Phoebe Waller-Bridge en el primer episodio de ‘Fleabag’. (Fuente: Amazon Prime Video)
Este artículo puede contener spoilers de la primera temporada de ‘Fleabag’.
Cuando Fleabag se estrenó en BBC Three en el verano de 2016, los espectadores, con suerte, quizá podían reconocer a Phoebe Waller-Bridge por su participación en Broadchurch, o por Crashing, la serie que creó y protagonizó unos meses antes en Channel 4; para el resto era una desconocida.
Muchas cosas han cambiado desde entonces. Waller-Bridge tiene ahora el crédito de Killing Eve, una de las mejores series de 2018, tiene una serie en desarrollo en HBO y la han contratado, por petición de Daniel Craig, para pulir el guion de la próxima película de James Bond y añadirle toques de su estilo de humor característico, porque Craig es fan de sus series. Y quién no.
En este contexto, y con la máxima expectación, nos llega a los espectadores de fuera del Reino Unido la segunda temporada de Fleabag. Lo hará el 17 de mayo a través de Amazon Prime Video, y con las valoraciones nada comedidas de quienes ya la han visto. Mientras llega ese día, repasamos en este artículo qué es lo que hace tan especial a Fleabag y por qué estamos obsesionados con su historia casi tres años después de su estreno.
(Fuente: Amazon Prime Video)
El tono, la caligrafía de Phoebe Waller-Bridge
Tiene un estilo muy personal, consigue desde la primera escena crear personajes y universos reconocibles, a los que pone en situaciones cómicas que nos sorprenden por su descaro y su humor negro.
En Fleabag, Waller-Bridge usa ese humor como mecanismo de defensa para no enfrentarse a la soledad, a la profunda tristeza, a la culpa y al trauma de la pérdida. Fleabag es una comedia muy triste.
Los personajes (y los actores)
Todos están muy bien construidos y nos convencen de que tienen vida propia. Son definidos en su mayoría por la propia Fleabag, quien nos adelanta lo que debemos esperar de ellos, con la excepción de la nueva novia de su padre, a quien ya descubriremos nosotros mismos, una magnífica Olivia Colman que es una maestra en el arte de la crueldad sonriente, y de Boo, su mejor amiga, a quien conocemos por flashbacks y que no hace falta que Fleabag la describa, porque nos muestran quién es, qué vacío deja y cuál era la relación entre ellas.
“Los lápices tienen goma de borrar en una de las dos puntas para que podamos borrar los errores”.
-Boo.
(Fuente: Amazon Prime Video)
Nos hace sentir cómodos para romper nuestras expectativas
En el primer episodio, Fleabag se masturba viendo un discurso de Barack Obama mientras su novio duerme a su lado. Parece que será una comedia loca protagonizada por una veinteañera complicada, irrespetuosa, egoísta, impulsiva, que no siente nunca la obligación de disculparse por nada, que vive sin complejos su sexualidad y que está dispuesta a sorprendernos con su irreverencia.
Pero conforme van avanzando los episodios, se le va cayendo la máscara. Vivimos en un mundo de apariencias, de primeras impresiones en las que creemos saberlo todo de una persona por lo que comparte en Instagram y Fleabag (el personaje) utiliza esto para reconstruir su identidad, mostrándonos lo que quiere que veamos y ocultando lo que ella misma no quiere procesar. Fleabag nos hace sentir cómodos a traición, para que bajemos la guardia.
El punto de vista y la ruptura de la cuarta pared
Fleabag fue en su origen una obra teatral, un monólogo en el que Waller-Bridge se dirigía al público. En la adaptación al formato televisivo, seguimos viendo toda la historia desde su punto de vista y su interacción con el público se tradujo en la ruptura de la cuarta pared, un recurso muy utilizado en la ficción de los últimos años, pero que en ningún caso tiene la intensidad emocional que consigue Fleabag.
Boo es un ángel de luz. (Fuente: Amazon Prime Video)
Cuando su protagonista nos mira directamente y nos habla, nos convierte en cómplices de su forma de ver la vida y se nos presenta como alguien que está en control de todas las situaciones. Así, tenemos la sensación de que nos ha abierto de par en par las puertas de su vida y de sus pensamientos, por lo que nos reímos de las situaciones que vive y de los peculiares personajes que habitan su pequeño mundo.
Lo que parece un ejercicio de transparencia, es en realidad un mecanismo de defensa, pero poco a poco, y casi sin que nos demos cuenta, el cristal que representa la cuarta pared empieza a mostrar grietas. Y cuando se rompe, lo hace en mil pedazos. Y con él, nosotros.
La de Fleabag, como todas las historias, podía haberse contado de muchas formas, pero ninguna mejor que esta.
La primera temporada de ‘Fleabag’ está disponible en Amazon Prime Video.
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