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Insisto: necesitamos #LuYork como spin-off de ‘Élite’

Danna Paola ha interpretado a Lu en ‘Élite’. (Fuente: Netflix)

Sé que puedo empezar a parecer pesado, pero es que casi me va la vida en ello. Necesitamos urgentemente el spin-off de Lucrecia de Élite en Nueva York. La tercera temporada de la serie cerró muchas de las tramas y una de ellas fue la de Lu, que se mudaba a EEUU junto a Nadia y Malick: empezaban una nueva vida lejos de Las Encinas y para muchos fans, entre los que me incluyo, se abría la puerta a una nueva serie.

No es algo que esté solo en mi mente; las piezas están colocadas para que esa historia continúe por ahí y el pitch se hace solo. Por supuesto, tenía que preguntarle al respecto a los creadores de Élite cuando hablé con ellos, pero juran que “ahora mismo” no se va a hacer ese spin-off. Me agarro a ese “ahora mismo” como a un clavo ardiendo, por supuesto. Pero mientras convencen a los ejecutivos de Netflix de que #LuYork (me gusta llamar al proyecto así cariñosamente) sería buena idea, yo voy a dar unas cuantas razones. Que alguien traduzca esto y lo envíe a tedsarandos-arroba-netflix-punto-com.

Sabemos de buena tinta que lo teen os funciona estupendamente y que andáis siempre al acecho de la nueva Riverdale o de la siguiente Por trece razones. Nuestra Élite (digo nuestra aunque no es mía, pero siento los colores del equipo) ha demostrado que no solo no tiene nada que envidiar a otros dramas adolescentes sino que es capaz de ser más entretenida, adictiva y carismática que sus homólogas yanquis, aunque tenga menos presupuesto. Digámoslo claro, Por trece razones no sabe si quiere ser Pretty Little Liars o una serie con ínfulas de seriedad y se pierde -nos pierde- por el camino, pero Élite siempre sabe dónde está su norte. Es la franquicia de éxito que necesitáis expandir.

¿He dicho antes carismática? Pues si hay un personaje carismático en Élite ese es Lucrecia Montesinos Hendrich. Aquí pocos argumentos tengo que dar porque no cabe discusión: en la primera temporada Lu era muy secundaria y robó el show, reclamando el peso que merecía en las dos siguientes y que, afortundamente, los guionistas le dieron. Además, Danna Paola es una diva, en el buen sentido, para soportar el peso de la serie: encantadora con la prensa, dispuesta a dar juego, consciente de cuál es su trabajo. Eso sin hablar de la de bolsos y coronas que potencialmente puede vender la serie.

En Netflix buscáis, o eso dicen, diversidad ante todo. Pero desde que cancelasteis vilmente Día a día cuesta encontrar en vuestro catálogo una ficción de calado internacional liderada por un personaje latino. ¿No sería interesante contar las desventuras de una mexicana en Nueva York tras su etapa en España? ¿Una mujer joven latina que, por cierto, llega a la Gran Manzana acompañada de una musulmana nacida en Palestina? No sé, es que no se me ocurre un mejor momento para aportar este tipo de representación.

HBO Max está preparando su reboot de Gossip Girl, pero, queridos, tenéis la oportunidad de adelantarles por la derecha. Porque #LuYork sabe más a Gossip Girl que la propia Gossip Girl y porque Lu puede ser más Blair Waldorf que la original y, por supuesto, que cualquier sucedáneo que se esté cociendo en Warner. Y, a la vez, #LuYork puede ser muchas cosas más: puede tener el misterio de Élite, o no, puede tirar por lo romántico, por lo aspiracional o por lo culebronesco. Puede ser muchas series (eso que lo decidan sus creadores, claro) y todas me gustan. Todas me harían pagar mi suscripción, que de eso se trata.

Si, aún con todo, no os da la gana de hacer #LuYork, solo me queda parafrasear a mi ídola: “¡ME JODISTE LA VIDA, PENDEJO!”.

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