Maggie Civantos y Vicente Romero, en ’Malaka’. (Fuente: TVE)
La principal crítica que se solía lanzar todos los años contra los Emmy es que eran unos premios de televisión que no veían la televisión. Se ha corregido algo con la entrada de nuevos miembros en su academia y la instauración de nuevas normas de votación, pero los Emmy nunca van a nominar y a premiar al gusto de todos los espectadores y los críticos porque se mueven por las filias, las fobias y las inercias de sus votantes. Y porque es muy probable que un porcentaje importante de ellos sólo vea de las series elegibles los capítulos que envíen sus responsables como muestra de su trabajo.
Podemos enfadarnos, cabrearnos y gritar por redes sociales que es un travestismo, pero es así. Los Emmy han intentado paliar algunas de las tendencias más conservadoras (viejunas, directamente) que marcaban sus ganadores en años anteriores, pero su funcionamiento es el que es. Y esto mismo se puede aplicar a cualquier otro premio que reconozca lo mejor del año en series. Y a todas las listas de lo más destacado de los últimos doce meses, de la década y de lo que llevamos de siglo.
Son los galardones y las listas de un grupo concreto de personas. No están obligados a coincidir con tus gustos porque están hechos según los de sus votantes.
Por supuesto que se puede estar en desacuerdo en ellos; uno de los aspectos más sorprendentes de las últimas nominaciones de los Feroz es que Malaka se haya ido completamente de vacío. Ni siquiera Vicente Romero, que podría haber tenido opciones como secundario, ha sido reconocido. Lo más productivo de esas discusiones es intentar comprender por qué ha pasado esto. ¿Le pasó factura que el primer episodio de la serie no terminase de enganchar? ¿Que la audiencia decayera a partir de los capítulos iniciales? ¿Simplemente gustó menos que Hierro, por ejemplo? ¿O es que los votantes no ven La 1?
Es curioso que algunos de los grandes éxitos de audiencia del año, como La caza. Monteperdido, tampoco hayan entrado en el radar de los Feroz. ¿Eso es culpa de ellos por no enterarse de su existencia? ¿De que las cadenas generalistas no consiguen generar el mismo ruido con sus series que pueden hacer Movistar+ o Netflix, que sí han colado varias producciones entre los nominados y que se preocupan por informar a los votantes de que sus series existen?
Puede ser todo lo anterior, puede ser sólo una parte o puede ser otra respuesta completamente distinta. Lo único seguro es que los premios representan los gustos y los intereses de quienes los votan. Es posible buscar modos de corregir favoritismos que acaban escamando al público (como que los Feroz parezcan tener ojos sólo para las plataformas. ¿No había comedias entre las generalistas para que las candidatas ahí fueran más que tres?), pero la conclusión acabará siendo siempre la misma: estos premios siempre van a representar los gustos de quienes los entregan.
Cómo funcionan los Premios Emmy
Una guía para entender quién, cómo y qué se vota en la gala del Primetime de Estados Unidosfueradeseries.com