Miguel Herrán vuelve a dar vida a Río en ‘La casa de papel’. (Fuente: Netflix)
Un robo perfecto, una serie finiquitada. Y entonces, La casa de papel se convierte en un fenómeno internacional gracias a Netflix. La compañía pide una nueva temporada y los responsables de la ficción empiezan a pensar cómo hacerlo. No era una tarea sencilla y menos ante la presión de la altísima expectación internacional, pero el equipo de guionistas dio con la clave.
“Teníamos una serie cerrada, con unos tíos millonarios que habían salido de la boca del lobo y lo que pretende la tercera temporada es meterlos en una boca del lobo más complicada”, explica el productor ejecutivo Álex Pina, “Entonces encontramos que el único motor era el emocional, así que tiramos de Río. Nos parecía que era la única forma de no decepcionar al espectador”.
Sin embargo, la decisión no llegó de forma fácil. “Barajamos muchas opciones”, asegura Pina, aunque al final la historia encontró su propio camino. Primero estuvieron varias semanas deliberando si debían reabrir La casa de papel o no merecía la pena. Luego vino el cómo: “A partir de ahí comenzamos a pensar en el primer episodio de la temporada”, recuerda Javier Gómez Santander, coordinador de la serie, “Fueron semanas en las que hablamos mucho sobre qué tipo de golpe tenía que ser, qué significaba ese golpe para ellos y finalmente qué significaba para ellos la detención de Río”.
“La mirada de la serie es Tokio, es una franquicia de la serie que no queríamos perder. Tokio es el primer plano de La casa de papel y la narradora. Entonces la detención de Río era la que estaba abocada; ella es el vehículo del primer episodio”, dice Gómez Santander. “Río tiene una cosa maravillosa y es que está con Tokio. Ella puede cometer muchos errores, pero tiene mucha efusividad y fuerza para tirar de todos”, añade Pina.
No fue la única decisión sobre el arranque de esta temporada 3 que creó debates en la sala de guionistas. Al conseguir un éxito tan grande a nivel mundial, se llegó a plantear que el nuevo robo fuese en el extranjero: “Hubo muchas voces que propusieron eso. Hasta Fort Knox llegaron esas voces”, afirma el productor, “Pero realmente La casa de papel tiene una identidad muy española (o latina, iberoamericana, mediterránea…) y eso es parte de su éxito, asociar esa mirada a un género que suele ser más anglosajón”. Así que al final no hubo dudas: el robo tenía que ser aquí, pero más grande. Ahora tocaba el Banco de España.
La temporada 3 de ‘La casa de papel’ está disponible en Netflix desde hoy, 19 de julio
