crazy ex-girlfriend, a historias de descubrimiento de la identidad sexual ya en la edad adulta (como le ocurre a Alex Danvers en Supergirl) o a través de la reacción de los padres (la madre en Día a día).

Y estos retratos son importantes cuando se aprecia que, según un informe de la organización estadounidense GLAAD, sólo el 18,4% de 125 películas estrenadas en 2016 por uno de los grandes estudios de Hollywood incluía algún personaje LGTBI, y no todos los retratos eran respetuosos.

marina

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