J.K. Simmons, en una imagen de ‘Counterpart’. (Fuente: Sony Pictures Television)
¿Cómo sería conocerme a mí mismo? Ésa pregunta suele estar en la raíz de muchas historias de universos paralelos. Era el impulso de una pequeña película independiente como Otra Tierra y es el motor también de Counterpart, la serie de Starz que está emitiendo HBO España. Justin Marks, su creador, afirma que es una serie sobre gente solitaria que se siente aún más sola cuando se enfrenta a otra versión de sí mismo.
Porque, en realidad, toda la parafernalia de los universos paralelos y los espías busca explorar a esos personajes y, sobre todo, analizar por qué todos tienen el corazón roto. Es gente a la que su trabajo separa del resto de la humanidad. Son incapaces de mantener relaciones duraderas porque hay un importante lado de su vida que no pueden compartir. Guardan tantos secretos, y la presión de su trabajo es tal, que es inevitable que les acabe afectando. Y los espías no tendrían trabajo si no explotaran las debilidades del factor humano.
Counterpart se presentó inicialmente como un título de ciencia ficción, una historia de las tensiones entre dos universos paralelos que se han tolerado, y se han vigilado a distancia, durante treinta años. Pero, en realidad, es una historia de espías de la Guerra Fría. Los dos universos funcionan como los bloques occidental y soviético y los tejemanejes de los agentes de ambos lados siguen los mandatos de las novelas de John Le Carré, por ejemplo. Tiene más que ver con El topo o El puente de los espías que con Fringe.
Los cinco episodios que se han visto hasta ahora de la primera temporada han ido desvelando muy poco a poco el juego que se traen entre manos desde uno de los universos, hasta el punto de que en ese quinto capítulo, Shaking the tree, parece que alcanzamos un punto de inflexión, el momento en el que las cosas van a precipitarse. Un momento que llega también cuando vamos a poder apreciar cómo se van a ver afectadas las vidas de los protagonistas, sobre todo de Howard y de la asesina Baldwin.
El primero está desarrollando una relación con Emily de (re)descubrimiento que aporta emoción y hasta cierta ternura. Él nunca soñó con ser un espía, siempre se conformó con hacer su trabajo de oficina, y nada más, pero está demostrando que puede aprender rápido. Aunque, quizás sea demasiada buena persona para ser realmente efectivo. La manera en la que J.K. Simmons interpreta a este Howard (muy diferente del confiado y expeditivo del universo alternativo) aporta mucha humanidad a lo que, de otro modo, podría quedarse en otra historia más de espías.
Crítica: ‘Counterpart’, espías y universos paralelos
La nueva serie de Starz que nos trae HBO España tiene todo el potencial para mantenernos enganchadosfueradeseries.com
Sara Serraioco interpreta a Baldwin. (Fuente: Sony Pictures Television)
Si Howard es el espía que ve su trabajo como si fuera un funcionario más del gobierno, Baldwin entraría en el arquetipo del operativo atrapado tras las líneas enemigas. Lo diferente aquí es que no es un hombre ni la Charlize Theron de Atómica. Es alguien que se ve traicionado constantemente y tiene que encontrar la manera de seguir vivo, principalmente. Pero da la sensación de que va a acabar jugando un importante papel en toda la trama porque, de momento, es el elemento imprevisible del plan, el que puede decantarlo todo hacia uno u otro lado.
La parte emocional, de soledad extrema y, al mismo tiempo, de un despertar hacia la necesidad de conectar con otra persona, también empieza a desarrollarse en Baldwin y a ser explorado por la serie. Su viaje y el de Howard son los que dominan la primera mitad de la temporada; mientras descubrimos a qué están jugando todos, son los corazones de esos dos personajes los que adquieren más protagonismo.
Y también en eso, Counterpart es una serie de espías muy de la vieja escuela.
‘Counterpart’ está disponible todos los lunes en HBO España.