HBO España es el último estadio donde actúan los Dethlok. (Fuente: HBO España)
Menudo futuro nos está quedando. Que Dios nos pille confesados si los líderes del mañana se van a hornear viendo Rick y Morty o BoJack Horseman, y no David el Gnomo, los Looney Tunes o Marsupilami. Aunque nos vaya a dejar un cuadro de adultos esquizoides de tres pares de narices, lo cierto es que la animación apenas ha conocido estándares de intrepidez y ruptura como estos en los que se solaza ahora. Y en el mascarón de proa, Adult Swim: una entidad informe que es a la vez productora, distribuidora y mecenas y marca el compás para los lápices de todo Occidente, al abrigo de los siempre presentables y vanguardistas artesanos de Cartoon Network.
No obstante, antes de que la locura deviniera norma, la marca de animación adulta ya navegaba en pelota picada y dando gritos unos mares vírgenes, inmaculados, que no habían sucumbido aún a las corrientes por las que luego bucearían delirios para todos los públicos, con Hora de aventuras a la cabeza e Historias corrientes, El asombroso mundo de Gumball, Tito Yayo, Clarence o Steven Universe a la postre. En 2006, Adult Swim ya hacía Metalocalypse.
No fue fácil para Brendon Small y Tommy Blacha vender a las cadenas el proyecto de una serie centrada en una banda de death metal de inimaginable fama e inabarcable ordinariez que trata la más absoluta nada, cuyo único propósito es escandalizar. Violencia extrema, diálogos deslenguados, humor del más corrosivo y constantes guiños a la caduca imaginería del heavy escandinavo, todo salpimentado por una música original (a cargo del propio Small, un portento de tío) sustentada en baterías ametralladoras, riffs de leyenda y canto gutural. Y, sin embargo, Adult Swim la compró. Y la hizo.
Verla ahora, además de fácil, ya que HBO España ha añadido a su catálogo tres de las cuatro temporadas que se lanzaron, es entrañable. En esta serie, que no merece la pena tratar de señalar como el Rubicón de nada, pues la maduración de la teleficción animada occidental, al igual que todo en esta perra vida, se ha culminado lentamente y desde distintos focos a la vez, habitan fantasmas especulares de mucho de lo que hoy nos fascina.
Compromete incluso lo que creemos saber de la convaleciente diatriba entre series y webseries: como producto de Adult Swim, Metalocalypse formó parte de un espacio nocturno del cable básico en Estados Unidos; pero en España es y será siempre, al menos para mi generación, una de esas vitriólicas charadas que alimentaban el servidor de vídeo de Tuenti, junto a Cálico Electrónico y demás gentuza. Qué tiempos aquellos, por no hablar de los de ahora.
‘Metalocalypse’ está disponible bajo demanda en HBO España.
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