Sam Claflin, como Oswald Mosley. (Fuente: BBC)
Los peripecias del clan Shelby en Peaky Blinders nunca han estado apartadas del contexto histórico en el que tenían lugar. En la tercera temporada, por ejemplo, la familia se vio involucrada indirectamente en la guerra civil que siguió a la Revolución Bolchevique de 1917, haciendo tratos con enviados en Birmingham del Ejército Rojo, y con la quinta arrancando en 1929, la situación social y política de Europa aún va a ser más importante.
Las consecuencias del crack bursátil, más el imparable ascenso de los partidos fascistas por todo el continente, van a sentirse con fuerza en los nuevos capítulos. La entrada de Tommy en política en la temporada anterior, siendo elegido diputado por el partido laborista, lo va a llevar a entrar en contacto con una de las figuras más oscuras de la política británica del siglo XX, Sir Oswald Mosley.
Interpretado en la serie por Sam Claflin, Mosley era un joven carismático y arrogante, al que los periódicos de la época lo describían como el “orador literario más fino de los Comunes”, y había heredado el título de sir por ser sexto baronet. Veterano de la Primera Guerra Mundial, fue elegido como parlamentario por primera vez en 1918, por los conservadores, y en la época en la que transcurre la quinta entrega de Peaky Blinders, hacía tres años que había ganado su escaño en la Cámara de los Comunes por la circunscripción de Smethwick, esta vez como laborista.
Sería diputado hasta 1931, cuando fundó el Partido Nuevo, que terminaría evolucionando hacia la Unión Británica de Fascistas.
La relevancia de Mosley en la serie
(Fuente: BBC)
En un reportaje en The Guardian, Steven Knight, creador de la serie, explicaba que había querido incluir a este político porque le parecía una línea argumental muy llamativa y, sobre todo, muy relevante en el contexto actual, y también apuntaba que habían tenido mucho cuidado en presentar lo atractivo que había resultado para mucha gente en la época sin glorificarlo: “todas las historias sobre Mosley mencionan su carisma, y en Sam contratamos a un actor que puede reflejarlo, pero también quería mostrar el hecho de que, para mucha gente, sus políticas parecían horriblemente atractivas. Quería que la audiencia recordara que no era alguien gritando cosas que la gente no quería oír, sino alguien a quien escuchaban. Eso es lo más aterrador de él”.
Asimismo, Knight buscaba que Mosley incitara una respuesta en Tommy que no habíamos visto hasta ahora: “lo que me interesa explorar es cómo una persona amoral, cuyas ideas del valor humano fueron destruidas por sus experiencias en la Primera Guerra Mundial, responde cuando se enfrenta a esta ideología”.
Durante la década de los 30, Mosley intentó elevar el perfil de su Unión Británica de Fascistas con mítines callejeros y marchas a través de distintos barrios de Londres. Sus simpatizantes vestían y se comportaban al estilo de los camisas negras de Mussolini, y también utilizaban métodos cada vez más violentos que les hicieron perder algunos apoyos de diarios importantes londinentes en los primeros momentos de su nacimiento.
En 1936, los fascistas de Mosley fueron frenados en seco por los vecinos del este de Londres por donde pretendían desfilar, una zona mayoritariamente judía y de católicos irlandeses, y con el estallido de la Segunda Guerra Mundial perdió cualquier fuerza que hubiera conseguido. Él formaba parte de los políticos y los aristócratas británicos que querían aceptar la oferta de paz de Hitler y llegar a un acuerdo con él. En 1940, finalmente, el gobierno consideró que Mosley era demasiado peligroso para la seguridad nacional y lo arrestó, prohibiendo su movimiento.
La quinta temporada de ‘Peaky Blinders’ está disponible en Netflix.
Crítica: ‘Peaky Blinders’ (T5) se mueve entre el fascismo y el trauma
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